31 diciembre 2005


O sea tío

Uno comete excesos. Por ejemplo, llamar chivato a un currela de la zona azul, con lo tergiversada que está por aquí la palabra chivato y lo fácil que la gente coge el todo por la parte. Un hecho aislado no debería hacer grupo pero, como no suele ser así, mis disculpas por ello. Ahora voy a cometer otro exceso, que para retractarse siempre hay tiempo y pedir disculpas no es un problema, si la causa es justa. Voy a llamar borjas a los que van a correr el rally Dakar. Borjas, pocholos y lo que se les ocurra. Y no me vale que ahora ya esté el asunto del rally más democratizado y hasta un tipo de sueldo medio participe, no como antes, que sólo corrían los borjas de siete generaciones. O los nuevos ricos. Me da igual. Matan gente, aunque sin querer, a los niños que están tan tranquilos en su pueblo y a los que se les lleva una moto o un coche, a madres, a padres, a vacas. Se matan ellos también, pero ése es su problema, no de los mauritanos, guineanos o senegaleses. Vamos, a ver cómo nos sentaría andar un día subiendo Ortzantzurieta y que te aparezcan 15 yankees pijos con las amotos y se te lleven por delante al churumbel. Mal, claro. No les dejaríamos. Pero como los de abajo no se quejan y les regalas un boli y se callan, pues pa allá, a hacer el minga. Si quieren aventuras, que se vayan al Polo Sur, como Ernest Shackleton, y se peguen 16 meses atrapados en el hielo comiendo perros. O se suban el Everest en solitario y sin oxígeno, como Reinhold Messner, o el Makalu solo en invierno, como está haciendo Jean Cristophe Lafaille ahora mismo. Éso son aventuras. Lo demás, hacer el borja, aunque se maten. Esta vez no habrá disculpas. Feliz año a todos. A los pijos también. Al Cesar lo que es del Cesar y adiós, hasta el año que viene.

30 diciembre 2005


Preocupados

Ayer me compré un bol. Majo, de cristal. Me costó 3,20 en un bazar chino. “Tu cara me suena, tío. ¿No llevarías el 9 a la espalda el lunes no?”, le pregunté al dependiente. Me dijo que no, que era su primo. Pagué y me marché a hacer la comida. Yo es que le veo al Arguiñano haciendo los platos y, si me falta alguno de los utensilios que usa, me pongo atacao. Y me faltaba el bol, pa las mezclas. Por el camino me acordé de que no tenía sal y le pedí un puñao a un currela del ayunta que la iba esparciendo. “Es pa abrir los mejillones”, le dije. Me contestó que en Rumania no usan sal pa abrir los mejillones y me dio una buena dosis. Mientras subía por las escaleras, me cruce con Ercila, mi vecina de abajo, que es boliviana. Y negra. Como el colega Musta, al que por la tarde le alquilé una película bien elegante que se titula El viaje del emperador y que habla de pingüinos. Musta es nigeriano y uno de los tipos más simpáticos que conozco, aunque no sé si tiene nada que ver con esto que él sea negro. Es simpático y punto. Hasta me reduce el castigo cuando le devuelvo las pelis con retraso. Luego nos fuimos a echar unas birras merienda cena y por allí andaba el Iowan, con sus melenas rubias suecas, meao de risa con lo del cambio del nombre de El Sadar. Es que Iowan es muy rojillo y aún me acuerdo cuando contaba cómo una vez fue con su colega Txema a San Mamés, llegaron a la taquilla y dijeron: “Las dos entradas más caras que tenga”. Acabamos dando cuenta de un Tía María en el Zagit y unos cuantos temas de Peter Tosh. Parecíamos dos peladillas en medio de una caja de Morenitos. Llegamos a casa un poco del revés y pusimos la tele y dijeron que la inmigración es lo que más preocupa a los españoles tras el paro. La gente se preocupa de unas cosas muy raras. Me parece.

29 diciembre 2005


Postal

Pasé la nochetonta en el pueblo de mi rival, un pueblo que, como ya conté, tiene poca cobertura, por no decir ninguna, ni en el barrio de abajo ni en el de arriba porque, aunque es un pueblo canijo, tiene dos barrios. Pero cobertura no. Afortunadamente, en este caso. Por que en cuanto, ya al día siguiente, enfilamos la carretera hacia Pamplona empezó el móvil a pitar que parecía la olla. Tiene usted 16 mensajes nuevos. 15 eran pa felicitarme porque era Navidad. Los 15 eran de buena gente a la que aprecio e incluso quiero y, si hubiese tenido cobertura, me hubiese visto en la obligación de contestar, por no parecer un mala leche sin educación, y dejarme unos euros en el asunto. Pero me libré. Esto con las postales de navidad no pasaba, no había por qué contestar si se te llenaba la casa de papeles de colorines, lo mismo de los tíos de Utebo que del banco. Bueno, yo al banco sí le contestaba. Pero la gente ya no manda postales de navidad, ni cartas, ni nada. Ahora todo se soluciona a golpe de sms o de mail, hasta las felicitaciones de cumpleaños, lo que ya es el colmo. “Chico, te felicite por mail, ¿o no te llegó? A mí últimamente me pasa, me llegan los mails con retraso”. Pues llama mujer, pues llama. Pero no, el personal es vago hasta para descolgar el teléfono y se les va la cabeza con los sms, que no obligan a hablar. 55 millones se mandaron entre las ocho de la tarde y las 12 de la noche, a 1,3 recibidos por cabeza. En esta estadística al menos estoy por encima de la media. No digo en la que estoy por debajo. El 16º mensaje decía esto: “Dani ha hecho cima hoy en el Aconcagua”. Mi primo Dani a 6.959 metros de altura. Feliz nochebuena capullo, vaya tabarra nos va a caer este verano en el pueblo. Y a este le gusta hablar, los sms no van con él.

28 diciembre 2005


Basta ya

Esto no es broma, ni chama. Pedrag Mari, aquel hombre que nos llevó a la UEFA por méritos propios, ha dicho que lo mejor es “que no se lesionó ningún jugador”. Montar un partido inútil para que el seleccionador diga que lo mejor es que no se lesionó ningún jugador demuestra a las claras la importancia del evento, su alcance y su, digámoslo claro, inutilidad. Hoy tenemos otro partido de ésos montando por los parlamentarios y los partidos políticos, da igual que sean de Erandio o de Corella. Al fin y al cabo, la gracia de Dios se esparce de igual manera en cuanto se le aplica el ventilador. Durante los últimos tiempos, me he quejado amargamente acerca de la celebración de estas soberanas tonterías, que no cuestan sino dinero, disgustos y lesiones. Pero parece que al personal le da igual. El caso es jugar, enseñarse ante el vecino y demostrarle que los chavales de mi barrio son mejores que los suyos y mi parlamento mucho más principal. Leo la alineación y veo que Raúl García, junto con Miguel Flaño, disputó los 90 minutos. Su concurso parecía ser vital. Espero que, al menos, éso nos haya servido para que nos clasifiquemos para la Copa de las Comunidades, o lo que sea. Iríbar ha convocado a cuatro rojillos para esta tarde y se ha quedao tan ancho, como él no paga. Volveré a ver el partido con el corazón en la mesilla, como el del lunes, jurando en arameo, preguntándome qué sociedad es ésta, que no sólo se permite el lujo de jugar con las ilusiones de sus ciudadanos si no que además les pone trampas y monta tremendas charlotadas que bien se podrían solucionar con una cena de antiguos alumnos. Porque si se nos lesiona alguno la cosa va a dejar de tener gracia, si la tiene, y se va a liar. Da igual que sea Navarra, Euskadi, España o mi letra.

24 diciembre 2005


Pa qué

Un imitador que se hace pasar por presidente y se la da con queso a otro presidente becario, unos reyes en una postal de recorta y pega, Osasuna con 38 puntos en 17 partidos. El mundo es maravilloso, una gran mentira, pero maravilloso. Esta noche, mismamente, nos juntamos a celebrar no se sabe qué en torno a un gorrín mientras el gorrón mayor nos mira desde la tele. Y hasta nos habla (yo quito el volumen de la tele y pongo la radio, que es más animao). Cualquier año el cámara va a abrir más plano de la cuenta y vamos a ver a José Luis Moreno moviendo el muñeco. Por eso lo grabo. Este periódico, por ejemplo, mañana será otra gran mentira. Como mañana no sale ninguno, lo miraremos con nostalgia y pensaremos: “Cuando leí esto por primera vez, aún eran las cuatro de la tarde y le podía haber dicho a la familia que tenía un ataque de gota, que tenía que hacer un recao en el estrecho del Bósforo, que pa qué, coño, pa qué. No fui capaz y heme aquí, alicatao hasta el techo de langostinos y con mil duros menos que me silbó el tío cura al Tabú, con lo que sabe él de tabús”. Miraremos la programación de la televisión y la cartelera, pero no veremos la tele porque, en días así, contamina, no iremos al cine porque, en días así, te encuentras hasta con la familia otra vez. No quedaremos con los amigos porque no se puede girar el codo sin que se caiga medio bar. Nos iremos a la cama con la sal de frutas en un gotero pensando lo bonito que es tener una familia pero no celebrarlo por decreto. En fin, dos días tirados a la basura, al contenedor que no se puede reciclar. De todas formas, lo dicho, un mundo maravilloso, así que, para que vean que uno también tiene su corazón, por vez primera les voy a decir lo que se suele decir en un día como hoy: ¡Viva San Fermín!”.

23 diciembre 2005


La cola

Es mejor no saber cómo se hacen las salchichas y las leyes. Y la organización para vender las entradas del Baluarte. La primera cosa que no capto es por qué puñetas venden abonos que mezclan danza, ópera, canto, orquestas, humor, rock. Con todos los respetos a las Pititas y Natutxis que en el mundo son, ya me dirán qué coño pintan en el concierto de Sabina. Y si quieren ir, que pillen entrada suelta, como todo quisqui. Pero como es algo clasista (ya saben lo que dijo Woody Allen de la ópera: “Las de platea que aplaudan; las de las primeras filas, que agiten los collares”), apoquinan los 300 euros y les da lo mismo que allá actúe el propio Nabuco que Las Vulpes. Algo les gustará, pero no todo. Motivo de venta de abonos: la pasta. Resultado (para el consumidor): nefasto (700 entradas para Sabina, el aforo del bar Terminal en hora punta). La segunda aberración es abrir las taquillas a las 11 y no avisar de antemano que se van a dar números para poder comprar las entradas sin hacer cola. Si se avisa, se avisa y se hace. Si no, a hacer cola como toda la vida, que tres horas no van a ningún sitio. Si hace frío, nos jodemos (cambio la seguridad de tener una entrada por el confort). La tercera es elegir siempre el día, el servidor de internet y el banco que vende las entradas que están más a punto de reventar (colapso por la venta de las entradas para ver a los Stones). El 7 de mayo de 1978 se vendieron en ocho horas las 90.000 entradas para ver las seis fechas de El Maestro en el Earls Court de Londres. Dos entradas máximo por persona. Una sola hora fija de apertura. Taquillas, nada de teléfono ni internet. El sistema se anunciaba en prensa. Hace 27 años de eso. El progreso está bien si se sabe usar. Y hacer una cola no mata a nadie. Ni a Pitita.

22 diciembre 2005


Gambas

Fue hace más de seis años, pero, como fue buen peazo suceso apañol, lo tengo bien fresco. Para este peazo suceso apañol hizo falta, en aquel caso, un infortunio, un chivato y una autoridad. Casi como en las pelis de Berlanga. Faltó el cura. Infortunio: mi rival aparca su destartalado Ford Fiesta en el antiguo parking de intendencia, donde hoy la gente se da al consumismo. Pilla ticket de la ORA hasta una hora X y lo coloca en el salpicadero. Cierra la puerta. No lo ve, pero el ticket, por la corriente, se ha dado la vuelta. Poblema Houston, problema, ni-no, ni-no. Chivato: éste canta, llega la grúa, aunque el coche, al ser un parking, está perfectamente aparcado y no molesta. Se lo llevan. Llega mi rival a la hora X menos 15 minutos. No ve su bólido y le entra la intxankilidad lógica. Pregunta al chivato. Dice que nada sabe. Mira en el suelo. Pone que está en el depósito municipal y que son 16.000. Se da la vuelta para atacar al chivato. Ya no está. Me llama. Voy a un banco y pido 16.000 en monedas de 25. Bajamos andando al depósito. Autoridad: Una gran valla flanquea la puerta. Un cristal de 10.000 dioptrías nos separa de la cajera. Un cartel señala que no se puede pagar con moneda inferior a 500. Un municipal se niega a comprobar, cuando mi rival así se lo indica al abrir el coche, que el ticket era correcto y que sólo se ha dado la vuelta. No metemos bulla. Pagamos la multa. Fin. Ayer leí que desde ahora estos casos no se darán y que con 10 euros se podrá levantar la multa y no te dará un infarto si no ves tu coche cuando lo has aparcado bien. Esperamos que la medida sea retroactiva y nos devuelvan la pasta. No es por el dinero. Queremos mandarles unas buenas cajas de gambas de Huelva al chivato, al municipal y al concejal. Somos así.

21 diciembre 2005


Carta

Querido amiguito Roberto Carlos: Dice mi mamá que no le haga caso a mi papá cuando dice que qué hago escribiéndote esta carta, que a la gente así uno no se dirige ni por carta. Eso dice mi papá. Mi mamá me dice que la escriba y eso estoy haciendo y luego la leerás, aunque todavía no porque no la he terminado. Cuando la termine, la meteré en la boca de un león que se traga las cartas. Una vez le metí una para mi abuelita y le pregunté si la carta le había llegado mordida y me dijo que no y por eso me gusta el león, porque no muerde ni a las personas ni a las cartas. Mi amigo Juan, que no es el mismo que mi oso, que se llama Juan Pequeño, ni que mi hermanito Juan, que se llama así porque es el nombre de mi oso aunque yo quería que mi hermanito se llamase equipo de Osasuna, pues que mi amigo Juan me dice que por qué no te mando un mensaje por el móvil, porque él tiene móvil, pero yo no porque mi mamá dice que soy pequeño y además luego me he acordado que no tengo tu teléfono. Y se lo he dicho a mi amigo Juan y entonces ya le ha parecido mejor que te escriba y eso estoy haciendo, aunque ahora mi hermanito está llorando y voy a ir a ver qué le pasa. Ya está. Tenía el chupete del revés. Ahora dice mi papá que el chupete estaba como el tobillo de Valdo. Y ya no me acuerdo para qué te estaba escribiendo la carta. ¡Ah, sí! Porque me dijo mi mamá que te dijera que vengas este año a la cabalgata porque Lizaur está cansando y que ocupes tú su puesto. Yo no sé qué significa esto pero me dijo mi mamá que te lo dijera y eso estoy haciendo. Y mi papá añadió que no hace falta que traigas caramelos, que este año los caramelos los va a tirar la gente y no los que van en la carroza. Eso te tenía que escribir. Voy a echarla al león. Adiós. Tu amiguito Gonzalo.

19 diciembre 2005


Un cortao

El 2 de enero del 2006 entré en un bar a tomarme un cortao. “Me lo ponga corto de café, con leche templada, sacarina y en vaso de cristal. Y pajita. Puestos a joder...”. La gente me miraba raro. El camarero tenía los ojos fuera de las cuencas, bastante más allá de la cuenca del Ruhr, y sacó el cuchillo del queso. “Unos tacos de Idiazabal a estas horas como que no”. Le frenaron cuando ya venía hacía mí y dije: “Hombre, ponerse así por un cortao. Menos mal que no le he pedido el combinado 13 pero sin croqueta y me cambia los pimientos verdes por rojos y la pechuga por lomo pero poco hecho. Y patatas fritas. Saca la motosierra usted”. No dijo nada. Me extrañó que sonara un pitido seco. “¿Qué pasa, que nos están invadiendo los catalanes o qué?”. No me contestó nadie y el que estaba jugando a la máquina tragaeuros se marchó a la carrera. El camarero lloraba apoyado al final de la barra mientras la cocinera, una etxekoandre con Tara 800 y PMA 1100, le preparaba una tila. Era un bar muy raro aquél. Eché una moneda y la máquina se me entregó. “¡Venga, que pago una ronda. Y súbame ese volumen, que está sonando Van The Man. And the caravan is on it`s way. La-la-la-la, la-la-la!”. Llegaron dos tipos en gabardina. Estos independentistas cómo visten, cómo se nota dónde hay tela, pensé. El camarero ya no es que llorara, es que se fulminaba. Los tipos le dieron a un botón y el pitido se paró. Uno se acercó a mí, me cogió el cigarro, lo apagó y lo metió en una bolsa de ésas de plástico como las que usan los de zapatística de CSI. No le dije nada. Dijo: “Bar El Primo, 64 metros, declarado de no fumadores por sus propietarios. Un cigarro Lucky Strike a 3.000 euros son un total de 3.000 euros. Ya se lo hemos descontado de la cuenta corriente”. Me marché. Dejé propina.

17 diciembre 2005


Antony

Me gusta hablar con los taxistas. Les digo: “¿A qué altura va?”. No, eso es en los ascensores. A los taxistas cosas así como “da asco el tráfico que hay, es que la gente coge el coche hasta para ir a mear”. Frases originales todas, en fin. No, en serio, me gustan los taxistas. Me gustan los taxis. Hay un taxista mayor que me impresiona y que tiene en el salpicadero un montón de rosas rojas y cuando entras pone el Canon de Pachelbel o el Adagio de Albinoni y, los días de mucha suerte, el Ave María de Schubert. Lleva una foto de San José María Escrivá también, pero a mi eso me da igual, porque la foto no abre la boca y el taxista tampoco, sólo para decir: “¿A dónde le llevo?”. Y le suelo decir: “A donde llegue para una vuelta de 30 euros y me vuelve a dejar aquí”. Hace poco me volvió a tocar él y llevaba puesto el Hope There`s Someone de Antony and the Johnsons. La avenida del Ejército me pareció la mejor carretera de Texas y ése hombre no se quejaba de nada y si me hubieran pinchado con una aguja me hubiera parecido bien. Porque iba montado en el paraíso a 0,59 euros el kilómetro. Por eso solicito que, además de un monumento, porque ya está bien de gastarse el dinero ajeno en monumentos a momias y no en personas que viven hoy y nos facilitan la vida hoy, a éste y a todos los taxistas les pongan una mampara y, si no en su totalidad, al menos que sí se les costeé parte del gasto que supone poner una barrera entre la vida y la muerte o entre la tranquilidad y un problema. Porque la noche es muy amiga pero también muy traidora y si el taxista de las rosas se quiere jubilar y retirarse a Torreciudad, por mí perfecto, que yo no pienso ir, pero no quiero leer que, al encontrarlo, Antony aún cantaba en el lector de cd “espero que alguien cuide de mí”.

16 diciembre 2005


Cachete

“Supongo que tuve una buena relación con mis padres. Rara vez me pegaban... en realidad creo que sólo me pegaron una vez en toda mi infancia. Empezaron a pegarme el 23 de diciembre de 1942 y acabaron de hacerlo a finales de primavera del cuarenta y cuatro”. Ésta es de Woody Allen. Está mal pegar a un hijo –no lo he sufrido ni siquiera una vez que yo recuerde, aunque algunas veces me lo merecí. Y con nota-, pero que ahora el Ministerio de Trabajo saque una campaña para erradicar el castigo físico a los niños como si dar muy de vez en cuando un cachete sea el fin del mundo a mí me molesta. Y lo hace porque mete en un mismo saco a una señora que está a punto de tirarse a las vías del metro porque su niño lleva una hora gritando que al clásico cerdo que usa de punchingball a la señora y al niño y luego sale a la calle y es el tío más encantador del mundo. Y me molesta porque trata de elementos sin escrúpulos a aquellos a los que, muy a su pesar, alguna vez han pegado a sus hijos, provocándoles un cargo de conciencia que no tiene relación con el daño físico o moral ocasionado, porque a mí que no me vengan ahora con que un chaval que recibe un tortazo o 14 a lo largo de su vida se va a convertir en un marginado dentro de su propia casa. Porque los niños son mucho más listos de lo que nos creemos y saben que un cachete es el último y triste resorte que les queda a sus padres cuando el crío ha superado todos los límites posibles. Y cuando se van a una esquina a llorar, lloran más porque saben que se lo tenían ganao que por el propio cachete. Porque estamos haciendo de los niños gente sin capacidad de frustración alguna e incapaces de estar más de 10 minutos sin aburrirse mirando un árbol y buscando formas de nubes en la corteza. Y éso sí es preocupante.

15 diciembre 2005


En la sopa

He dejado pasar unos días desde el suceso para recuperarme de la estupefacción. Que Sabina suspendiera un concierto –y posteriormente los tres que tenía fijados- porque la noche anterior, según él, “había sido malo”, es un signo de que farra y trabajo no casan y, en el caso del rock, como mucho hasta los 35 años. Me acuerdo de lo que dice el colosal Rick Danko, bajista de The Band, en una escena de El Último Vals: “Nos lo estábamos pasando demasiado bien y ya sabes qué es lo que pasa cuando te lo pasas demasiado bien”. Pues que te bebes el agua de los floreros, te fumas la ligarza de dos cosechas, te esnifas el alcanfort y al día siguiente no cumples. A no ser que seas Keith Richards, pero sólo hay uno. Se fue en mitad del concierto y la gente le aplaudió y está bien, está bien, porque Sabina, si algo tiene, son seguidores. Y también honestidad, pidiendo perdón públicamente. Y devolverán el dinero y tocará en Gijón en otras tres fechas. Todos cometemos errores. El problema es que el de Sabina está ya empezando a ser un grave error de conceto, que diría Pazos. Y el error no es otro que hace ya años que el personaje, o la persona, ensombrece por completo al artista y cuando uno oye una canción suya –por cierto, las últimas malísimas- ya no sabe si oye al que canta, al que está en la mitad de los canales de televisión con un whisky en la mesa y repitiendo siempre las mismas historias de crápula al encantando entrevistador de turno o al que escribe versillos cutres en el Interviú que gustarán en Madrid. Porque quizá yo esté de acuerdo con el 90% de las cosas que dice Sabina y hasta le perdono que plagie a El Maestro sin citarlo, pero tal repetición y tal sobreexposición pública agota. Por que lo importante no es llenar estadios, si no cómo se llenan.

14 diciembre 2005


Llamada perdida

El caso es que te llamaba al móvil y me daba línea, Tito. Y no sé si debería darme línea el móvil cuando tú ya hacía bastantes horas que te habías matado con la moto, Tito. No me gusta ese móvil, no te tiene ningún respeto, porque si los móviles tuviesen lo que hay que tener se apagarían ellos solos cuando su dueño se muere y ése seguía funcionando como si no fuera con él la cosa y todo porque al subirte a la moto se te olvidó apagarlo. Para eso me gustaba más aquel grande primero que os comprasteis tu padre y tú y que cuando llamábamos salía una voz que decía: “Si quiere hablar con padre, diga padre. Si quiere hablar con hijo, diga hijo”. Y como el artefacto aquel funcionaba como le salía de los cojones, para hablar contigo había que decir padre y para que se pusiera tu padre había que decir hijo y muchas veces cogíais los dos a la vez porque al cacharro se le cruzaban los dos cables que llevaba dentro y teníais dos aparatos para un solo número. Era un móvil mucho más humano, porque se equivocaba constantemente pero aún con todo le queríais o precisamente por eso. Porque estaba yo pensando en que no me parece nada justo que ahora cualquiera pueda responder a tu móvil hasta que se le acabe la batería y que no sé dónde está ni tampoco lo he querido preguntar pero el caso es que me daba línea, Tito, aunque también pensaba que mira que matarse con el móvil encendido sólo se te ocurre a ti. Porque ya sabes que toda la vida hemos sido una cuadrilla de costumbres y jamás hemos dejado sin contestar la llamada de un amigo y no vamos a empezar justo ahora, con lo que hemos sido. Así que haznos el favor de apagar ese puto móvil porque se estará llenando de llamadas perdidas y no hay nada más triste en esta vida que una llamada perdida.

Pd: ya disculparán ...

11 diciembre 2005


Mundial

No entiendo a qué tanto jaleo con el sorteo del Mundial. ¿Qué más da quien nos toque o nos deje de tocar, con quién sea el cruce de octavos, el de cuartos o lo que sea? Si vamos a ganar igual, se pongan como se pongan. Y no se crean que esta confianza es fruto de un análisis de la plantilla o de los rivales o una mera cuestión de probabilidad estadística o de que ya nos toca llegar a semifinales. No. España ganará el Mundial porque la prensa de Madriz, con sus teles, sus radios y sus periódicos, no confía un pimiento en la selección española y eso, el hecho de que no vendan la moto del triunfo de la misma manera que en los seis mundiales precedentes de los que tengo recuerdo, es algo insólito, todo porque tuvieron que disputar una repesca y durante la fase de clasificación alcanzaron cotas de ridículo futbolístico. Renegaos, más que renegaos, eso son minucias. Este país es asín, se pasa del más absoluto convencimiento en la victoria al pesimismo más atroz en un pis-pas, sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las 20.000 pesetas. Aquí el término medio no funciona, no se estila y ya me veo al JJ Santos, al De la Morena, al Abellán y a todas esas gentes “de allí de Madriz” disputándose el honor de ver quién es el primero que suelta que no ganamos ni hartos de vino y esto ya lo avisé yo y que con estos mantas no vamos a ningún sitio y que todo el mundo sabía que Luis Aragonés está ya en la recta final de su carrera. Pues no, pues no, España gana el Mundial y además de calle. Frase parecida les gritaba insistentemente yo a mis colegas en la grada del Vicente Calderón el jodido día aquel del 11-J, pero esta vez no me equivoco, en esta ocasión no es sólo ya que tenga el presentimiento si no también la absoluta convicción. Acepto apuestas.

10 diciembre 2005


Baltasar

Mi sobrino Álvaro tiene 8 años. Mi sobrino no va a pasar la crisis de los 30 porque, si nadie lo remedia, cuando tenga 30 años pasará la crisis de los Reyes Magos, con lo que la de los 30 a su lao será una mierda. Mi sobrino cree en los Reyes Magos y eso a mí me acojona porque cada día hace más preguntas y no son tipo test. Mi sobrino el año pasao tenía pase vip en el Ayuntamiento y cuando le plantó el beso a Baltasar se le quedó mirando con cara de mosqueo y según mi hermana a Baltasar se le guiñaban los ojos más que a Alonso Caparrós. Mi sobrino supongo que irá este año otra vez al Ayuntamiento y creo que se va a liar, porque mi sobrino tiene una caja torácica de impresión y unas manos como sartenes y es muy pacífico pero no le gusta que le mientan y entonces monta en cólera y cólera y él se van a toda castaña hacia Huarte o más lejos. Y es por eso que desde aquí, y con bien de tiempo ya que si cada año las Navidades se adelantan más pues yo no iba a ser menos, le pido a Fernando Lizaur que se deje de hacer el mameluco y que cuelgue el Titanlux, porque una retirada a tiempo suele ser una victoria. Porque argumentan estas gentes que la cabalgata es una cosa de la Asociación que la organiza y no seré yo quien lo niegue, pero como no se celebra en un salón privado sino que colapsa una ciudad entera con el patrocinio y la ayuda de un ayuntamiento al que aguantamos todos pues me parece que la cosa ya huele más que las boñigas de los camellos. Por que ya no es cuestión de que todos conozcamos decenas de negros de color negro merecedores de coger el testigo de una santa vez sino que es cuestión de que a los niños si alguien les puede mentir son sus padres y no un Baltasar de pega pagado de sí mismo que desconoce las habilidades de mi sobrino el de Zumosol.

09 diciembre 2005


Hoy sí

A las 04.49 hora española de hoy se han cumplido 25 años del asesinato de John Lennon. Lennon murió el 8 de diciembre en Nueva York, pero en España, como en otras muchas partes del mundo, Lennon murió el 9 de diciembre. La realidad es la que es y los horarios, también. Hablemos de Lennon. Lennon se hizo famoso –“somos más populares que Jesucristo”- cantando para quinceañeras, lo que es muy digno. De ahí tomó ínfulas y se metió en otros terrenos que, según los expertos, fueron la gran etapa de los Beatles. Yo experto no soy, pero tengo oídos y, oídos todos y cada uno de sus discos, no recuerdo nada que poner en mi lista de 500 temas favoritos. Luego se puso como autónomo, aunque con Yoko Ono como patrona, y le dio por ser el Mesías –“si quieres ser un héroe, sígueme”- y la paloma de la paz. Eso está bien, pero no es música, es otra cosa –Bono dijo hace nada que prefiere que le recuerden por su música y no por su activismo. Tarde, chaval, si no sabes torear pa que te metes-. Luego lo mataron y empezó la leyenda al cubo –al cuadrado fue una cosa de Brian Epstein-, que es lo que suele pasar cuando alguien se va al otro barrio rápido y deja un bonito cadáver, incrementada porque alguien tiroteó a la paloma de la paz. Eso vende, aunque se acaba por confundir el culo con las témporas y una determinada situación social con el talento. Tan infame es que una cantante venda discos por sus tetas como que un cantante los venda por sus ideas o por lo que él dice que son sus ideas, que ésa es otra. Me recuerda a cuando al personal se le caía la baba con lo buena gente que era Indurain. Ya, al personal le gustaba Indurain porque ganaba Tours. Si además era buen tipo, mejor, pero buen tipo también era Javier Luquin, que una vez fue octavo en una crono del Giro.

08 diciembre 2005


Tenis

Hay quien nace con un pan debajo del brazo. Yo nací con el Hola. Luego vinieron el Mia y el Nuevo Estilo, pero a la única que sigue siendo fiel mi madre es al Hola. Yo me lo leía, y me lo leo, con fruición. Ahí es donde vi una foto que me marcó. Salía Ivan Lendl, aquel que en sus tiempos de número uno y antes de un match-point en contra se arrancaba seis pestañas con los dedos, movía las pelotas como si batiera huevos, le pasaba resina al mango de la raqueta y colocaba un ace, con su mujer. Lo que me marcó fue que la mujer de Lendl, posiblemente el hombre más feo que haya pasado jamás por una colcha, era un monumento. Le dije a mi madre: “Madre, tenemos tres opciones pa salir de pobres. O me caso con Carlota Casiraghi o con Athina Onassis o me hago tenista”. “¡Vete entrenando, golfo, salido, que ésas tiene cuatro años!”. Tenía razón mi madre, pero ahora tienen 20 y la Athina me ha puesto los cuernos con un brasileño. Y Carlota no me responde al teléfono. Y tuve la famosa lesión ésa de codo de tenista, por el peso de los katxis, así que me tendré que conformar con verles este fin de semana desde la grada al Feliciano, al Verdasco, al Moyá y al Costa. Feliciano no sé si vendrá con María Antonia Sánchez Lorenzo, con Alejandra Prat, con María José Suárez o con Ana Obregón; Verdasco acaba de dejarlo con Daphne Fernández, la de UPA Dance; Moya creo que sigue con Flavia Penetta tras pasar por Raluca Sandu, Patricia Conde y el listín telefónico nacional hasta la W; y Costa, que se casó con las hijas ya crecidas, no se si traerá o no a su señora, aquella que dejó sin poder desfilar en Cibeles a su socio, Ion Fiz. Yo, una por una, iré, a ver si salgo en el Tomate. Tenis ya veré luego en casa, ya me pondré en el video el Lendl-McEnroe de Roland Garros del 84.

07 diciembre 2005


Puente

Yo soy el Gobierno Central. Mi rival, el Ayuntamiento de Pamplona. Cumplió los años el pasado 29 y les dio fiesta a los de por aquí de la capital. Yo los cumplí ayer y, como tengo más ego, pues dije, nada, fiesta pa toos, que se esparzan un rato estas gentes por Murcia o por Londres. Nosotros nos hemos quedao, pa disfrutar la soledad. Un minuto y 43 segundos con 236 milésimas desde Barañáin hasta la Plaza del Txistu o Coño (¿qué coño es esto?) nos costó ayer en el coche. Una gozada y pole position, aunque íbamos descargaos de gasolina, todo hay que decirlo. Mañana es la carrera. Parte favorito el hijo del concejal Ignacio Polo, que suele conducir con carburante extra y nunca le meten un stop and go. Aparcamos el coche en boxes y nos fuimos hacia el motor home por San Gregorio y es cuando me dice: “¿No les habrás dao fiesta a los de la entibadora?” “No sé. Ya sabes cómo es esto del poder. Me pusieron todos los expedientes en la mesa, que si ya estaban revisaos, y los firmé”. “Cenizo, a este paso no nos peatonalizan la calle nunca. A que se cogen to el puente. ¿Quién firmó los de el jueves 8?”. “Joé, pues mi primo Isra, que cumple también”. “Ya le estás llamando”. “A ver, a ver, ¿te dije yo algo por no darles fiesta el martes pasao a los de los centros comerciales, te dije yo algo de que los estás explotando?”. “Tenía ganas de conocer El Corte Inglés y ya sabes que entre semana no puedo, que tengo horario partido, no como tú, que la última vez que trabajaste aún no existía la Seguridad Social. Y no me calientes que mira que tú tampoco les diste fiesta a los hijoputas ésos de las bombas de Madrid”. Y es por ello que, antes de cargarnos la relación, el año que viene dimitimos que, como dijo aquel pequeño gran hombre, “¡qué difíciles sois de gobernar!”.

05 diciembre 2005


Hey tú

Celebro que existan defensores de los animalitos varios. Yo mismo, desde que estoy con mi rival, hasta formo parte de ese lazareto animal gigante en el que se va convirtiendo la casa de mis suegros que, bicho que se escogorcia y que atisban, bicho que se queda con ellos. Ahora intenta traerse a casa a una gata de dos meses a la que le falta un ojo y le digo que a lo sumo si me deja llamarle Falconetti. Ya veremos, nosotros. Los que me revientan son los polsmacarnis, con sus diversas puñetas. Macarni ha decidido que no toca en China porque hace unos días vio unas imágenes de cómo se torturaba a perros y gatos para vender sus pieles. ¿No notaron el lunes un leve terremoto? Eran los chinos brincando de alegría porque Sir Pol no les iba a dar la chapa en un tiempo con ese pestiño de conciertos que lleva 35 años ofreciendo, como el que les infringió hace nada a unos astronautas. Música al margen, que el hecho de que los Beatles me parezcan una birria en relación con su nombre y que la única canción del maravilloso duo post-duo que logro tragar es el Mother de Lennon no tiene nada que ver, estas patrañas me repelen profundamente. No sé, que empiece por sacar sus cedés de los centros comerciales donde se vendan pieles, que deje de tocar donde se mata legalmente a personas, donde trabajan niños por un euro al día, donde las prostitutas más viejas tienen 15 años, donde hay corridas de toros o peleas de gallos o carreras de caballos donde los caballos se rompen las patas y se les pega un par de tiros (¿Ascot?). Se le acaba el mapamundi y me lo veo tocando 120 conciertos al año en Islandia, donde son gente seria y, ante la sola perspectiva de tenerlo tantos días abrasando con Hey Jude, seguirían afianzando su liderato como país con más suicidas del mundo.

03 diciembre 2005


Absentismo

Lo de algunos de los parlamentarios que pasean sus carpetas por ese edificio que bien tirao a tiempo le hubiera dao al centro de Pamplona algo de aire es cuando menos asombroso, sino indignante. Lo de algunos parlamentarios que, haciendo dejación de su responsabilidad para con ya no sólo sus votantes si no, lo que es más grave, con sus propias propuestas, se largan a tomarse un pincho al Australiano caminito a Diputación, da que pensar. Que en el debate de las enmiendas parciales al Presupuesto del 2006 no estuviera el portavoz de CDN y que por tanto no pudiera votar ya que el compadre estaba en Diputación en un acto oficial de homenaje a los jubilados (si no vas al acto no existes, si te ausentas de una votación no pasa nada, ya se votará otra vez en diciembre si va a Pleno, espero estar, pensaría, si no coincide con el Navarra-China, por ejemplo) demuestra bien a las claras que esto de la democracia pende en muchas ocasiones de la agenda Palm y del rostro del personal, que prefiere cantar qué cojonudos que sois abuelos (que lo son) que trabajar, que no es otra cosa que obligar al gobierno a soltar la pasta en lo que tu partido cree que tiene que soltar la pasta, en este caso la ayuda para el Parque de la Memoria de Sartaguda. No entro en si la ayuda está bien o no, es mucha, poca, se debe o no dar, pero hombre, no jodas, que las ganas de mear se entienden y, si hay que ir al baño, se va, pero anda que hacer un Hannover (ya saben, no ir a la boda y sí a la comida) en mitad de la votación y volver después a la sesión de la tarde y decir que sí hombre que sí, que estoy a favor de la ayuda, pues no hay por dónde cogerlo. Y es que, aunque la cosa al final vaya a tener solución, es importante estar donde hay que estar cuando hay que estar. Trabajando.

02 diciembre 2005


La caidita

Ustedes quieren que les hable del helicóptero, ¿verdad pillines? Pues vamos. Vaya por delante que uno se alegra de que la cosa no pasara de un susto pero es que claro, tal y como son la mayoría de los políticos, pasa lo que pasa. Estaba yo viendo ensimismado la entrevista que Annie Rose le estaba efectuando a Sofía Mazaquégatitostanmonos, que estaba nominada al Cervantes, cuando me enteré del sucedido vía Hilario Pinooooo, Pinooooo, Pinooooo (echo de menos al Butano) y ya fue un no soltar la tele, canal por canal a la máxima velocidad que me permitía el pulgar a ver si veía imágenes del boinazo, que uno es morboso. Luego estuve toda la tarde de web en web recopilando información y di con la clave: iban muchos, como cuando de pequeños nos quedábamos la cuadrilla entera colapsaos en el ascensor jugando al tres en raya con el vaho. ¿Y por qué iban muchos? Porque a ver quién es el guapo que le dice a la Espe, al Rajoy o al alcalde (¡viva el munícipe por antonomasia!) que uno de los tres sobra. Piloto tenía que haber, por fuerza, policía, también, no fuera que pasara algo, y cámara, por supuesto, un acto político sin cámara ni es acto ni es na. En total, seis, lo que, según los expertos, es mucho cuando se despega de un sitio que no está preparado y el ascenso debe ser vertical. Estos ojos que se han de jalar los gusanos han visto movimientos para salir en una foto o en una imagen que harían palidecer al mismísimo Houdini, batallas campales por ver quien asistía o no o hablaba o no en tal o cual acto o aparecía o no y por qué en determinada publicación. Basta ver una imagen de una inauguración equis para comprobar la densidad de jerifaltes que se pueden colocar detrás de un metro de una cinta. Pues eso, que iban muchos, ¿porque no conducía la Espe no?

01 diciembre 2005


Bien empleada

Paso rachas. Lo mismo me pego tres meses sin probar un café que me aplico seis al día. Me ocurre con casi todo, como con los libros. Llevaba una temporada larga que veía un libro y me entraba una desazón que me tenía que encender un cigarro oyes. Hasta hace dos semanas. A saber: me he pimplao una biografía de Enrique Urquijo –demoledora-, otra de Eduardo Haro Ibars –más demoledora-, otra de Leopoldo María Panero –así, así-, El Tunel de Ernesto Sábato –agobiante-, Una sola noche de mi colega Ixiar Rozas –curiosa-, un relato de Benjamín Prado sobre su amistad con Alberti –estupendo-, El Aleph de Borges –infumable-, The Bob Dylan Scrapbook –impresionante-, Bienvenido Mister Cagada de Berlanga –muy bueno-, Leonard Cohen de Ira Nadel –interesante- y Cuentos de la Mala Strana de Jan Neruda –digno-. Un palizón, pero sarna con gusto no pica. Y hete aquí que el martes era el cumpleaños de mi rival y le regalé eso que en casa llamamos regalo boomerang, que consiste en regalar algo que va a disfrutar más el que regala que el regalado. Se llamaba El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon, del que no había oído ni leído nada, lo que siempre da más placer si la cosa sale bien. Y no me lo pensaba leer, que estaba ya fibrilando, pero lo abrí por curiosear y habla de un niño autista y el niño autista resulta que es el narrador y la narración es asombrosa y me lo leí del tirón y lo besé cuando se acabó y escribo esto para que al menos el amigo Patxi, que trabaja con personas de este tipo, lo lea si no lo ha leído y se lo recomiendo a ustedes ya que aunque a mí no me gusta que me recomienden las cosas ustedes no son yo y tal vez alguno lo lea y con que sólo uno se lo pase la mitad de bien que yo daré por bien empleada esta columna y adiós.