30 abril 2008

¿Cultura?

Tengo tres autógrafos en casa, los tres únicos que he pedido en mi vida o que han pedido por mi. Uno es de Vázquez Montalbán y lo consiguió mi hermano en una feria del libro. El segundo es de Joaquín Vidal, el fallecido crítico taurino de El País. No me gustan las corridas de toros, pero no me perdía ni una sola de sus crónicas, que eran auténticas obras de arte, insuperables. En el tercero y último se lee: para Jorge, de su bandido Fendetestas, casuensoria. Se lo pedí en persona una tarde de agosto de hace ya muchos veranos en mi pueblo, a donde había ido a visitar a los amigos que hizo en los años que vivió allí mientras su padre, que era guardia civil, trabajaba en el cuartel. Por tanto, que le hayan dado el premio éste a Alfredo Landa me alegra y me resulta algo sumamente lógico si contemplo que este hombre que caerá mejor o peor pero del que no hay duda que es un excelente actor ha hecho papeles como los de El crack, Los santos inocentes, La vaquilla o El bosque animado, entre otros muchos. Bueno, ya sólo por el papel de Paco el bajo se merece este premio y todos los que se le puedan dar a un actor. Así que, por una vez, tendré que reconocer que estoy de acuerdo con la decisión tomada por Corpas y su cohorte de expertos, y más teniendo en cuenta que se le da a un artista de verdad y no, con todos los respetos para sus profesiones, a un físico, a un ingeniero o a un científico, como se ha hecho en anterior ediciones con esa regla de tres que alguien se inventó y que considera que todo es cultura, lo que puede dar pie a que el año que viene gane, yo qué sé, un fontanero. Estaría bien que de cara al futuro se siguiera esta línea y no se mezclará otra vez la cultura con las valiosas aportaciones por parte de personas que nada tienen que ver con la misma.

27 abril 2008

Girasol

Me estoy pimplando un par de huevos fritos con su correspondiente carro de patatas fritas y jamón serrano vuelta y vuelta en medio de un excelente tomate casero que hacemos en el pueblo de mi rival. Por supuesto, he reutilizado el aceite que guardo en un tarro, porque Arguiñano nos dijo que para frituras y cosas así se puede usar un par o tres de veces sin problema y yo lo que dice Arguiñano me lo creo. Claro, que ahora enchufo la televisión y hablan de que el aceite de girasol podría estar contaminado, así, en general, sin especificar ni la marca ni nada, que es como decir que no coman ustedes lechugas o arroz o pasta, que en Ucrania hay un partida contaminada. A eso le llamo yo exactitud en los avisos alimentarios. Bueno, el caso es que ahora mismo no recuerdo si el aceite que tenía en el tarro era sólo de oliva o también llevaba algo de girasol. Supongo que sí, que lo llevaba, porque usar sólo el de oliva para hacerte unas patatas fritas es tirar el dinero por la ventana, con lo cual en este momento quién sabe si no tengo en el cuerpo una toxina ucraniana bajándome por la rabadilla. Me da morbo eso, la posibilidad de tener algo ucraniano en el cuerpo, aunque también han dicho en televisión que consumir aceite de girasol no tiene riesgo para la salud. Yo me hago un lío: entonces, ¿lo tomamos o no lo tomamos? ¿quién redacta los avisos, Abbott y Costello? No sé, a mi estas cosas siempre me resultan de lo más sospechosas, eso de no coma usted esto, porque en casos así la otra alternativa sólo es una, a no ser que te hagas los huevos en aceite de soja, pero como que no. Lo curioso es que desde hacía ya un tiempo el aceite de oliva había pegado una buena bajada de precios y ahora se volverá a poner al nivel del caviar. No sé, yo, una por una, voy a untar.

26 abril 2008

Moción

Hace meses que no nos funciona el telefonillo y tenemos que bajar al portal para abrirle la puerta al cartero, al del gas, a los testigos de Jehová y a las visitas. Se cansa uno, pero se hacen piernas. Vienen a mirarlo, pero al parecer no hayan el problema. Hace semanas un camión de reparto le dio un churrazo al tubo de la cañería que baja por la fachada y dejó al descubierto uno de los tubos empalmados, fruto de lo cual el agua caía directamente encima del foco del bar de debajo de casa y parte de lo que rebotaba desde el foco iba a parar a nuestro portal y a nuestra puerta. Como es lógico, la puerta, al ser de madera, se hinchó y prácticamente no se podía abrir. Con salero y decisión, el dueño del bar hizo por su cuenta unos empalmes en los tubos y arregló el desaguisado. La semana pasada, cansada de soportar los tirones de los vecinos para poder abrir, la manilla interior de la puerta hizo crack y se partió. El vecino causante pudo salir a la calle, pero el siguiente fui yo y no hubo manera, así que me subí a casa, me asomé a la ventana y le grité a una viandante a ver si me hacía el favor de coger la llave que le iba a lanzar y me abría la puerta. Lo hizo, muy amablemente. Acto seguido, fui a Irigaray, compré una manilla nueva y bien maja y mi rival, que es la manitas de la casa, la colocó en un periquete, con lo cual ya no nos quedamos encerrados arriba con los Testigos de Jehová. Además, el calor está haciendo que la puerta se deshinche, ahora que ya estábamos haciendo brazo. Lo único que sigue sin funcionar es el telefonillo, o sea, la jodida tecnología. Les cuento todo esto por su intrínseco interés antropológico –no dejes en manos de los demás que lo puedas hacer tú- y porque vamos a presentar una moción de censura al telefonillo, a ver si hay suerte.

25 abril 2008

Meterla

Sanz, del que no dudo que es un buen tipo, mal que les pese a algunos, dice que lo suyo con los 400 euros era una hipérbole. Vamos, que no quería decir lo que dijo digo digo diego. Tarde. Mal. Pior. Analicemos hipérboles, seamos serios: tienes la polla como un osobuco . Fea comparación, fea hipérbole. Tus ojos me recuerdan las noches de verano. Mejor, bonito. Eres la luz de mi vida. Perfecto, así sí. Lo importante es saber a qué se dedica uno, a qué dedica el tiempo libre, cuánto dinero se gasta en mejorar la vida de sus ciudadanos. Un jerifalte -o como se diga- no tiene por qué ser Lázaro Carreter, pero, cuando menos, ha de conocer los sistemas precisos para que a los que vamos al día no nos falten al respeto, y ahí Sanz ha perdido todo el rumbo, porque ha cogido la hipérbole por las ramas o por los rábanos o pior. Seamos serios, vayamos a otra parte: no quería decir lo que dije. Bien, vale, correcto, entonces no hubiera hecho falta haber dicho lo que dijiste, mejor callarte. Es un problema muy extendido de los políticos hablar de lo que no les corresponde, meterse en veredas ajenas y, al final, cagarla. Ayer, en lugar de escribir una carta en la que pedir perdón, el presidente de todos los navarros trató de mininimizar su error y habló de una hipérbole, como el que habla de una metáfora o de una disfunción, en una carta al periódico navarro que se edita en Navarra y no es éste. Es un hecho casi sin precedentes, eso de escribir en el ipso facto, eso de dar una fe de errores, en lugar de pedir disculpas y a otra cosa. Uno de los grandes problemas de la política, y uno de los motivos por los cuales no nos la creemos es que, con lo sencillo que es pedir disculpas, hay personas incapaces de hacerlo, incapaces de reconocer que, en algún momento, la han metido.

24 abril 2008

O así

Mi familia está indignada, faltaría más, porque Juan no ha pasado el corte. Estamos más que hartos de que haya gente que pasa los cortes con total impunidad mientras que a nosotros ni siquiera se nos mira a la cara a la hora de pasar a los cinco finalistas del cartel de San Fermín, sólo porque no tenemos padrinos o ni siquiera madrinas, que ya está bien. Entendemos que somos pequeños y feos, pero no que seamos tan miserables que nuestro Toro Potito ni siquiera haya pasado el corte de los cinco finalistas, porque hay que ver cuánta variedad ofrecen los finalistas, que hay que joderse, que hay que ver la miseria de carteles que ha elegido el jurado, que o es rojo o es blanco o es blanco y es rojo o todo junto o.... . Les dejo con una reflexión, para que vayan aprendiendo: mamá, tengo pis. Eso es todo lo que dijo Juan, pero no lo que dijo su madre: si mi niño no es capaz de ganar el concurso, es que nadie puede. Bueno, es lógico, es su madre. Al fin y al cabo, si no puedes ganar, es que el jurado ha decidido por ti, lo que no deja de ser un alivio, porque la Barcina es lo que tiene, que es una máquina de quitarte problemas, una MacGiver, que te quita las ganas de competir con los demás. Yo no sé ustedes, pero a mi esto de poder votar el cartel siempre me ha parecido una parida de mil pares, porque, en definitiva, sólo vamos a poder elegir entre cinco, cuando al principio por lo menos había más de 500 y teníamos libertad para elegir y había mucha más opción que ahora, que sólo quedan cinco. Bueno, es lo de menos, ahora, como dice Sanz, nos cogemos los 400 euros y nos vamos a cenar y poco más, siempre y cuando el poco más sea más o menos parecido a lo que todos podemos aguantar, que no es otra cosa que un par de viajes en el coche oficial de Sanz. O así.
O O

23 abril 2008

Sanzdeces

Habló Sanz y salió el sol. Al igual que alguien dijo sobre lo qué supone asistir a un concierto de Dylan, una comparecencia de Sanz es como un eclipse pero al revés, antes y después reina la oscuridad, pero es abrir él la boca y surgir la luz, que se filtra con tal fuerza de entre las nubes que le pega en la cabeza y se le reblandece el cerebro hasta alcanzar la textura del requesón que hacía el bueno de Bernardo Legaz en Orbaiceta. “400 euros dan para pagar una cena y poco más”. Esto fue lo que ayer dijo nuestro presidente, en pleno desparrame neuronal, en plena orgía de vocales y consonantes. Les espero mientras van al baño. ¿Han vuelto? Perfecto. Son esa clase de frases que, aunque vayan entroncadas dentro de un discurso más o menos acertado sobre la conveniencia o no de dar los 400 euros o la responsabilidad de gobierno central y gobierno local, demuestran con claridad cuan lejos está esta gente, en concreto él, del ciudadano normal, no ya del de a pie, porque él también anda, sino del normal, del que con 400 euros respira y no precisamente cena en el Hartza, en el Rodero, en el Maher, en el Alhambra o duerme en Madrid en el Santo Mauro. Son unas declaraciones de auténtica vergüenza ajena, que no propia, un insulto claro y contundente a las personas que trabajan como mulas durante un mes para, en muchos casos, no llegar a los 800 o 900 euros de sueldo. Estos son algunos de los problemas derivados de llevar 15 años en el poder, que por mucho que sepas que los apuros existen si tú mismo no los pasas eres incapaz no ya sólo de comprender sino que incluso te permites la frivolidad de soltar gilipolleces como la citada. ¡Ah! Y otra reflexión: esa burrada nunca jamás la diría una mujer. Espero que la suya le corra a gorrazos. Feliz día del libro.

20 abril 2008

Calles

Pues a mi lo de quitar los nombres de las calles franquistas me parece una tontería, porque, como bien dijo uno de nuestros tenientes de alcadesa, José Iribas, ahora cambiarlos les va a suponer a los vecinos un engorro burocrático tremebundo, con los carteros medio tarumbas y los del Telepizza con las pizzas frías. Si las calles se hubiesen llamado, por poner, pasadizo de Argala, avenida Iturbe Abásolo o bulevar Urrusolo Sistiaga intuyo que Iribas hubiese dicho lo mismo respecto a la burocracia, ¿a qué sí, José? Y digo que me parece una tontería porque hacerlo sólo con ésas no arregla casi nada dentro de este inmenso marasmo y descontrol que es el poner a las calles los nombres que a los distintos ayuntamientos y archiveros municipales les apetece. Por ejemplo, si estamos en un país laico, no sé a qué viene tener tanto santo en el callejero, con un par nos bastaría. Yo mismo vivo en una calle santa y me gustaría mucho más que la calle se llamara, yo qué sé, calle Bratislav Obucina, que es más actual y además jugó aquí, no como mi santo, que no pisó esto ni en pintura. Por no hablar de que vamos a tener –o igual ya tenemos- una que recuerda a Juan Pablo II. Hombre, si también hubiera otra en honor de Monseñor Romero o de Casaldáliga pues a lo mejor hasta tenía un pase la inventiva, pero ponerle una calle a un tipo que aseguraba sin ruborizarse a los negros del África que follar con condón es pecado a mí sí que me parece pecado, y gordo. Por no hablar de los reyes, que todos en su totalidad fueron unos déspotas, asesinos y bárbaros, pero que se ve que tienen mucho predicamento también, que les ponemos una calle como si no les hubiera bastado con ser reyes y tener a todos bajo sus pies. Vamos, como que no hay nombres de pueblos en Navarra para llenar el callejero.

19 abril 2008

Zafón

Se mire por donde se mire, fenómenos como el de Carlos Ruiz Zafón son espléndidos para los libros –para la literatura no sé, porque no sé qué es la literatura-, al margen de que a cada cual le pueda agradar más o menos que se presente un libro como un producto publicitario –que lo es- y a su autor como a una estrella del rock, que no lo es. Una de los prejuicios clásicos –aquí y en todas partes- es que un escritor es un tipo raro y solitario encerrado en un cuartucho y que tiene en la cabeza todas las respuestas a las preguntas del universo o casi. Si el escritor, además, cultiva una imagen huraña –Cormac McCarthy, Salinger, etc- y no concede entrevistas ni aparece en público, su obra, a ojos de algunos, gana puntos por ese simple hecho. Si, por el contrario, se vende al marketing entonces su libro seguro que es tirando a mierdoso. Leí La sombra del viento y me entretuvo, que no es poco, así que lo más seguro es que acabe leyendo El juego del ángel, más que nada por comprobar que lo que me gustó de aquella sigue estando presente en esta. Los críticos y los snobs, en cambio, argumentarán que semejante exhibición impúdica de autor y obra en la presentación de la novela, por sí solas deberían ser suficiente motivo para no leerla, como si La Literatura sólo fuera real y cierta si es minoritaria y enrevesada. Es obvio que Zafón va a vender de esta entrega mucho más que miles de libros ya publicados que quizá sean tan buenos o más que el suyo, pero no es menos cierto que si esa maquinaria se ha puesto en marcha es porque él y sólo él fue capaz de escribir La sombra del viento y que el boca a boca le llevara a los 10 millones de ejemplares vendidos. Aunque también es verdad que él y sólo él se ha prestado a este último paripé que quizá no le hiciera falta.

18 abril 2008

Lego

Ante la amenaza de los feriantes de no venir a Pamplona, el Ayuntamiento ha contraatacado explicando que ya está en negociaciones con otros feriantes que, entre otras atracciones, traerían un túnel del viento –pa eso te pones en la rotonda de entrada a Barañáin, que ahí sí que pega-, una bola de plástico gigante en la que poder meterse –pa eso ya está Graderío Sur- y una zona Extreme, con tirolinas, redes de escalada y puentes, nada que cualquier chaval no pueda encontrar en un andamio o un árbol. Tras esto, ya se alzan voces que jalean la no llegada de los antiguos feriantes, al grito de que era un lugar sucio y cutre. Les doy la razón y en ello estribaba su gracia, en ese pollo radioactivo a 30 euros, en ese algodón que luego hay que quitarse de las comisuras con una lima del 8 o en ésas máquinas donde hay una grúa para coger un muñeco y en las que nadie jamás ha visto a nadie sacar nada. Ésas son las barracas y nos gustan. Miedo me da que si es el ayuntamiento el que se encarga de las contrataciones comience con su ya clásica retahíla de exigencias finolis y aquello en lugar de una feria de grasa, fritura y sudorina acabe pareciendo Puerto Banús, con niños en pantaloncito corto y calcetinitos blancos y raya en medio y los 4 iguales, salvo la niña, que lleva lazo. Bares de diseño, atracciones sin gitano y, en lugar de camellos, carreras de ponis. Vamos, lo que viene siendo la desestructuración de las barracas fruto de la incapacidad –¿o el interés?- municipal para hacer ver a la Meca que el canon que pide es un atraco a mano armada, al margen de que el precio de los viajes de los feriantes también roce el hurto. Es una táctica antigua la de poner trabas a todo aquello que no se aprecia para poder rediseñar a mi gusto mi ideal y chic ciudad. Compraros un Lego.

17 abril 2008

Clases

Acabo de llamar al teléfono de cita previa para la declaración de la renta, donde una amable señorita –o señora- me ha atendido con celeridad y me ha facilitado la fecha y hora exactas en las que tendré que acudir a cumplir con el trámite. Estoy muy asustado. Me pasa siempre, no crean. Como soy muy malo con los números y las retenciones nunca sé intuir si me saldrá a pagar o a cobrar, tanto que el año pasado cobré y no le planté un beso al director de mi sucursal por un pelo y porque me apartó con la mano. Este año, al menos, trataré de pensar que me van a descontar 400 euros de la suma global, ¿o no Miranda? Tal vez a Miranda 400 euros no le supongan mucho, pero yo con 400 euros hago virguerías. Es, sin problema, la comida de un mes o mes y medio. A mi no me parece una tontería, pero, a lo que se ve, a Miranda y Sanz sí, porque a dos días de empezar la declaración los constructores y promotores ya saben que tendrán obras por delante al menos durante 4 años pero los que no ganamos 4.000 netos al mes no sabemos si nos darán o no los 400 euros que previamente no habíamos cobrado vía retención del IRPF. Cuánta prisa para atender a algunos y qué poca gana para atender a todos y para, como poco, explicarnos qué va a pasar y por qué. En cambio, estamos en la fase de echar pelotas fuera, de pedir que sea Zapatero el que nos abone lo prometido, como si Zapatero sólo fuera el presidente de 16 comunidades autónomas y aquí gobernara el Tío Gilito. Ahora que lo pienso, igual es así, igual aquí gobiernan los de la cofradía del puño prieto, que sólo destensan a la hora de cementar Navarra haga falta o no pero que se note y que no pasen apuros los colegas. Se ve que cuando hay beneficios son para ellos y cuando hay pérdidas las pagamos a escote, que todavía hay clases.

16 abril 2008

Cuatro patas

Recuperemos, por su futuro valor contable, un suceso de la semana pasada que se quedó en el sumidero por exceso de realidad, que es lo que tienen algunas semanas. El suceso no es otro que estas declaraciones de Ángel J. Gómez Montoro, que no es un torero sino el rector de la Universidad de Navarra, ya saben, ese lugar al que perfectamente se le podría llamar El taxímetro, tal es su habilidad para cobrarte hasta el aire nada más pones un pie en el campus. Recuperemos sus palabras al comentar la cesión de la colección de la señora Huarte: “estoy convencido de que encontraremos vías para que las distintas administraciones colaboren en un proyecto que contribuirá, sin duda, al progreso de nuestra comunidad. Porque la evidencia demuestra que las antiguas diferencias entre sector público y sector privado tienen muchas veces un alcance relativo pues, ante todo, debemos sentirnos responsables de la sociedad en que vivimos”. Sí, eso que huelen es, efectivamente, azufre, sí. Sí, eso que han leído es lo que dijo, lo que vino a decir y lo que quiere decir: que para que Moneo, nuestro otro procér del ladrillo caravista y carolisto, envuelva con su arte el arte de la Huarte habrá que poner entre todos unos dineros, no sea que a ellos por sí solos, los del taxímetro, no les alcance, toda vez que las matrículas de las distintas carreras que imparten están a precio de 2x1, o menos. Al poco de pronunciar estas palabras, se tomó una imagen –para la prosperidad- en la que el renacido señor Barragán -¡dame algo!- reía y sonreía acompañado de Sanz, Barcina, Corpas, Miranda y Elena Torres, que actuaron de palmarios palmeros y ante tales palabras no sólo no se aprestaron a negar gasto público alguno en este hecho privado sino que callaron como ... como eso. Yo ya estoy a cuatro patas.

13 abril 2008

Or woman

Ya se sabe que los ministros-as son como mi cuñao, que lo mismo te pone un perno, que te alicata el baño, le echa el suelo, va a por el pan o prepara unos macarrones. Los ministros-as son por naturaleza manitas y les da igual que el ministerio sea vivienda, defensa, sanidad o administraciones públicas, les importa tres cojones-as. A los presidentes que les ponen también se la suda-o, porque saben perfectamente que en realidad el ministro -o la ministra, “desde ahora quiero que me llaméis Loretta”- son sólo una cara atizable con mayor o menor mando en plaza, pero siempre supeditados a la ingente cantidad de técnicos, asesores y comités que hay en cada ministerio. Le pasa a mi cuñao. Cuando vamos todos de vacaciones al pueblo él sabe que por mucho que el manitas sea él, que sea él el que sabe poner la electricidad, el motor para subir el agua o la cortacésped, el que finalmente ejecute las cosas, las que mandan son mi abuela, mi madre, mi tía y mi hermana, que es la mujer del ministro y de mi cuñao. Mi cuñao, que es listo, ve esta situación con clarividencia y se aparta sin dudarlo de las luchas intestinas que se producen cada vez que hay que tomar una decisión -¿lijar primero las ventanas o ordenar la carpintería?, ¿compramos costilla para mañana o tiramos con el relleno que queda?- y se limita, como el resto de hombres de la casa, a esperar que se seque la sangre de la refriega y que la ganadora dé su veredicto. Por eso me hace gracia lo de 9 mujeres y 8 hombres como ministras-ministros, cuando en realidad lo importante es el número de hombres y de mujeres que finalmente ocupan puestos de influencia efectiva en cada ministerio, que me da que, al contrario que en mi casa, todavía copan muchos más hombres que mujeres. Y nosotros, por lo menos, nos queremos mucho.

12 abril 2008

Sueño con Jamaica (Javier Ortiz, 1993)

Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica.

La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica.

Sueño con Jamaica. Jamaica es una isla (no sé por qué os lo cuento, si ya lo sabéis); Jamaica es una isla primitiva, anárquica y bellísima, con casas de hojalata que desembocan en largas playas de arena fina y blanca. En Jamaica todo está por hacer, y uno puede vivir con la esperanza en la punta de los dedos, pensando que todo es aún posible y que el futuro existe. Y las gentes son sencillas, y sus sentimientos, espontáneos y directos, y hasta los asesinos son capaces de explicar lo que hacen sin recurrir a teorías sociológicas o sesudos estudios de mercado: matan –ya veis, qué cosas–, y matan porque odian y porque aman, y eso es todo, y nadie le da más vueltas.

En Jamaica, el tiempo no cuenta apenas nada. La gente es tranquila e impuntual, y muy pocos son los que admiten que les impongan una cita: ellos quedan y, al final, aparecen, pero no miran el reloj ni se preocupan por horarios.

Sueño con Jamaica, y en la Jamaica en la que yo sueño nadie se levanta la voz, y el ruido es sólo algarabía callejera, y los policías no dan miedo, aunque asusten un poco con los ruidosos piropos que lanzan a las muchachas que circulan en bicicleta y a las que el aire levanta sus faldas de mil colores.

Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.

Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así.

Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros.

Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi distancia ante lo que veo: calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica para reclamar de mi más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo, que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto.

Jamaica o muerte.

Venceremos.

Mangoneo

Tiene lógica que si el motivo de la Expo es el agua y hay que diseñar un pabellón español, el arquitecto encargado de llevar el agua a Zaragoza sea Mangado. Si alguien entiende de agua es él. Basta bajar estos días de tormentas por las escaleras-río de Baluarte para comprobarlo, para asistir in situ a la fuerza de la naturaleza en todo su esplendor. Todo en arquitectura tiene una función y la no colocación de cubiertas en las escaleras que llevan al parking también: crear peligro. Agradecería que algún parlamentario preguntara vía oficial si existe alguna letra pequeña en el contrato que firmó Mangado que impide que los ciudadanos podamos bajar esas escaleras mojadas, heladas o nevadas sin riesgos. Si eso –colocar cubiertas- también “destrozaría” la obra, tal y como el ínclito ha declarado que ocurriría con una rotulación bilingüe. No tengo nada contra el bilingüismo, pero me preocupan más mis huesos. Y los ajenos. A otros, al parecer, no. Y como ya dice mi rival que siempre habla de mierda el más cagao, pero sin ánimo de ofender, habrá que anunciar que Mangado ha creado la Fundación Arquitectura y Sociedad, “para reflexionar sobre el papel de la arquitectura en la sociedad”. Dado mi escaso bagaje arquitectónico, nada puedo aportar al papel de la arquitectura en la sociedad, pero dada mi condición social sí puedo conocer el papel de la sociedad en la arquitectura, que en el caso de Mangado salta a la vista que es nulo, inexistente e incómodo, cuando declaración tras declaración y acción tras acción o inacción nos denigra, degrada o, sencillamente, olvida. Dicho esto, el engreimiento del elemento podríamos pasarlo por alto si no fuera porque toda una serie de poderes públicos son incapaces de meterlo en vereda. De ellos es la responsabilidad de nuestros huesos.

11 abril 2008

Potito

A última hora presenté mi cartel de San Fermín. Como currículo pictórico he de decir que pasé tres años en el estudio del fantástico José Antonio Eslava y su no menos encantadora e igualmente talentosa esposa Isabel Cabanellas. Se conoce que después un día me di un golpe en la cabeza y tengo el honor –junto con mi amigo Kiko- de ser los únicos que suspendimos dibujo en 1º de BUP, tal era nuestra artrosis manual. De ahí que el cartel en realidad lo ha hecho mi sobrino Juan, que tiene dos años. Total, si esto del cartel lo ha ganado Urmeneta, que es un niño grande, por qué no lo va a ganar un niño pequeño. Le hemos llamado Toro Potito, en un claro juego sobre lo que estaba desayunando el chaval, lo que se le cayó a la tela y lo potito que quedó. Ahora nos queda coaccionar al jurado, con amenazas si es necesario. No sé, amenazarles con tragarse todos los homenajes a Sarasate de este año. Una vez entre los cinco primeros, extenderemos nuestras redes para que nos vote el populacho, o sea, ustedes vosotros. A unos les encargaremos que acudan a los ordenadores instalados en la Ciudadela, a otros que voten con móvil, a otros por teléfono al 010 y a otros en la web del ayuntamiento. Y todo eso todas las veces que quieran. Y ustedes dirán: ya, como que van a dejar a una misma persona votar dos veces. Cosas peores se han visto. Tengo un amigo informático que me ha enseñado cómo cambiar la IP del ordenador cuando yo quiera y las veces que quiera, así como falsificar el número del móvil. A nada que esto se lo explique a 30 personas y éstas a su vez a otras 30 Toro Potito gana de calle. Y además hay un arma secreta: el encargado de velar técnicamente por el precepto universal una persona-un voto es también el que controla los semáforos. ¡Barra libre, es la guerra!

09 abril 2008

Absurdez

Lo sabía, intuía que Corpas había tenido algo que ver con esto, con esa capacidad para, como él explicó en el caso de la fuga de la colección Huarte a la UN, “trabajar discretamente”. Tan discretamente que en lugar de a una institución pública como quería Huarte se terminó en un coto privado que sólo gracias al empeño de la citada Huarte será accesible a todos. Discreto, muy discreto. Sabía, intuía, que Corpas también estaba detrás del concierto de Dylan. Bueno, sería mejor decir que los promotores estaban detrás de la cartera que maneja Corpas, algo que, por otra parte, hacen todos los promotores de este país y a lo que están en su perfecto derecho. Pero Corpas estar estaba y para demostrar que está qué mejor que obligar a los promotores a unir dos conciertos tan absolutamente distintos como serán el de Juanes y el de Dylan bajo una denominación genérica al gusto de nuestro discreto consejero. Y qué más al gusto del adusto susodicho que la palabra Reyno, para así enlazar artificialmente y tan sólo por obtener réditos identitarios absurdos –o contentar a los suyos- dos actos por completo diferentes y además separados por dos días de intervalo en la expresión Rock en el Reyno. Que a mi que esto fuera, fuese, no fuera o no fuese Reino pues me puede parecer hasta curioso, pero sólo una gota en el mar de la vida y de las cosas importantes. Pero llega el politicucho de turno y hace lo que hacen los politicuchos de turno, meter su cuñita para que se vea que andaba por ahí, con lo elegante que queda hacer tu trabajo y echarte a un lado, ahí, discretito. Un dato le daré, señor Corpas: antes de llegar aquí, Dylan ya ha tocado en años anteriores en 27 localidades españolas distintas, en algunas varias veces. A eso que se ha inventado le llamaría yo Rock en el Páramo.
Notas

Hoy vamos a dar notas, por variar, de mejor a peor, para mantener la emoción. Ahí va. Un 10 para los arquitectos que han diseñado el edificio de Descalzos, sin pretender dar el cante. Si seguís haciendo las cosas tan bien nunca jamás os encargarán el pabellón de España para la Expo. Un 9 para Maiorga, por su demostrada habilidad para meterse él solito en jaleos que no conducen a nada. El 8 recae en In&Out, la empresa responsable de que en junio tengamos por aquí al mayor artista de la historia de cualquier arte. Los manifestantes a favor de los derechos humanos en China logran un 7 que, por supuesto, también podría ser perfectamente un 10. 6 para poder tomarte una degustación de pinchos y una caña, 6 euros 6, arriba las manos. El 5, siendo benévolos, para la brasa que nos ofrecieron ayer Zapatero y el resto de sus señorías en la cosa ésa. Suspende, con un 4, y siendo mucho más que benévolos, el trío arbitral que el sábado le robó tres puntos de oro a Osasuna. Si eso llega a pasar en el Bernabeu o el Nou Camp aún estarían los informativos abriendo con el gol mal anulado. Un 3 logra CAN, que ya cobra más comisiones por sacar dinero con sus tarjetas en cajeros de otras entidades. Vamos, tú eliges tú decides pero yo te sigo sangrando todo lo que puedo. Un 2 –y contenta- para Yolandamari, por poner todas las trabas habidas y por haber para que los del RCN-NOK celebren un congreso en el Baluarte y su plaza. El 1, ex aequo, para Sarkozy y la Hilaria Clinton, por subirse a la ola de protestas contra China cuando lo podían haber hecho mucho antes y que así no fuera un simple gesto de cara a la galería. Y el 0, inapelable, por la validez que dan algunos a las afirmaciones de un periódico que lleva años haciendo del rumor y la infamia su carta de presentación.

06 abril 2008

Ponzoña

Un busto parlante y un niño patada han ocupado durante toda la semana que hoy acaba la sobremesa de Tele 5, en concreto el tramo horario dejado por Aquí Hay Tomate. A tenor de los resultados de audiencia, que han ido cayendo aritméticamente de lunes a viernes hasta marcar un mísero 13,3%, es posible que dure, a lo sumo, una semana o dos más, especialmente porque la fórmula Alcayde más niño mono y sin gracia que se trastabilla no tiene pinta de dar mucho más de sí. Además, hay que tener en cuenta que la audiencia potencial de ese programa, aquella que a las 15.30 siempre sintonizaba Tele 5, ha recibido, durante años, basura concentrada de gran potencial tóxico y adictivo y, por lógica, ahora no se va a conformar con una versión light y juvenil del programa de sus amores. Es como esperar que los seguidores de Linda Lovelace o Kay Parker se conformen con ver las películas de Silvia Kristel. Sí, echarán un vistazo al principio, pero el que está acostumbrado a sensaciones más fuertes y menos escrupulosas no se deja endilgar cualquier clase de veneno, quiere su dosis y con idénticos ingredientes. Así las cosas, o se opta por la vía de emponzoñar bastante más los vídeos y los comentarios o a la Alcayde le chaparán el segundo programa en menos de medio año. Es entonces cuando observo que tal vez no haya que cargar tanto contra esta clase de programas, toda vez que lo adora más o menos el 22% de las personas que ven la televisión a esa hora, que es mucha gente. Gente que si no recibe lo que quiere quizá apague la televisión o se vaya a pasear, a la espera de que los programadores se percaten de que cuando has creado un monstruo o lo sigues alimentando o no te hace caso. Esto es, que se confirma que, en muchos casos, tenemos la televisión que nos merecemos.

05 abril 2008

Francés

Mi madre me regaló ayer la polla más grande del mundo, que es un libro de cuentos, en concreto de Patxi Irurzun, que es un escritor, en concreto de Pamplona, que es una ciudad, en concreto mediana, como la polla de casi todo el mundo, menos la de Patxi, que es la más grande del mundo y además con tapa dura. Aún no he empezado a degustarla, a pesar de que el Ayuntamiento de Pamplona recomendó ayer a sus ciudadanos que aprendamos el francés. Yo es que soy muy mío, y si tengo un libro empezado no abro otro, por mucho que sea de Patxi Irurzun, que escribe de fábula, a pesar de ser de Pamplona y no saber francés, o tal vez a causa de eso. Yo, amigos del ayuntamiento, no voy a aprender francés, ya lo siento. Ustedes recomienden lo que quieran, pero yo de estudiar en el sentido estricto me quité hace años, al margen de que soy muy malo con los idiomas, sobre todo con los idiomas extranjeros. Todo lo que sé de inglés se lo debo a El Maestro y lo que sé de francés al Tour. No obstante, esto es un sindios, porque el gobierno de su partido apoya el modelo British y ustedes nos piden que aprendamos francés, con lo cual no sé con qué quedarme, lo que siempre suele llevar a quedarme como estoy, que tampoco está mal, porque estoy hecho un chaval, todo hay que decirlo. Yo es que soy de los que piensa que todo lo que sabías antes lo olvidas nada más entrar en la escuela, así que no les digo nada si encima lo que hay que estudiar es francés. Además, no sé quien se creen ustedes que son para recomendar a nadie que aprenda nada, es demasiado paternalista hacerlo, y les recuerdo que ustedes son el ayuntamiento pero nada más, que a veces parece que se pierde la perspectiva. Ustedes dedíquense a lo que se tienen que dedicar que los demás ya estudiaremos lo que nos salga de la ...

04 abril 2008

Pillines

El viernes 11 se estrena 21: Black Jack, la historia real de un profesor y varios de sus alumnos que, gracias a complicados cálculos y a contar cartas, se levantaron varios millones de dólares en Las Vegas, algo similar a lo que durante años hizo la familia García Pelayo en la ruleta y otros juegos, hasta que los casinos les prohibieron la entrada. Es curioso lo que hace la observación, ¿verdad? Bien. Ahora es usted camarero de un bar de Pamplona o de donde sea, pero me ciño a Pamplona porque es donde lo he visto -al menos en tres ocasiones en la última semana y en distintos establecimientos-. Digo que usted es camarero y su bar tiene una máquina tragaperras y de repente entra un asiático. Correcto, entra el asiático –tal vez chino- y o bien le pide a usted que le cambie varios billetes en monedas o él ya viene con una mariconera –qué bonita palabra- en la que lleva los cambios. No lo dude, sacará el premio gordo, que creo que está en 240 euros. Ignoro cuánto habrá gastado en el largo rato que pasa jugando a la máquina –no sé de máquinas, pero sí que se llama Vikingos-, pero calculo que, al menos, doblará la ganancia. Pongamos que saca 120 euros limpios por alrededor de una hora o así de trabajo. No está mal. Hasta la semana pasada no había visto a un asiático jugando a máquinas tragaperras en Pamplona –en realidad tampoco los había visto dentro de un bar-, pero en menos de siete días he observado a tres. Como ya digo que no sé de máquinas supongo que están en su perfecto derecho de jugar y ganar si han encontrado un sistema -que comparten entre varios- que se lo permite, no repitiendo nunca en el mismo lugar y rotando. Intuyo que hasta tienen observadores que les avisan de en qué bares está el modelo de máquina en cuestión. Me encanta la gente con talento.

03 abril 2008

Eskaitreicer

A falta de adjudicatario para el bar pijo de Descalzos, el ayuntamiento de Pamplona, ante la inauguración pasado mañana del ascensor que salvará el desnivel con la Rochapea, se marcó una nota pija, para que se note que vivimos en Disneyworld, al menos el o la funcionaria municipal encargado-a de elaborar la noticia que luego se hizo llegar a los medios. ¿Y cómo se convierte una nota informativa en una pijez? Muy fácil, se coge un palabro existente en castellano y se pasa al inglés, que se conoce que para según qué mentes con problemas de identidad y confianza lingüística da como más porte y vistosidad. ¿Saben ustedes lo qué es un sky tracer? Pues un proyector de luz que eleva hacia el cielo la luz –blanca o de colores- y que, por ejemplo, se puede ver todos los 11-S por la noche formando la silueta que dejaron las torres gemelas. Proyectores que, según decía la pija nota pero utilizando la expresión sky tracer, entraron en funcionamiento ayer por la noche en Descalzos y que estarán operativos algunos días. Ustedes dirán: y qué gilipollez, gastar tinta por un simple palabro en inglés. Tal vez, si no fuera por que no es sino un síntoma más de la carrera municipal hacia la tontería absoluta, hacia lo peor de la americanización, que no es otra cosa que las ciudades extendidas hasta el infinito con casas unifamiliares, grandes centros comerciales en la periferia, mucho coche y un centro al que se va de visita el sábado –ya no se viene ni el domingo- y, como mucho, en San Fermín. Una ciudad que se carga unas huertas centenarias para asfaltar un parque, que coloca unos paneles para que pongamos los anuncios y no los colguemos donde nos plazca como toda la vida o los ejemplos que ustedes quieran. Cualquier año de estos celebramos oficialmente Halloween.

02 abril 2008

De cajón

Le tengo dicho a mi primo Israel que el día que yo palme tiene mi permiso y el de mi rival para entrar en casa y llevarse hasta el último artilugio relacionado con El Maestro que encuentre, incluidos cds, vinilos, cassettes, películas, libros, posters, mecheros, camisetas y todo aquello que haya ido acumulando, que por cierto no es nada comparado con lo que hay por ahí. A mi rival El Maestro –más bien su voz- le pone frenética y, por tanto, está encantada de que este alijo quede excluido del testamento de hermandad. ¿Y por qué mi primo? Pues porque sé que estará en buenas manos, que no perderá nada, que extenderá el vastísimo legado de El Maestro y que, en resumidas cuentas, cuidará de él mejor que yo mismo. Por eso entiendo perfectamente que María Josefa Huarte, dueña de la mejor colección de arte contemporáneo de Navarra, no se la haya donado al Gobierno de Navarra, ni mucho menos a Corpas, que es capaz de meterla en un sótano o, peor aún, bajo tierra y luego mirar para otro lado si justo ahí se construye un parking. La buena de María Josefa lee periódicos y habrá comprobado aterrada cómo ha funcionado el Gobierno de Navarra en el tema del Museo Oteiza y habrá pensado: a éstos no les dejo yo ni los dibujos de mi nieta. Esto en cualquier país serio sería un varapalo tremendo para el máximo gestor cultural de una comunidad, incapaz de ofrecer las condiciones necesarias para que la donante se sienta tranquila y satisfecha y para que los ciudadanos a los que les interese admirar un Picasso, un Rothko o un Chillida lo puedan hacer. Corpas, en cambio, hará la estatua, como los porteros de fútbol cuando ni huelen el balón. Lo único que espero es que María Josefa haya pactado que la entrada sea libre, que ya sabemos que estos del Opus cobran hasta por alentar.