29 octubre 2006

Desestructurada

Dijo Aznar –José María- el viernes que le preocupa y mucho la “desestructuración de España”. No puedo estar más de acuerdo con él. El ejemplo más claro de esta situación lo tenemos con esos jodidos cocineros catalanes que han osado desestructurar lo que es la esencia de lo español, más incluso que que nos eliminen en octavos o cuartos de final: la tortilla de patata, sea o no con cebolla. Se empieza desestructurando la patata, se sigue por el huevo y se acaba con España por el procedimiento de vendernos nitrógeno de sabores para comer a 600 euros el plato. Las cosas son así y así me las creo yo, así me digan lo que me digan quienes me lo digan. También dijo que “el multiculturalismo divide y debilita a las sociedades”. Yo eso lo vengo diciendo años y no me pagan como a él. Otro ejemplo, en las comidas que prepara José Andrés, que es otro independentista encubierto: a la que puede, te mete ingredientes de fuera y te explica que eso es bueno, que hay que conocer cosas nuevas. Pues no, pues no, la tortilla con huevo, patata y cebolla y sal al gusto. O sea, española, como las bujías que pone Usillos. ¿Se integran los que vienen aquí? Siguen comiendo sus cosas, sus cebiches y sus doners y ni rastro de bien de alubias con chorizo. Pues eso, que yo tampoco. No sé qué más dijo Aznar, porque entonces llegó la enfermera –que es serbia pero maja- y me apagó la televisión y entonces nos dimos cuenta de que hacía ya unas cuantas horas que se me había pasado la hora de tomarme la pastilla verde, que es muy importante que me la tome –me dice- porque es la que me permite que no tenga alucinaciones y usted qué hace ahí delante de la cama mirándome con esa barretina que mira que me levanto y le meto una leche española estructurada y unicultural que te cagas mamón.

28 octubre 2006

Cojo cogido

Si hacemos caso a la sabiduría popular cuando asegura que antes se coge a un mentiroso que a un cojo, ¿qué pasa entonces cuando el mentiroso además es cojo o se hace pasar por tal con fines cuando menos poco claros? Pues se supone que entonces debe de ser tan escandalosa la cosa que saltaría a la vista. Pues no crean, no es tan fácil, que hay por ahí unos cuantos buenísimos actores de reparto. Es que en las últimas semanas seguro que los han visto, pidiendo una ayuda por las calles de lo Viejo, todos ellos de entre 18 a 25 años, con aspecto de haber venido de algún país del Este y una muleta en una mano. No son dos o tres, son una manada. Y es que yo conozco a tres cojos de verdad y como los tres son tíos estupendos como que me molesta un poco que haya personal que se invente estas cosas para ir tirando, porque ya dice El Maestro que incluso para vivir fuera de la ley hay que ser honesto. Y sé perfectamente que pedir por la calle no es plato de gusto y seguro que muy duro y quizá alguno sea cojo de verdad, pero un poco de sinceridad nunca está de más. Porque una mañana de domingo muy temprano entré en un bar a tomarme un café y pasar las hojas de algunos periódicos y allá que estaban dos de ellos aplicándose un desayuno continental –que me parece genial- y las muletas apoyadas en la mesa y a uno de ellos le entraron los apretones y como el baño estaba en el sótano para allá que bajó y la muleta se quedó en la mesa. Y bajaba el tío las escaleras que ni Norma Duval en sus tiempos. Las volvió a subir más rápido que Landis el Joux-Plane y se sentó de nuevo. Terminaron y entonces sí que cogieron las muletas para salir y, al verme que me reía, uno de ellos me guiñó un ojo. ¡Qué jodío! Pues mira, ahora te guiño yo: treintayunastres y de mano.


27 octubre 2006

No es nada personal

No sin razón, mi rival me suele decir que me pongo un poco “pesadito” con algunos temas. Pero es que, claro, a veces no queda más remedio que sacar el martillo y darle más de la cuenta al mismo clavo, porque hay clavos muy puñeteros, con las cabezas muy duras. Porque a mí que me explique alguien qué pasaría si algún dirigente sanitario dijera que a aquellos que usan más el sistema público se les premia más –o se les cobra menos- mientras que a aquellos que lo usan menos se les castiga, que es lo que ha dicho Luis Ibero. Ha dicho que subiendo a un euro el billete suelto de villavesa se “fideliza” al que usa tarjeta y se penaliza al que usa “menos habitualmente” el servicio. ¿Usted qué coño sabe si yo uso poco o mucho la villavesa, Ibero, salao? ¿No tengo derecho a negarme a tener una cuenta corriente en un banco sin que por ello me tenga que salir el doble de caro montarme en un autobús público, repito público, que uso las veces que me da la real gana? ¿Cómo tiene el enorme rostro de decir que se pasa de 0,98 euros –subida inicialmente prevista- a 1 euro porque habría problemas para dar cambios? ¿No está hasta ahora el billete a 0,86, con lo cual se dan ahora el doble de monedas de dos céntimos que si costase 0,98? ¿Se cree que somos todos gilipollas graves o cómo funciona esto? Y si usted supiera algo de algo –que lo dudo, pero, si lo sabe, al menos tenga la decencia de no mentir- sabría que fidelizar no es cobrar menos o subir poco –de 0,45 a 0,47-, sino dar mejor servicio, más líneas, más frecuencias. Y con más personal, para que así los conductores descansen y no se conviertan en lo que a veces son, gente estresada por su culpa, en cuyas manos se deja la integridad de personas y que, al ser el rostro visible, pagan los despropósitos que usted comete.

26 octubre 2006

¿A suertes?

No me digan que lo del PSN-PSOE no se parece últimamente –ajusten el últimamente a la cantidad de años que más les apetezca- a cuando se juntan en las gradas del circo romano los Monty Python y Eric Idle dice: “Esos del Frente Popular de Judea son unos disidentes”. Y John Cleese le contesta: “¡Nosotros somos el Frente Popular de Judea!”, a lo que Idle responde: “¡Ah!, creía que éramos de la Unión Popular”. Yo, si fuese votante socialista, andaría más o menos así, que cuando votas –hipotéticamente- al PSN no sabes si votas a lo que decida Madrid, a lo que opine Patxi Lopez, a lo que responda Puras o a lo que le guste a Ripa. Y no digo que esto no pase en otros partidos, pero es que lo del PSN últimamente –ya saben, ajusten al gusto de cada cual el tiempo, como con el arroz- supera lo de los Python. En esta ocasión ha vuelto a ser por el órgano común, que es algo que parece preocupar a todos, lo del órgano. También al propio CDN, que hace 10 años estaba ninfomaníaco perdido con el órgano y ahora no lo quiere ni ver, por las venéreas, supongo. O UPN, que como el órgano lo plantea el PSOE dice que no, cuando otras cosas cantaba cuando el que se encamaba en el 98 era el PP. Por no hablar de Na-Bai y su camaleónico candidato Zabaleta -¿la gente tiene memoria o se la lava todas las mañanas?-, la ilegalizada Albornozsuna –no la cito no vaya a ser que me enchironen- o IU, que a ciencia cierta nadie sabe lo que plantea ya que le dan menos espacio en la prensa que al horóscopo. Dicho lo cual espero bien esperado que alguien se invente un nuevo partido de aquí a que lleguen las elecciones, porque si no ya me veo como todos los años, que miras todas las papeletas y piensas: “Si ésta es la carta, cómo será el menú”. Eso sí, ¡viva el Frente Judaico Popular!

25 octubre 2006

Xabier

¡Diossssss, cuánto te echaba de menos, Xabier! No sé qué has hecho ni qué te propones, pero igual me da, con tal de que vuelvas a los papeles y la gente hable de ti, y no del triste de Imaz. Lo importante es que has vuelto, porque te he visto en un titular. ¿Por qué nos hiciste esto a tus fanses, retirarte, con lo que te hemos querido, aunque fuera a fuerza de tenerte manía? ¿Por qué? Mi abuela, mismamente, llevaba todo octubre con la tensión por los suelos y fue verte a ti en la tele otra vez en no sé que de te habías autoinculpao y fue un subirle la alta a 20 que daba gusto verla, con la baja a 12 y unos colores que parecía Heidi y unos exabruptos que ni el capitán Haddock. 17 croquetas se comió de un viaje, la abuela. Y bien de vino, que no falte, que el agua le pone “triste el estómago”. Y además has vuelto por donde solías, arengando a las masas, como en aquellas gloriosas mañanas de domingo en cualquier campa perdida de “el país”, justo antes del ángelus de un Retegi-Galarza cualquiera. Porque nadie arenga a las masas como tú, Xabier, nadie, así que ten por seguro que tu llamada a que la población se autoinculpe mañana en no sé que proceso contra Ibarretxe va a ser un éxito. Por que tú tienes eso tan difícil de tener que se llama carisma. Tú llenas una pantalla nada más salir, tu pones íntima cualquier plaza por grande que sea, tú eres capaz de levantar más urticarias que todos los oteguis, carods y demás alevines que en el mundo pongan. Tú eres un sinmolde, Xabier, como Elvis o Sinatra, por lo menos. Y, sobre todo, tú eres la única persona en el mundo que es capaz de que la abuela pare de hacer tres chaquetas para niño por hora y deje cruzadas las agujas así, al lao del brasero, con la mirada perdida y diga: “¡Es que es tremendo!”.

22 octubre 2006

¡Bruuuuuce!

Bruce Springsteen está entre nosotros. ¡Bieeeeen! A no ser que te exilies a Laponia con el abuelito Yulupuki es imposible no enterarse de que está de gira por España, tal es la maquinaria propagandística. ¡Bieeeen! Como es un tío íntegro, ahora canta temas de Pete Seeger, que ya saben que es un mito del folk progresista estadounidense, que lo mismo te canta viva la quince brigada que la preciosa ¿a dónde se han ido todas las flores? o coge un hacha y trata de cortar el cable del sonido de Bob Dylan en Newport 1965, aunque ahora el bendito de Pete dice que no trató de cortar el cable. A lo que iba. Bruce es un tío enrollao y, como no escribe una canción decente desde hace 20 años –aún me hago cruces de que le dieran el Oscar por la canción de Philadelphia en lugar de al temazo de Neil Young-, hace versiones de Seeger, canciones que casan mucho más en recintos pequeños que en plazas de toros con 28.000 espectadores a 65 euros la entrada, que es lo que cobra el bueno y el coleguita de Bruce antes de volverse al rancho a tratar de componer aunque sea cuatro minutos de música potable o similar. Mientras tanto, seguirá repitiendo hasta la saciedad su ya clásica pose entregada con la vena del cuello a punto de estallar y la guitarra pa aquí y pa allá como si la cantidad de metros recorridos en el aire por el mástil fuese lo importante. Y como Vicente seguirá yendo a sus conciertos ya saben qué pasará, que la gente para allí que irá, no vaya a ser que en esos conciertos que están sacando en la tele y que dicen que siempre se llenan no esté yo, allí en primera fila preguntando: “¿Esto que suena, qué coño es?” Son 3 euros por tema, majo. Eso sí, una banda excelente y un ambiente muy comprometido y muy todo y luego te vuelves a casa a poner The River la vez un millón.

21 octubre 2006

Palomera

Hace unos días hablamos de palomas, como recordarán si son tan insistentes con esta columna como Elizabeth Taylor con mandar invitaciones de boda. Nos referíamos en aquella ocasión a esas aves que surcan los cielos durante miles de kilómetros, ingrávidas y hermosas, y una mala mañana acaban en un puchero de Etxalar con chocolate derretido por encima, que no es una muerte como otra cualquiera. Hoy glosaremos, en contraposición, a las seis vacas burras que llevan más de un año en el alero de la casa que está pegada a la ventana de mi dormitorio y que a las siete de la mañana empiezan a manifestarse como lo que son: bichos asesinables. Y no lo digo yo, que no soy de Greenpeace. Lo dice mi rival, que les pasa a los de Greenpeace por la izquierda. Una mañana –“como me daban penica”-, les puso en el apoyacodos de la ventana de la cocina unas migas de pan. Al día siguiente traté de mirar el contador del gas y no se distinguía la pantalla de la mierda que habían dejao. Como un desagüe de la casa hace mal la digestión -y atufa vía el sumidero de la ducha del baño pequeño- hemos decidido dejar el ventanuco abierto. Pues bien, tenemos plumas hasta en la escobilla. Amás, amás, te estás echando la siesta y se te plantan en el velux –la ventana del tejado- y se te quedan mirando raro, con cara de paloma. ¿Por qué sois así, hijas? Al final nos váis a obligar a hacer lo que me contó un día el amigo Tati, que vive en la Mañueta y le pasa lo mismo, y ha ideao un palo percutor tamaño pértiga. O peor, que cualquier día les tengamos que llamar a los de Etxalar para que se vengan por aquí porque hemos leído que de momento no hay mucha pasa. Pues que sepan ésos de Etxalar que aquí tenemos seis goooooordas como ellas solas. Además no les íbamos a cobrar ni la palomera ni nada

20 octubre 2006

Codazo

Me acabo de dar cuenta, avergonzado, que llevo ya un mes dando la barrila y aún no había citado a El Maestro. Ese Maestro que dice dentro de los museos el infinito sube a juicio. Como el hombre resulta un poco críptico a veces, hay que decir que lo quiere contar es que no le gustan los museos –lo sé por que se lo he leído en alguna entrevista- A mi tampoco me gustan los museos y he de decir que desde antes de conocer a El Maestro. Tal vez sea porque tampoco es que me gusten excesivamente los cuadros ni las esculturas, ni nada que en general se cuelgue de una pared para que la gente lo mire con cara de interés y –en muchos casos- cuerpo de prisa. Será que no valdré para lo tridimensional. Por eso me suelo reír mucho cuando birlan algún cuadro famosísimo y se lo colocan los colegas en el txoko mientras juegan al pinchazo. También me resulta ridículo cuando algún millonario –excéntrico, por supuesto, porque sólo los millonarios se suelen permitir el lujo de ser excéntricos- paga millonadas por una tela, la que sea, tela que, en el 99% de los casos, luego vende multiplicada para sacar mucha más tela. O sea, que el cuadro como tal le importaba una mierda. Como iba a hacer el buen hombre que compró uno de Picasso por 48 millones de dólares y lo iba a vender por 139. Vamos, que le iba a sacar una pasa de 12.000 millones de pesetas. Hasta que se puso a enseñarlo a unos colegas, le pegó un codazo sin querer y le hizo un agujero, con lo cual ya no sé si el cuadro no lo vende ni a tiros o se le revaloriza, que el mundo del arte es asín. La cosa es que luego me enteré de que el hombre tenía retinosis pigmentaria y no calcula bien las distancias, así que, por respeto a los que tienen esa enfermedad, me tuve que tapar la carcajada. Si no, era para aplaudir con las orejas.

19 octubre 2006

Quitaamigos

Desde hace 10 meses tengo un amigo de menos y un dolor de más, de bastante más. No es raro, mi caso, y le puede pasar a todo el mundo. Lo que distingue el caso es que mi amigo se mató por purita mala suerte y algo más. Se le torció la moto y se cayó al suelo. Pero entonces entra en escena algo que ya no es sólo la purita mala suerte, sino el algo más. Porque mi amigo derrapó por el suelo unos cuantos metros y se pegó con la cabeza –y con un casco de 70.000 pesetas- contra un poste de hierro de apenas 10 centímetros de ancho. Ése poste del quitamiedos –del quitaamigos- es lo último que vio. Ni siquiera se hizo un esguince en un dedo. De ahí se deduce que si ese tipo de poste no hubiera estado ahí mi amigo sí estaría aquí. Esto es, que, en el mundo de las carreteras, lo que protege a unos –coches- mata a otros –algo así como una vacuna que protege a los que ven bien pero deja ciegos o mata a los miopes, una vacuna que jamás dejarían salir al mercado-. Bueno, eso ya pasó, aunque lo recordemos todos los días. El asunto es que el Gobierno de Navarra se comprometió a revisar esto de los quitaamigos hace casi un mes, pero con fecha de inicio 1 de enero de 2007 y así como muy paulatino. Y pasa lo que pasa, que también paulatinamente los amigos de otros derrapan por el suelo –el domingo un chico en Burgui - y se revientan la cabeza con los postes, como las moscas cuando se acercan a las bombillas matamoscas. Así que le pido al consejero –y no soy nada de pedir- que se deje de plurianuales y de tocar la moral con las agendas y las comisiones porque el asunto es que la gente se mata cuando no debería matarse. Y, lo que es aún peor que el caso de mi amigo, se mata a pocos días de que tal vez ese poste hubiese sido retirado. Así que déjense de mandingas y empiecen pero ya.

18 octubre 2006

Números

No sé qué hago escribiendo en un periódico que se van a leer las sardinas del bocata, cuando lo que se me daba realmente bien de enano eran las matemáticas, entendidas como el cálculo rápido, zis-zas. Ya cuando aquello se empezó a complicar y había que aplicar el raciocinio a las ecuaciones y había fórmulas y eso me vine abajo, pero hasta entonces me podía haber presentado perfectamente a Qué Apostamos. Total, que he leído que en los primeros 15 días han pasado por la exposición Navarra: un futuro entre todos alrededor de 4.300 personas, las mismas que reunió Ana Torroja en una noche. Puse en marcha mis perjudicadas neuronas y funcionaron: me sale que si continúa este promedio – más bien goteo de desierto- la habrán visitado cuando acabe -el 7 de enero- unas 28.000 personas, eso siendo optimistas y siempre y cuando no hayan contratado a nadie que entre unas 10 o 20 veces al día. Y, sobre todo, me sale que, situado el coste de la exposición en un lado- 3 millones de euros- y los visitantes en el otro -28.000-, al Gobierno de Navarra –o sea, ustedes y yo- nos sale cada visitante a 107 euros. No está nada barata la vida. Yo no voy a ir, así que a la siguiente que no me inviten y me compran por ese precio un juego de sartenes, que las mías ya no adhieren. Joder, es un pastón, ¿no?, si lo miramos asi per capita que se dice. Porque ya antes el bote nos salía fino, a unos 10 euros por navarro que cotiza para pagar la cosa ésta –bastante más que todo el presupuesto de Turismo para promoción, esto es, para decirles al resto que andamos por aquí-, pero visto como va hasta la fecha el goteo de visitantes al final va a resultar la exposición con una relación visitante-coste más cara de la historia. Eso sí, no me hagan aplicarle ecuaciones políticas. Ahí ya me vengo abajo.

15 octubre 2006


TDT

La vicepresidenta del gobierno de la cosa, María Teresa Fernández de la Vega, ha pedido a los ciudadanos madrileños “disculpas” por la confusión creada en torno a la candidatura socialista a la alcaldía de Madrid. A los demás, que nos zurzan. A los demás, que llevamos tragándonos la brasa esta de la alcaldía de Madrid como si fuera la de nuestro propio pueblo, que nos operen. Estamos ya habituados a que, cosa que pase en Madrid –y no por que sea Madrid, sino por ser la capital de la cosa, que lo mismo pasaría si fuera Barcelona, Sevilla o Zafra-, cosa que parece que nos ha pasado a todos sin excepción, dada la atención informativa exagerada que se le dispensa. Da igual que sea un atasco, una torcedura del huevo derecho del delantero local o un tránsfuga. Pero esta vez ha sido excesivo. De ahí que pido encarecidamente que los telediarios nacionales lleven incluida la opción de noticias alternativas si uno no quiere ver las andanzas del Bono de turno haciéndose querer en Chueca y luego diciendo que no, tontorrón. ¿Eso era la televisión digital, si no entendí mal, no? Que no te apetece, pretas botón y una presentadora paralela –en el tiempo- te habla de otro tema. Que sigue sin gustarte, vas a una tercera opción. Y sucesivamente. No me vale eso de que si no te gusta apagas, no. Bastaría con que todas las noticias encajaran unas con otras y así si te pasas a otra no te pierdes nada. También es verdad que, si apagas, la mayoría de las veces no te pierdes nada, pero bueno, ése es otro tema. Porque luego algunos se quejan de que los americanos no saben poner España en el mapa, cuando sospecho que el 90% de los periodistas de Madrid creen que una trainera es una trainer personal. Lo que todavía no entiendo es porque no han pedido aún la independencia.

14 octubre 2006


Agua

El ser humano –concretamente el ser humano de Pamplona- se enfrenta en los próximos años a uno de los mayores problemas que jamás le hayan situado delante: el agua. Estaremos de acuerdo, supongo. Pero no el agua en sí, como tal elemento, o su escasez, sino el agua en vaso o el agua en botellín. El agua gratis o el agua a 1,10 euros para empujar el pincho. Ése es el reto, si saltar o no la barra del bar y agarrar al camarero por la pechera cuando después de haber pedido un pincho de tortilla y “un vaso de agua, por favor” –literal- el buen hombre llega con el pincho de tortilla – a veces frío y sin pan, para que haya que pasar el rato de pedir que lo calienten y una rodaja de pan- y un botellín de 1,10. Esto aquí, claro, donde el agua de los grifos sale fresca, clara y potable. No quiero generalizar tampoco, pero sí que es cada vez más frecuente que, en cuanto pueden, zaska, botellín. ¿Qué hace uno entonces? ¿Pasa el mal trago y le recuerda al camarero que sólo ha pedido un “vaso de agua, por favor” o se resigna y le da un tiento al botellín, del que no bebe ni la mitad, y paga casi 3 euros por el conjunto? Tremendo dilema éste y tremenda labor la que deberían de hacer los hosteleros para que los sistemas de funcionamiento de algunos no sigan perjudicando la labor de todos, ofreciendo una imagen de aves de rapiña que en la mayoría de los casos no es cierta pero que en muchos también es cierto que está más que justificada. Eso por no hablar de la casi inexistente atención de sacar algo que acompañe a la cerveza o la consumición, práctica más que extendida en la mayor parte de España, donde además las consumiciones son más baratas. Porque a mí la Semana del Pincho me parece genial, pero ya dijo Vázquez Montalbán que “la verdad está en los días laborables”.

13 octubre 2006

Y tú más

Sabía que me iba a llamar. Y llamó. “¡Venga, vente, que hay un ambientazo de la ostia!”. Total, que como vivo alao, me pongo lo primero que pillo y me planto allá. Por un hermano, lo que haga falta. Allá es la puerta de Koppo, a 10 metros de 200 jambos con banderas españolas -o así- y rodeao de policías del tamaño de Gasol, ya que estoy dentro del perímetro de seguridad, al que no entran en teoría los del bando contrario al de las banderas españolas. Para mi hermano “ambientazo de la ostia” es que haya sonido de pelotazos. Ambiente hubo, doy fe. Entonces le pregunto que cuándo empieza el partido, que de momento sólo los veo calentar, plaza del Vínculo abajo plaza arriba, mientras uno se saca la chorra y vacila a unos que están tranquilamente en el Café di Roma. “Curioso modo de calentar, debe de ser el método Pilates ése famoso”, le digo a mi hermano, que me da un codazo y me dice: “¡Calla, que empieza!”. No entiendo la mitad de lo que dice el elemento ése y lo que le entiendo no tengo rollos de papel de baño suficientes en casa para limpiarlo, aunque vamos, lo que dicen los que están fuera del perímetro de seguridad también es curioso, por llamarlo de una manera fina. Le pregunto: “¿Oye, los de casa porque están tan mosqueaos?” Me dice que es porque no les gusta nada que vengan de fuera a revolver y porque además creen que los árbitros son muy anticaseros. Debe de ser que revolver en tu propia casa está mejor visto. No entiendo este deporte, la verdad. El marcador es rarísimo y además, cuado acaba el partido, los de casa acompañan a los de fuera hasta el autobús, lo mismo que han hecho a su llegada, que los han recibido. Tiene que ser por fuerza un código ético interno de la Liga ésta que juegan. Lo cierto es que a mí no creo que me pillen en la siguiente.

12 octubre 2006


El hogar

Pues me parece muy bien que fracasen las negociaciones de Miranda para traer líneas aéreas baratas a Pamplona. Con lo tranquilo que entra uno al aeropuerto de Noáin, mira la pantallica y ve: “Salidas: Barcelona”. Y punto pelota. Salida a Barcelona y llegada de otro desde Madrid, para no liarse. Luego te dicen Pasajeros con destino Barcelona embarquen por la puerta 1. Y embarcas por la 1 porque la única alternativa es la 2. Eso da una paz terrible. No como cuando estas en Heathrow, que entras con la marca de la rosca de la boina y empiezas a ver pantallas por todas las partes con miles de vuelos y a ver donde está tu geit, la jodida geit. Y te dicen pasengers destineision Barcelona go tu geit tuentitu. Y la dichosa geit está a tomar por saco. Eso si entiendes lo que dicen. Y en Madrid pasa igual, que hay miles de pantallas llenas de arrivals y departures. Aquí no. Aquí te sientas con tu librico y te puedes leer Los pilares de la tierra tan ufano, que sabes que la puerta es ésa y el vion ese pequeño de hélices que hay fuera, que casi podrías llenar el depósito de la gasolina tú mismo. O como me dijo mi rival la última vez: “¿Le habrán cerrado la bien la tapa de las pilas, no?”. En cambio la gente quiere más vuelos, a más sitios. Haced escalas coño, que como no se puede fumar a no ser que no salgas del aeropuerto y vuelvas a pasar por el detector así fumáis menos. A Londres, a Londres, que quiero ir a Londres. ¿Qué se te habrá perdido a ti en Londres? Más te valdría conocer antes Burguete, que no has estao nunca. O Fitero. ¡Cosmopolita! Y esa cosa hogareña que siente uno a las siete de la mañana cuando rugen en el cielo los motores, que te das la vuelta amoroso en la cama y le dices a tu rival: “Mira, cariño, el avión a Madrid”. Y te responde: “¡Ya te callarás!”.

11 octubre 2006

En tó

Usted es una paloma. Una paloma normal y corriente, de hoy, de su tiempo, como la princesa. Usted tiene familia en África y todos los años se va unos meses para allá porque en el país que usted trabaja están en regulación de empleo y además hace un pelete importante. Y pa pasar frío no estamos, aunque seamos palomas. A usted eso de hacer cola en Algeciras pa pillar el ferry a Tánger no le va nada, porque una vez lo hizo y le cachearon, así que prefiere coger corriente de aire y manta y bajarse a su bola, con los colegas. Además se saca un extra haciendo fotos pa los del Google Earth. Pero el otro día usted se preocupó. Había un par de colegas de viaje que no habían pasado nunca por allá, porque no les dejaban aún sus padres, y usted les avisó de que en llegando a aquel pico iban a ver a unos tíos con unas palas como de tenis-playa y unas redes. “Es todo un espectáculo”, les comentó. “Y, según me han dicho, se come muy bien. Lo único, no os acerquéis mucho”. Pero no había nadie ni con palas ni con redes, sólo mirones –“serán robasetas”, pensó-. Y quedó usted muy mal con los amigos, porque fardar de algo y que luego no haya nada de ná es quedar muy mal, que a ver qué caso le van a hacer cuando pasen por encima de la Línea de la Concepción y les diga: “Esto es España y ese pedrusco de enfrente es Inglaterra”. Le van a mandar a tomar por culo, por fantasma. Así que en cuanto llegue usted a Assilah le va a poner un fax al alcalde de Etxalar: “Señor alcalde, exijo una explicación y, por supuesto, que se me pague el día entero, porque pasé tal y como estaba fijado en nuestro contrato, a la hora y altura exactas. Tómelo como lo que es, una amenaza, porque, de seguir esto así, llamo al sindicato y por allí no pasa este año ni el apuntador. Me cagoentó”.

08 octubre 2006

Sabadete

Ayer fui al banco. No me abrían. Había una tecla bajo la que ponía pulsar en caso de oficina cerrada. Había otra que ponía pulsar en caso de oficina abierta. Y una última que decía pulsar en caso de duda. Como dudé cuál pulsar, pues pulsé la última. Se abrió la puerta y entré. Iba en chándal, que es mi uniforme de los sábados, que le hago un dobladillo a los pantalones por la cintura porque me vienen grandes de largo y así no arrastro las perneras por el suelo. Lo malo es que por los dobles que le hago entonces se me anulan los bolsillos y tengo que llevar las cosas en las manos. Como el DNI. Tengo que comprarme otro chándal. De tactel. El caso es que entré con el DNI en una mano y las llaves, el móvil, la cartera y dos euros en la otra y cuando aquel hombre que vino a recibirme quiso estrecharme la mano traté de pasarme el DNI a la otra y se me cayó. Y agacharme no me iba a agachar, que uno es osado pero no tanto. Aún debe de estar ahí, donde pone espere su turno. El hombre me dijo: “A mi me pasó una vez lo mismo. Ahí se quedó, en la entrada de la UGT”. Cada clase social tiene sus miedos, atávicos. Y su derecho a ir en chándal largo. Roto el hielo, que no otra cosa, se presentó: “Joaquín Euribor, para lo que guste”. Le contesté: “Señor Euribor, no sabe las ganas que tenía de conocerle. Pensaba que el chivatazo que me habían dado era una broma de mal gusto”. Luego ya empezamos a hablar de las condiciones de mi hipoteca, de mí, de él, que me dijo que era un poco ciclotímico pero que lo llevaba bien, y estuvimos tan a gusto. Tanto tanto que en un momento dado me relajé, se le cayó al suelo la pastilla de Fa y me agaché. Doler doler no me dolió, pero se me quedó una sensación de impotencia... Y a ver quién pone una denuncia sin DNI. Pero me ha bajado medio punto.

07 octubre 2006


Predicción

Me gustan los mapas. Y las fotos del Himalaya. Siempre que voy a un viaje largo en coche me pido de copiloto y pregunto al conductor si lleva mapas. Si no lleva, los compro, para consumo personal señor agente. Me conozco España de memoria, como Jiménez Losantos o más. Las fotos del Himalaya también. Las miro embelesado y si en ellas aparece un cielo con una nube lenticular le grito al himalayista que baje rápido, porque un amigo me dijo un día que las nubes lenticulares son las peores en el Himalaya. No me oye el himalayista, porque es un himalayista de papel. Ayer vi un cartel lleno de gente, me asusté mucho y les grité y no me hicieron caso, así que lo escribo aquí por si alguno lo lee mientras hace cola para entrar en la exposición. Este es un aviso a los que van a la exposición que ha organizado el Gobierno de Navarra en Baluarte, concretamente a los que salen en el cartel que ha preparado el Gobierno. Sois muchos, no sé si de verdad o hijos de Photoshop –ese gran fornicador-, pero por si acaso os informo: encima vuestra hay claros, pero justo donde se juntan el Txurregi y el Gaztelu veo nubes lenticulares. Vais felices y variados –niños, niñas, padres, madres, abuelos- a la exposición ésa que ha costado tres millones de euros y en la que se os habla de vuestro futuro. Tened cuidado. Ésas nubes están cargadas de agua y llegarán a la plaza del Baluarte cuando vosotros estéis dentro. Saldréis a la calle y bajaréis por las escaleras del parking a poneros a cubierto. No lo hagáis. Es una trampa. Si además baja la temperatura, el agua que corre a chorros por las escaleras se helará y convertirá el parking en una tumba de hielo. Ése será vuestro futuro si no sabéis leer las nubes y por donde sopla el viento. Y sobre todo si bajáis por esas puñeteras escaleras.

06 octubre 2006


Globo sonda

¿Se acuerdan de aquel ancianito adorable con aspecto de lunático que durante un tiempo colaboró con Rato? Se acuerdan. Barea lanzaba los globos sonda y, según cómo volarán de bien los globitos, Rato los hinchaba o los deshinchaba. Si volaban mal, Rato lo achacaba a la comisión técnica de turno, que es como el hermano pequeño que tira todos los jarrones y se sorbe los mocos, que siempre tiene la culpa de todo. Si volaban bien, en cambio, Rato se hacía unas fotos divinas y le acariciaba a Barea la melena canosa que tenía. Pero cuando volaban mal jamás le oí decir algo que dijo el otro día Luis Ibero tras rectificar: “No imaginaba semejante polémica”. Se refería a la de las silletas en las villavesas. Rectificar está bien, es de agradecer, pero agradecer por la rectificación de algo que nunca debió de haberse convertido en globo sonda es distinto. De ser cierta, su frase, que no imaginara la polémica, lo explica todo. Explica qué lejos están algunos de entender los sentimientos de sus congéneres o iguales, porque si uno está cerca, entonces los entiende y ve las polémicas al vuelo en cuanto cualquier integrante de comisión técnica alguna plantea semejante charranada que no sólo no lleva a ninguna parte si no que además es una bobada. Porque la polémica al fin y al cabo es una bobada, que tapa temas de más calado como los recorridos, las frecuencias, los precios, etc. Lo que es áspero de tragar es que todo un presidente de la Mancomunidad no imaginara que la gente se iba a echar las manos a la cabeza. Con lo fácil que es decir “nos hemos equivocado y damos marcha atrás”. Pero no nos pongamos dramáticos, no vayamos a pedirle a Ibero que haga lo que tampoco hacen ninguno de sus rivales políticos. Eso sí, el globo sonda te ha salido una mierda globo.

05 octubre 2006

Patitos feos

Seguro que se han fijado más de una vez en la frase tópica que dicen todas las modelos. No, no me refiero a esa de “ser guapas no significa que seamos tontas”. No, ésa es fácil. A mi la que me gusta es ésta: “Era el patito feo”. Así, el patito feo. El día que lea o escuche a alguna que diga “la verdad que yo siempre he estado un rato buena toda la vida” le pienso mandar un ramo de rosas, por sincera. Un rato buenas están también –casi sin excepción- todas las nuevas presentadoras de La Sexta o Cuatro, al igual que ellos, que o bien son directamente guapos o tienen esa mirada canalla que atrae o son sencillamente atractivos. Las que son feas o feos son graciosos –o lo intentan-, que es lo que se lleva. Ya no queda sitio para presentadores como aquel que tuvo Tele 5, el Fernando Olmeda, que parecía el hijo que no tuvo Ciges. Ahora ya no solamente hace falta dar bien a cámara, como se suele decir, sino que la pantalla se tiene que poner cachonda. Cachondo se va a poner el personal en el Masters de Madrid de tenis, ya saben, donde los recogepelotas de siempre dan paso a modelos en los partidos de más tirón. Este año, además, las van a vestir de colegialas. Como lo leen. Lo que no sé es si durante los puntos le darán chupaditas a una piruleta mientras se hacen trenzitas en el pelo con los dedos. Sería lo suyo, puestos a hacer el ridículo. Ya ven, mientras unos exigen que las modelos estén sanas a la hora de desfilar, el resto del mundo se ve colonizado por las guapas y los guapos. Hasta hay un programa de televisión donde enseñan a mover el culo por una tarima. Yo no sé si será verdad, pero hace poco me dijo un amigo que estuvo en el INEM y que había una cola para guapos, cargada de ofertas, y otra para feos. Para patitos feos. Se le recogen las pelotas a uno.

04 octubre 2006


¡Guapa!
Ya era hora de que la Mancomunidad hiciera algo serio, riguroso y justo para que los que somos flacos y además pagamos en la villavesa el billete completo -las casi 150 pesetas que cuesta si no tienes ni quieres tener tarjeta- nos sintiéramos protegidos del acoso al que nos somete la gleba, el populacho, que no sólo sube ella con su prominente barriga post-parto, sino que además sube al fruto del parto, que encima no paga, la criatura, y la silleta, que más parece una cuadriga. Ya era hora. ¡Vamos, ahora a por los gordos! Y luego a por los que tienen la napia grande, que cortan el paso. Y a por los de las mochilas -esto lo dice también El Mundo -. Sólo debemos quedar nosotros, los escurridos, que cabemos muchos. Y si encima pagamos el billete entero, como buenos contribuyentes, pues mejor, más pasta. Más opciones habrá así de rediseñar por sexta vez los contenedores. Las madres se quejan porque ven injusto que en momentos de apreturas el conductor les pueda obligar a plegar la silleta porque así tendrán que coger al niño en brazos. Dicen que si hay frenazos puede haber peligro para los niños. ¿Qué dicen ustedes, señoras? ¡Las villavesas no frenan! Se paran, reducen, pero frenar, ¡jamás! Y en el hipotético caso de que algún día suceda, no se preocupe, señora madre, capturaremos a su hijo con nuestros fornidos brazos fruto de miles de horas agarrados a la barra del bus con un solo pie apoyado y el bolso de una vieja -así dicho, sin metáforas- metido en el bazo mientras le aspiras el olor de la laca. Y luego esa libertad individual que se le da al conductor para obligar a plegar la silleta me encanta. Ese "lo dejo a tu libre albedrío y obligues o no obligues a plegar se te echará medio autobús encima". ¡Esa Mancomunidad, esa limpieza étnica! ¡Guapa!

03 octubre 2006

Cima de Iñaki Ochoa de Olza en el Shisha Pangma

Rompo la costumbre de colgar sólo los artículos, porque hace apenas una hora, el amiguete Iñaki Ochoa de Olza se ha subido a la cima principal (ya se había subido a la central hace 11 años) del Shisha Pangma (8.027 metros), su 11º ochomil. Ahora mismo está bajando a la seguridad del Campo Base. En su honor ponemos este Like a Rolling Stone, su tema preferido de El Maestro. Aupa Ochoas.

01 octubre 2006


Vamos a la calle

Caído en el suelo de una calle de Viena, sujetando el micro, el periodista implora con voz aflautada: “¡Pero si estamos en la calle. Llama a la policía!”. El periodista, como está en la calle y la ley en España dice que se puede grabar en la calle, se agarra a la ley, así lo que grabe sea a Natascha Kampusch y su familia o al hermano de Isabel Pantoja con una kurda del tres meando las ruedas de los coches, imágenes tomadas y emitidas exclusivamente para joder a su hermana, ya que él jamás ha vivido del mamoneo este. El padre de Natascha se mosquea después de varios días de acoso, les pide que dejen de grabar, éstos no hacen ni caso y les suelta dos guantazos. Pocos fueron. El periodista y el cámara luego van al hospital, a la policía y de ahí a los platós. Vamos, la completa ruta de la desvergüenza, supongo que –no vi el programa de ayer por la tarde para el que se grababa el reportaje, no sea que me metan en el share- culminada con un: “No era para ponerse así, hay que hablar como personas sin necesidad de llegar a las manos”. Pues qué quieren que les diga, sin defender esta práctica boxística a priori, tres buenas guaskas bien dadas ya se merecían estos y otros muchos. Pena que no se les puedan dar también al director del programa y a los de la cadena, que al fin y al cabo son los que mandan a estos periodistas de a mil euros al mes y contentos. El informativo de Tele 5, incluso, muestra las imágenes como una de las noticias de portada, ya que el programa para el que trabajan los periodistas se emite en esa cadena. No llegaré a decir que a algunos casi hasta les va bien profesionalmente hablando que de vez en cuando les den unos mamporros, pero la verdad es que lo parece. “¡Pero si estamos en la calle!”, grita ello. Por eso chaval, por eso.