31 marzo 2012

Iguales


Ya no tengo duda, si es que alguna vez la tuve, que es de las pocas cosas en las que no tengo dudas: la izquierda abertzale –uso lo de ‘izquierda’ de la misma manera que se dice western crepuscular, copiosa nevada, pertinaz sequía o ‘iba ciego como una avutarda’- tiene parte de su sede en UPN. Esos niñatos de papá, gilipollas, con capuchas y esos veteranos que les jalean y les calientan la única puta vena que les funciona –a ambos grupos- los instruye el mismo que luego organiza las fiestas de Juventudes Navarras en Marengo, ellos con el jersecico en los hombros y ellas con dentaduras cristalinas y manoletinas. Son los mismos. Tienen que ser los mismos, algún día compararé fotos y Ekaitz será Jacobo. Porque ambos perpetúan lo mismo y ayudan a que se perpetúe lo mismo: quedarnos en la superficie, como yo usando tópicos sobre jerseys y manoletinas. Qué más quiere el poder de la clase que sea –y los que le bailan el agua- que disponer de unos descerebrados que ven una jardinera o una lechera de los Nacionales o a un buen tipo –o no, qué más da- que tiene su tienda y no debe a esos mierdas de las capuchas nada ni a ningún sindicato nada ni a nadie nada y le sale de ahí abrir y le revientan el escaparate. ¿Qué más quiere? A huevo, se lo ponen a huevo, tanto que es imposible no tener la certeza de que esos dosneuronas van indistintamente a tomar katxis con las chaquetas negras, se las cambian por un Barbour, se alisan el pelo y se toman unos vinos de marca en las txoznas de Roncesvalles y gracias a ellos y a un 1% más el 100% de esta sociedad que equivocada o acertadamente pero que el jueves casi –ojo, casi- motu proprio paró Pamplona tenga que oír y leer la misma mierda infame de siempre lanzada desde donde siempre y por los de siempre. Sois iguales. No tengáis esa duda.

30 marzo 2012

Pasta china


La cebolla hay que picarla fina, aunque no hace falta que la dejéis como pasada por la trituradora de hielo. Con una cebolla tamaño pelota de tenis, vale. Previamente, habréis echado un buen chorro de aceite en una cazuela de al menos palmo y medio de diámetro, del orden de dos pelotas de tenis de aceite. Yo le suelo echar también pimiento verde. Le quitas el rabito, lo abres, eliminas las pepitas y la parte blanca de los nervios, lo cortas en tiras finas, unes las tiras y dejas el pimiento en cachitos tamaño tripi. Si tienes fuego hasta el 10, con tener eso al 6 unos minutos, vas bien. Coges una pechuga de pollo, la sazonas, la troceas a tu gusto, ya sea trozos hermosos o pequeños enanos, y lo metes en la cazuela también. Conviene remover todo con una cuchara de madera para que no se pegue y pochen bien cebolla y pimiento y el pollo se haga por todos sus prismas, que tiene prismas el pollo. Al poco -¿cinco minutos?-, pillas los champis en láminas o los laminas tú mismo o setas de roble picadas y lo incorporas también. Le das vueltas. Puedes tener puesta música y hasta bailar. Una buena perola de agua, chorro de aceite, un dedal de sal. A hervir. Cuando hierve, metes ahí la pasta china, que has comprado, como medio kilo, dos paquetes. No es de esa blanca transparente. Es color amarillo huevo. La tienes cinco minutos. La sacas. La escurres. Sin pasarla por agua. Echas salsa de soja a la cazuela de pollo y setas. Poca salsa. Un vaso de chato. Mezclas. Vuelcas la pasta, chafardeas con la cuchara para que se esparza todo bien. Ya tienes un plato de pasta china que te vale mínimo para cuatro raciones. Esto es lo que hubiese cocinado yo ayer si llego a tener cocina, no llega a ser día de huelga y no hubiese tenido que invertir cinco minutos en escribir esta columna. Salud.

28 marzo 2012

Dormir


Nunca voy a cementerios, salvo cuando toca. Me parece muy bien quien lo hace. Yo no lo hago. Pero si me entero que alguien se caga en alguna de esas tumbas, de esos árboles, de esos ríos, haría algo, no sé qué, algo. Me parece muy bien que haya quien mañana no vaya a hacer huelga y no pienso decir qué haré yo, ni si el artículo del jueves saldrá o no o si el del viernes saldrá o no y si sale si lo escribiré el jueves o hoy o ya está escrito. Pero sí sé que no pienso cagarme en la tumba de mis abuelos ni en la de mis amigos. Y sé qué he de hacer para hacerlo y qué he de no hacer para no hacerlo, al margen de todo. Lo tengo fácil: no me pueden largar de ningún sitio, porque no estoy en ningún sitio. En ese sentido, tengo suerte. O no, qué más da. También sé qué no hacer para no dejarles ya cagados de antemano los pañales a mis sobrinos o a mis posibles hijos o a los vuestros. O a vosotros, directamente, pero eso que cada cual lo analice como vea. Me resbala qué dicen los políticos, sindicalistas, empresarios, medios de comunicación –lo que digo yo, lo primero-, la bronca que habrá –que la habrá-, los posteriores análisis de daños, gritos, consignas, cifras, consecuencias de la huelga. Me da igual. Cada uno sabemos qué tenemos que hacer y qué perdemos o ganamos a cambio hagamos una cosa o la otra. Y cómo dormiremos de mejor o de peor a nada que estas cosas nos importen un poquito. A mi por el tonto hecho de escribir de ellas no me importan más que al que no se dedica a esto y se dedica a otra cosa, tan importante y valiosa como esta. O tan insignificante. Yo solo quiero que todos durmamos bien. O que si no lo hacemos sea de pura excitación. Y que unos pocos duerman como el puto culo. Como merecen desde que el mundo es mundo y nuestras abuelas peleaban por nosotros.

25 marzo 2012

Dónde


Las nevadas en invierno, las alergias en primavera, las playas y los helados en verano y los castañeros en otoño. Hoy vuelve otro clásico: ¿por qué me quitáis una hora de vida? Cualquiera me podría decir que hace seis meses me la dieron, pero es que no la veo. Tengo la casa hecha un cisco y a saber dónde esta. Quiero mi hora. La última vez que la ví, la manecilla del minutero creo que me quería decir algo, oscilaba levemente de adelante a atrás como si estuviera atascada o a punto de agotarse: pero quería, lo juro. Tenía ese temblor imperceptible de las decisiones importantes. ¿Dónde estás, llegaste hasta a y cuarto al menos, sabes lo que sería capaz yo de hacer con 45 minutos? Claro que lo sabes. Por eso no tienes valor de asomar la esfera. Pero ya te pillaré. Claro que si llegaste hasta y cuarto y hoy me quitan una me sale a deber 15 minutos. ¿Y qué 15 minutos quito yo, ahora, de dónde? ¿Y por qué? No me obligues a eso. Por supuesto que he perdido mucho el tiempo; minutos, horas, días, hasta años. Pero coger precisamente hoy 15 minutos y darlos a fondo perdido no me cuadra. Porque no sé a quién se los doy. Ni para qué. ¿Qué hacen con ellos: los exportan, los venden al peso? Si no te hubieses movido una micra no tendría que devolver nada, pero intuí que hacías el gesto de empezar: ¿empezaste? Ya, que sí, que te hacía ilusión moverte. Lo entiendo. También me habría gustado, no creas. Pero mírame ahora: ¿qué hago? No puedo correr y esconderme. Lo ven todo. Aunque me meta en una cueva. Me la reclamarían: nuestra hora. Te sacan una placa. Acojona. Si al menos pudiera localizarte para saber hasta dónde llegaste. Confío en que no te gastaras entera, eso sí, no me seas manirrota, no me jodas. Vale: me quedaré sin siesta. Pero si no duermo no sueño y no te veo. ¿Dónde estás?

24 marzo 2012

Famoso


Supongo que ustedes conocen –como hay personas que saben los afluentes del Ebro de memoria y otros todas las canciones de misa desde 1973- esa sección televisiva que tenían en su programa Faemino y Cansado y que se llamaba Famosos en Acción. No recuerdo de qué iba –ni siquiera si después de cantar la canción de entrada había sección propiamente dicha- pero sí que gritaban ¡¡¡Famosos en acción, Manuel Campo Vidal, famosos en acción, Manuel Campo Vidal!!! Era genial. Esa sola frase. Estuvo hace nada aquí Manuel Campo Vidal impartiendo un curso de comunicación –ni idea qué es eso- a 400 euros y ayer en una entrevista le leí decir que quizá los periodistas y los medios estén propagando un exceso de pesimismo, relativo a la crisis laboral y económica. Puede que tenga razón. El periodismo es que tiene excesos, algunos de los cuales llevan a que tu nombre sea asociado a la palabra famoso y que, quién sabe, años más tarde impartas cursos de dos días casi a precio de salario mínimo para comunicar algo a alguien que quiere que algo le sea comunicado. Es estupendo esto del exceso. Y sobrevolar la realidad impartiendo enseñanzas y grandes máximas mientras los cimientos lentamente se van a por tomar por culo y, al menos económica y laboralmente, muchos vuelven hacia el tiempo en el que ni siquiera Manuel Campo Vidal soñaba con ser un famoso en acción. Exceso de pesimismo, dice. Ya digo que igual tiene razón, pero es que excesos hay tantos... Dijo también que seguro que en Pamplona hay buenas noticias para dar, negocios nuevos, emprendedores, bla, bla, bla... Se conoce que no lee la prensa local, porque de eso también hay, mucho. Mucho más que cuando éramos todos ricos y felices y famosos y no había venido nadie a darnos clases de cómo cojones comunicarnos. Estarías a otra cosa.

23 marzo 2012

'O Brother'


Me encantan Roberto y Yolanda. Son muy entrañables. Me los imagino agarrados de los maletines paseando por la Media Luna: y yo a ti. Pues yo a ti más. Que no. Que si. Que caiga un chaparrón. Que llueva en tus cristales y en los míos no. IberCaja. La Caixa. Semana laboral de funcionarios de 37 horas. De 74. Lo hablamos luego, en la Dipu. Lo hablamos. Pero no quiero saber nada de Álvaro. Es majo. Contigo será. No seas así. Y yo a ti. Pues yo a ti más. Así más o menos. Y, si es la hora de comer, de menú al Taurino –queda mal ya ir al Rodero, ya escampará- y copazo, eso sí, en el Garden’s, que el Don Bosco desde la reforma es todo escaparate. Son entrañables, la verdad, no hay otra manera de analizar esto. Para mi que son brokers los dos y hay un producto financiero ligado a sus declaraciones y que la volatilidad de las mismas es tan alta que compran y venden con información privilegiada y llevan los maletines hasta arriba. Es que si no, no hay Dios que lo entienda. Esto no es ya que no sea serio. Es que es una juerga, un despiporre que a temporadas sobrepasa todo lo conocido: presidenta y vicepresidente llevándose públicamente la contraria. Coño, está muy manida ya la comparación con Pimpinela, pero esos al menos son hermanos. ¿A ver si estos también y no nos hemos enterado? Porque estas cosas solo se pueden dar entre hermanos, ni siquiera en parejas. No hay amor que resista eso, es inviable, te acabas tirando barandilla abajo. A no ser que sea todo una gran mentira. Pero no creo. No creo. No tienen aspecto de ser capaces de llegar hasta ese extremo. Ni de que fuera Yolanda la que presionara al PSOE para buscar el pacto. Tienen que ser hermanos, fijo. Hablar lo que es hablan muy parecido, tipo ha elegido usted gasolina sin plomo. Nosotros a vosotros más.

22 marzo 2012

La memoria es el camino

‘Nasdrovia’


Sánchez de Muniáin ha debido de tener un ataque de comunismo. O algo peor: escucha a Paco Ibáñez. El 23 de abril de 1993, Paco Ibáñez dijo algo parecido a lo que ayer dijo Sánchez de Muniáin, casi 19 años más tarde. Nunca es tarde, en cualquier caso. Aquella noche también andaba por allá Pete Seeger, que de joven y no tanto creyó que Stalin era una buena cosa. Años después, Seeger reconoció su error y añadió: pero creer que el comunismo es lo que ha hecho la Unión Soviética es como creer que el Cristianismo es lo que hace la Iglesia. Lo que dijo Paco Ibáñez, antes de cantar A Galopar, fue esto: vamos a cantarles esta a los políticos que han venido aquí –y señalaba con la mirada las primeras filas- para que se enteren de que han venido. Porque una cosa os voy a decir a vosotros: ellos están aquí porque vosotros habéis venido. Y no al revés, ¡eh! Ayer nuestro egregio portavoz, tras 17 años en esto de cobrar de lo público sin que se le haya oído decir ni patata sobre cambiar alguna dinámica funcionarial, dijo sobre la noticia de que Salud igual amplia horarios a las tardes que “es la Administración la que se adapta a las necesidades de los usuarios, también a los horarios, y no los usuarios los que se debían adaptar a lo que dictamina la Administración”. La has cagao, majo, bien cagada. Eso es bolchevique. Hasta menchevique. Eso te lo va a coger ahora el Señor Cangrejo, que es el baranda de todos los funcionarios –no solo de los de Salud- y que como todos sabemos es más rojo que Engels –este testifica como le tocó a Seeger en 1955 testificar ante el Comité Anti-Americano y les da la flojera: ¡anda de aquí, farsante!- y me descojono yo de las purgas. Ataros los machos, camaradas funcionarios, que vienen los rojos. Esto os pasa por votar a la derecha. Jeje. ¡Nasdrovia!

21 marzo 2012

Estado


30 años del Amejoramiento, 200 de la Constitución. Yo desmembraría el estado. Todos. El primero el vegetativo, siguiendo por el de schock y luego el de buena esperanza –ese solo una semana- y así con todos, hasta que no quedara ni el de sitio. Fuera estados. Eliminados los estados, los periodistas podrían dejar de escribir cosas ridículas como ‘la media estatal’, ‘campeona del Estado’ o ‘estatua batuarra’ y nadie podría decir de nadie eso de ‘lo ví en un estado lamentable’. Sin estados, no hay ridiculez. Ni aniversarios. Los aniversarios son un coñazo. Del de la constitución estatal española leí que se había convertido en un acto de apoyo al rey. Eso si no hubiese estado no hubiese pasado y el tipo se tendría que haber apoyado en su mujer, aunque quizá de no ser rey ésa no sería su mujer. La vida cambia una barbaridad por detallitos nimios, insignificantes. Como el genoma. El genoma es una cosa enana, te la encuentras de frente y ni la ves. Hay que aplicarle el microscopio. Yo voy por la calle con microscopio, para analizar si en los bares con barras ultramodernas y camareras que se acaban de comprar tres kilos de tetas y camareros que hacen pesas con las cajas de leche ésa mota de polvo que veo al lado de la botella de agua de glaciar islandés en cristal a 3,50 euros es peligrosa. Una mota de polvo en mitad del cielo tiene que ser el infierno. Ni la analizo. Me voy a los bares normales, con tantas motas que te relajas. Y hablamos de que han encontrado un grupo genómico ‘propio del área vasca y su entorno’. Con menos que esto se hace un Imperio, que es más que un Estado, digo yo. Y así en unos años tenemos aniversarios. Para gastarnos el dinero en bares ultramodernos y que un nuevo rey necesite ser apoyado. Hasta mañana. Me vuelvo a mi estado natural. Si lo encuentro.

18 marzo 2012

Precio


Dicen que la vida es elegir. Tom y yo teníamos diferentes opciones cuando nos conocimos. Tom podría haber seguido trabajando en un banco. Una chica ambiciosa en una televisión sueca, yo podría haber sido famosa por entrevistar a famosos solo por el hecho de ser famosos. Podríamos haber sido ricos y admirados en nuestra comunidad. En lugar de eso, salimos al mundo. Y todo es gloria y todo es un duro viaje, no importa el dinero. En el camino creamos Explorers Web y conocimos a algunas de las más grandes mujeres y hombres del planeta. Nos convertimos en parte de sus vidas. Además de las fotografías de sus tiendas y sus rutas, nos enviaban imágenes de sus bodas, niños y mascotas. Detrás de las entrevistas oficiales, estaban los mails off the record, con sus sueños, esperanzas, dudas y tristezas. Cuando les perdemos, perdemos hermanos. Desde el fin de semana pasado, he sido incapaz de mirar las fotos de la boda de Gerfried y Heike en lo alto de una montaña austríaca. Llamaron a su primera hija Sagarmatha. He estado preocupada, enfadada y triste. Y no es la primera vez. Mientras tanto, en nuestra página, los mensajes de la comunidad dejan claro que la esperanza es lo último que hay que perder en la montaña. Estoy orgullosa de esta gente. No sé los últimos pensamientos de Gerfried, Cedric y Nisar. Tampoco sé incluso si ellos alguna vez pudieron elegir. Los caminos de nuestros corazones no son siempre los más fáciles, fructíferos o sabios. Todo lo que sé es que perder gente que brilla tanto es lo más doloroso que hay. Supongo que es el precio que hay que pagar por haberlos conocido.

Tina Sjogren, cofundadora y editora de Explorers Web, en homenaje a Gerfried Goschl, Cedric Hahlen y Nisar Hussein, desaparecidos desde hace 10 días en su intento invernal al Gasherbrum I.

pd: en la imagen, la cima del Gasherbrum I, fotografiada por el polaco Adam Bielecki, primero que lo ha ascendido en invierno junto con Janusz Golab, el día que se perdió la pista de Goschl, Hahlen y Hussein, el viernes 9 de marzo de 2012.


17 marzo 2012

Vete yendo


Total, que bajo a comer a casa de mis padres y estaba mi hermano. Tengo un hermano, más mayor, periodista también, como la hermana. Vamos, una ruina de familia. Estaba allá el palomo, con su cara de poste de la luz, y lo clásico: Hola, hola, ya podías haber avisao de que bajabas para no bajar yo y lo mismo te digo. No es que nos llevemos mal, pero lo justo, lo que se llama educación y tú aquí y yo ahí –él siempre se pone encajonao, para no mover un dedo-. Se come lo suyo, recojo lo de los dos, lo mío se lo guarda madre a él en un tupper para llevar, se le caen las cáscaras de las nueces por la alfombra, se deja los yogures comidos por los estantes, me roba el tabaco y como solo hay un cuarto libre y es de sueño ligero la siesta se la echa él y yo me meto en el armario de las escobas. Después de barrer la cocina, claro. Y es aquí cuando mis padres me desvelan el secreto: ¿sabías que tu hermano se va el domingo andando desde Finisterre a Jerusalén y va a recaudar fondos para el Alzheimer? ¿Hay nueces en Jerusalén; o eran olivos? No seas así, es buen chico. Pues no, primera noticia que tengo. Me podíais haber dicho algo, porque mira que me han preguntado estos últimos seis meses unas 120.000 personas, porque ya os acordareis que vivo en lo Viejo, jeje, a ver qué tal mi hermano y no sabía qué decirles. Son 7.000 kilómetros, es peligroso. Cruzar San Nicolás es peligroso. Siempre tan cariñoso, tú. ¿Y hasta cuando esto? Uyy, igual unos 10 meses. ¿Habéis avisao a la ONU? Tu hermana. Menos mal que queda una persona sensata en esta casa. Mañana empieza. ¿Ah, si? Sí, hace 2,8 kilómetros. ¡Hostia, sale a bloque, en tromba! No hay que forzar. Eso es verdad. Y como cuando me fui aún estaba en la siesta, te digo aquí, mamón –jaja- que dale duro. Suerte y salud, ¿verdad? Grande.

16 marzo 2012

Suerte


Ha abierto Natxo una tienda pero no es ni innovadora ni ha investigado ni desarrollado nada y por tanto no le han dado el maravilloso sello del Plan Moderna y así pasa que no sale en la prensa ni le ha hablado nadie en el Salón del Trono del Palacio de Navarra y la hipoteca se la ha tenido que currar él solo oficina a oficina con su increíble chica y sus dos niños y lo que ha tenido que desarrollar es una imaginación bestial, una capacidad de trabajo agotadora, una paciencia infinita y una brutal fe en sí mismo, amén de investigar todos y cada uno de los productos especiales que podía ofrecer al mejor precio que le posibilitaran los fabricantes sin que eso escapase a la capacidad de compra de una sociedad cada vez más justa para de esta manera poder soportar la terrible inversión inicial y no tener que bajar la persiana a los pocos meses tal y como se puede comprobar día a día a nada que uno salga del Palacio del Trono y estire las piernas, que tampoco esto es tan grande. Todo para abrir una pequeña tienda que es preciosa y que ha generado ya dos empleos y con suerte hará crecer a sus hijos. Pero no es moderna. Solo es preciosa. Así que te quedas sin titulares a cuatro columnas, Natxo, pero te quedas con la tienda. Vamos, igual que los que ayer salían en la prensa, que parece que les dan algo los del Plan Moderna pero no les dan nada, un puñetero sello y luego ellos se tiene que pelear los créditos como el resto, amén de que inicialmente se les había comunicado que sus inversiones eran cosa suya y que no iban a ser utilizadas como arma propagandística de un gobierno que cualquier mañana de estas se presenta en pleno a inaugurar una charcutería que, no lo dudes, Natxo, muy bonita tendrá que ser para borrar de la vista lo que has abierto tú. Suerte y admiración.

15 marzo 2012

Con D


El Señor Cangrejo lo tira, es un ubicuo. Estuvo de espíritu en la manifa del 11-M y ahora quiere convertirse en arzobispo y ¡oficiar bodas chinas! No estoy hablando de bolas chinas, mamá, tranqui, bodas con D la segunda consonante, ya sé que hay que ser fino y eso y saludar a las visitas: ¡hola, visitas! Las bodas chinas me gustan. Si me caso será en una de esas, con otras setecientas veintitrés mil doscientos cincuenta y cuatro parejas y media más (la media pareja es uno que no se termina de decidir y suele aparecer a ver si a fuerza de ir se le quita la pereza) y comer ahí de pie un caterin en una nave que hay en Las Rozas. Es cierto que la transpiración colgante es superior a la de la Carpa de la UPNA, pero eso te obliga a bailar sin parar de lado a lado para que no te caiga la gota en el cubata. ¡Quiere unir ayuntamientos! Quitarles esa ilusión que tienen las gentes de tener su propia cosa, su propio cuño, su policía de Famobil, su tipo de letra en la rotulación, sus impuestillos, un cura para cada, un practicante, frontón, tonto del pueblo, listo listísimo –suele coincidir con el alcalde-, vacas pa fiestas, su vestido, cuete a las 12… No es aplicable, Roberto, majo, no es viable, en serio, recorta de otro lao, ya pensaremos. Las bodas chinas –con D- no molan aquí. Fíjate sino en el Amejoramiento –El Amejoramienten, tiene un libro padre en casa-. No deja de ser eso, el Amejoramiento: la tengo más larga que el vecino y por eso ligo fiscalmente más empresas que riojanos y aragoneses (ésa es la injusticia, ésa). Esto es así, Roberto, lee La tribu navarra de Jáuregui. Está en esa biblio pública del Casco Viejo tamaño fotomatón. Olvídate de las bodas chinas, recompón tu espíritu. Eres navarro, tú puedes con todo: ¡redios! Peeeerdón, mamá. Jeje. Con ele, sí. ¡Chiiiinas!

14 marzo 2012

Ojo


Yo a la clase de Teología cuando dieron lo de Dios es uno y trino no falté, no podía permitirme ese lujo. De hecho, creo que hice Periodismo solo por ese instante. Les avisé –les rogué- a Javi, Idoya, Ana, Noelia y Cristina que estuvieran al loro cuando el cura dijera que tal día se iba a dar lo de Dios es uno y trino y que me avisaran, para que yo hiciera pella y fuera. Es que no tiene nada que ver leer eso en papel que oírlo en carne mortal, a aquel buen hombre. Que no tengo nada contra creer, pero eso ya escapa a mi comprensión. Fui, le escuché con todo el organismo y supe que el esfuerzo había valido la pena: el padre, el hijo y el espíritu santo son lo mismo. Lo mismito. Eso lo oyes una mañana de clavo y no levantas cabeza en meses. Qué digo meses, en eras. Y lo dijo. Y me lo creí. Coño, no paga uno un pastarro para no creer lo que le dicen a uno. Y me lo creo. Guardo aún los apuntes de Javi con su maravillosa letra en la que viene aquello y cuando me noto bajo –de moral, de lo otro soy- lo releo y desaparece la niebla y las palomas del tejao se convierten en Emmylou Harris cuando era morena y Joni Mitchell siempre. Por eso entiendo a Lizarbe cuando dice que el Señor Cangrejo estuvo en la manifa de UGT y CCOO “de espíritu”. No solo le entiendo, es que le apoyo. Y se lo agradezco, mucho, que nos diga estas cosas, que nos abra esa luz que tanto necesitamos y que porte la antorcha tras la que marchamos, todos juntos en unión, hasta la victoria final, siempre, unos y trinos y trinando si hace falta, camino al horizonte infinito, recorte a recorte –en mi pueblo a las hostias de misa les llamamos recortes-, guiados por nuestro Dios en el PSN, nuestro hijo en UPN y nuestro Espíritu Santo en las calles y espera que este es capaz de adquirir una cuarta forma. Ojo.

11 marzo 2012

Lo que sea


Por supuesto el próximo domingo 5 de agosto a la noche medio mundo, seguramente, hablará de Usain Bolt, pero hoy domingo 11 de marzo ni yo ni nadie podemos ver en un canal de televisión público qué pasa en el Campeonato del Mundo de Atletismo en Pista Cubierta. Eso sí, veré tres millones de veces repetidos los goles de la jornada y si muevo el mando a distancia me encontraré con unos supuestos periodistas diciendo gilipollez tras gilipollez en cualquier programa de esos de fútbol. Pero, en agosto, todos a hablar de Bolt. Eso si TVE no chapa Teledeporte, aunque la final de 100 de ese día la podremos ver en La 1. Pero el Mundial en Pista Cubierta no lo vemos. Es lo que tiene el servicio público, que tiene de público lo que tiene de servicio: mis pelotas. Tampoco sé si podremos ver el Mundial de Cross, aunque si luego en agosto algún atleta español hace algo decente en el maratón todos hablaremos del maratón, obviamente, pero para qué vas a televisar el Mundial de Cross. O los maratones de primavera. Para nada. No le interesa a nadie. Es mejor pagarle a la Igartiburu y Mota un pastizal por dar las campanadas. O a los consejeros ponerles coche y chófer. Y tantas cosas. Deberían cerrar Teledeporte ya. Y con lo que se ahorran pagar a Nadal porque sea TVE sea la primera en tener sus declaraciones. Recuerdo cuando Rosana Romero iba de enviada especial torneo por torneo. Y esta cosa de las motos. Qué recuerdos. Pero en agosto todos hablaremos de atletismo, por supuesto. Y el ministro que sea se sacará las fotos con -si hay un milagro- algún o alguna medallista. Y los del COE y el CSD. Y los periódicos abrirán en portada. Y a nadie le importará una mierda, ya que a nadie le interesa el atletismo, sino lo que sale en la tele. Da igual lo que sea y a qué precio.

10 marzo 2012

Noches


Una noche, en Madrid, caminando por las calles que hay entre Sol y Plaza Mayor, mientras Osasuna le ganaba al Sevilla en un Sadar nevado, ví a Elliot Murphy. La mesa en la que cenaba, en un bar de menú y mantel de cuadros y juego de vinajeras comprado en un chino y pizarras escritas a mano en la puerta, daba al escaparate. Me quedé mirando, como los niños se quedan mirando los escaparates con juguetes o pasteles en las películas italianas de postguerra. Murphy se dio cuenta y sonrío. Seguí andando, me comí cualquier mierda, me tomé un par de cervezas o cinco y entré en la Sala Suristán, fumando, tan feliz, tan solo y tan acompañado. Esa noche, en la sala Suristán, Elliot Murphy, para cuyo concierto tenía entradas hacía semanas, no paró de sonreír a los poco más de 100 o 150 que de pie y a un metro suya o en la barra de aquel bar oíamos su impresionante descarga de rock and roll y letras mágicas, de las que te acompañan toda la vida y te la hacen mejor, y que son las que llevan a que te pegues a un escaparate de un bar de menú con cortinas beige a ver qué come aquel tío y él se da cuenta y te sonríe. Jamás diría nada a alguien al que admiro, aunque solo sea por los ratos que me ha dado y la inspiración, pero me hubiera gustado decirle que, como canta él de Elvis en la eterna On Elvis Presley’s Birthday, fue maravilloso caminar por aquella calle cuando él estaba vivo. Y que un artista con poco público no conduce a ese esnobismo de decir que es un genio oculto, pero que, en su caso, es cierto, absolutamente cierto, tan cierto como que hay noches que jamás se olvidan, como cuando vas a un concierto con uno de tus mejores amigos y al tiempo recuerdas que ese fue vuestro último concierto juntos, uno de Elliot Murphy en Villava. Fue maravilloso verte, mientras él estaba vivo.

09 marzo 2012

Navarro


Hay dos tipos de personas que me resultan muy enternecedoras –bueno, en general todas, incluido yo, cuando duermo-: las que nunca se han emborrachado –necesito años de observación para fiarme de ellas o un certificado médico de nacimiento- y las que declaran que ellas, esas personas, son ciudadanos universales. A mi eso me erotiza. Esa amplitud que tiene que dar eso, que te pillas la 4 y en lugar de llegar hasta enfrente del Navarro en Huarte acabas mentalmente en San Juan de Pied de Port y de ahí el Universo te queda a nada, al lao. A mi me gustaría ser así. Ya entiendo que se refieren a un hecho emocional, de que les preocupan los problemas globales y todo, pero yo lo que me da envidia es esa cosa geográfica. Ese gigantismo, que es un huevo colgando y el otro lo mismo, el mismo que en sus horas postreras sufrieron Miguel Sanz y Juan Ramón Corpas al ampliar a todas las galaxias el Príncipe de Viana, seguro que una tarde que estarían juntos delante de la tele ronchando unos picables y echaban un reportaje de premios Nobel y andaban como los críos un poco antes de Reyes: ¡me lo pido! Con la pasta ajena es muy sencillo ser un gigante y que la 4 no acabe donde acaba y caer en esa tremebunda aldeanada que supone querer ser de donde no se es y expandir lo que siendo pequeño está bien. Pasa mucho, es algo así como esa gente –conocerán, hasta en su familia- que presume mucho de obras de caridad por ahí fuera y de solidaridad y bla bla y tiene arrasado su entorno más cercano. La gente somos así: enternecedores. Y caros. Ahora, tras solo dos años, la farsa que siempre es un premio a algo tan etéreo como la cultura, vuelve al barrio, cuando a la cultura no le hacen falta premios, le sobran las barreras que el gigantismo universal se saltó porque sí y no paraba en el Navarro.

08 marzo 2012

La pared


Leí la entrevista que hizo la compañera Oliveira -¡feliz día a todas las de tu especie, jeje. Y que dure todo el año!- a Fátima Anllo, la Directora Científica y Metodológica del equipo que ha elaborado el diagnóstico para hacer el PEC (Plan Estratégico de Cultura), y llegué a la conclusión de que para llegar a esa conclusión no me hacía falta leerme la entrevista, que estaba muy bien, aunque la buena de Anllo fue entre muy técnica o sesuda y fina y educada –aunque en ocasiones ser educado es llamar a las cosas por su nombre, creo yo, en ocasiones-. La conclusión es que el Ayuntamiento de Pamplona es una jaula de grillos que va encargando las cosas culturales a botes, que aprieta en fechas y plazos por el tema elecciones, que exige resultados así no dé tiempo de buscar datos y lo de menos sean los resultados pero que con miles de letras se pueda hacer un buen powerpoint o una puta web vacía de contenido real pero monísima y que, en resumen, el ayuntamiento estaba muy al tanto de qué ocurría con este puñetero plan y que se iba a quedar en poco o nada si se rescindía el contrato, que es lo que hizo Alonso Alonso Alonso. Obviamente, es una declaración de parte, y se le da el valor que se le da, pero la realidad seguro que no difiere mucho, porque –técnicos y técnicas culturales al margen-, anda y que no hemos tenido concejales y consejeros de cultura absolutamente legendarios por su incapacidad y prisas por fotos, auditorios vacíos, filias y fobias, etc, etc, etc… Alonso, como buen pagao de sí mismo, es uno más, y la señora Anllo le manda un mensaje claro que procederá a obviar, si es que lo entiende: que abra el ayuntamiento a las personas, todas. Pero vamos, esto es como lo de la mujer trabajadora: mucha imagen y pose pero al final como darse contra la puta pared.

pd: la foto es de Txemari Moreno -www.txemajmm.blogspot.com-.


07 marzo 2012

Sueños


De mayor siempre he querido ser la niña que entrega el ramo de flores a ya sea reyes o príncipes o princesas que vienen a Navarra. De toda la vida he querido ser eso. Ya les conté que en la primera visita real que hubo fui con mis hermanos y me tocaron el culo, queriendo. No mis hermanos, que esos cuando quiera, sobre todo mi hermana. Un señor mayor. Sería republicano. He dicho niña. Quiero ser la niña por eso, porque me tocó aquel señor el culo –llevaba boina, es recordar su cara y sentir pena- y me marcó, así que para esto de las flores prefiero ser niña. Elegiría yo misma el vestido y los lacitos y mi cara angelical y mis bucles de pelo y mis zapatitos –acabado en itos- de charol azul clarito y mi sonrisa y ese pudor infantil que añoro. Me acercaría por ejemplo a la Princesa, tan guapa ella y campechana y dicharachera y de hoy en día y atenta y que tantas veces se salta el protocolo –lo que ya va dentro del protocolo- y le entregaría el ramito, cogido flor a flor en los campos, y con mis manitas de uñas pulidas se lo daría, toda amorosa. Y ella me pasaría la mano por el pelo y me preguntaría a ver si las he cogido yo y qué estudio y mi nombre –Rebeca, me llamo Rebeca. O Sonsoles, porque no hay Sonlunas- y si estoy contenta y qué tal mis papas y yo le contestaría, entre mohines y risitas, con mi voz de haberme bebido hasta el agua de los charcos y fumado todas las farias que caben en un estanco: señora Princesa, le debería haber traído cardos, borriqueros, que es lo que cenamos en casa, con agua, hervidos, porque mis papás están en el paro. Con lo que nos cuesta que usted venga a coger estas flores, mis papás cenarían al menos coles un año. Pero usted siga siendo tan guapa, que es lo que cuenta. Eso sueño yo. Al menos que me dejen los sueños. Y escupiría al suelo.

04 marzo 2012

Alegría


El 26 de enero de 2012 será un día que pase a los anales. Ese día, en mitad de la tormenta, de entre las nubes cerradas, una columna de luz, de las buenas, de las que parten de la nube siendo una sola columna y caen sobre el suelo convertidas en varias, como los panes y los peces y la bondad universal, la consejera de Empleo, Lourdes Goicoechea, aseguró que algún plan nuevo que iban a presentar “es la línea para reactivar un poco la economía y que tengamos también un poco de optimismo, porque nos falta confianza y alegría”. Me encantan los optimistas, los libros de autoayuda y toda la falacia comercial esa de la escuela del pensamiento positivo y mañana saldrá el sol y eso de Sabina de el campo está verde debe de ser primavera. De hecho, hasta los pesimistas son los mayores optimistas, porque confían ciegamente en que todo irá a peor y a esa ilusión se aferran, para soltar después el muy universal ya te lo decía yo. No han pasado 40 días, en el medio de los cuales la consejera no ha dejado de augurarnos decenas de nuevos proyectos y planes que van a generar millones de empleos, y el optimismo nos ha dejado 4.998 nuevos desempleados, lo que -sin usar las tácticas de los comercios que le quitan un milicéntimo a todo- son 5.000. A los optimistas esto no nos alegra, no crea, señora Goicoechea, porque hay tanto dolor, ¿verdad? Bueno, no sé si ustedes lo saben, no sé si ninguna o ninguno de ustedes han estado jamás con la cara –la propia, no vale más que la propia- contra el barro, ni posiblemente lo estén nunca. No se respira bien, mientras, como dice El Maestro, está toda la gente guapa bebiendo y creyendo que lo tienen todo hecho. Haga usted su trabajo, consejera, pero no nos hacen falta sus mensajes ni consejos. Que no queremos convertirnos en pesimistas por su culpa.

03 marzo 2012

Fiebre


Ayer mi sobrino Juan y yo llegamos a la sabia conclusión, mientras él trataba de que un globo se pegase al techo él solo y yo le decía que de qué estaba él tan moreno y él me contestaba que de la nieve, de que los dos tenemos más pelo que culo. Como mi madre y su abuela nos ha prohibido que nos lo cortemos y somos muy bien mandaos, el espectáculo es surrealista y cuando finalmente pasemos por la tijera –a recortarnos las puntas, recuerda, compa- tendremos para varios cojines. Juan, además, tenía fiebre, pero no mucha, pero para las nueve ya estaba vestido con ropa de calle, algo que no comprendo pero que igual tiene que ver con que se piensa que van a ir a su casa los del Nuevo Estilo a sacar fotos y quiere estar presentable. Hace poco nos dijo que ni soñáramos que él iba a salir a la calle con pantalones de vestir y deportivas, que a ver qué nos habíamos creído. Llegarás lejos. Pero vuelve. El caso es que andábamos en esas cuando sonó el teléfono y por supuesto cogió él, que una cosa es estar malo y no ir al cole y otra abandonarte a tu suerte con seis años. Le ofrecieron una nueva tarifa de Jazztel, la siguiente llamada fue para ver si le interesaba contratar gas ciudad, la tercera por si conocía las ventajas de unir telefonía fija y ADSL y ya la cuarta no cogió porque estábamos haciendo un zumo. Como es lógico, les dijo a todos que no había nadie adulto en casa –aunque me miraba como pidiendo perdón- y que a ver si a ellos también les había “entrado la fiebre”. Posteriormente, llenó el cuarto de estar de dibujos pegados con cellos y se separaba del conjunto para mirarlo. Eran todo anillos pintados con témperas de colores. Comestible del todo, se giró, se sonrío y juro que con el zumo en la mano dijo esto: la gente, ¿por qué no se mete en su vida? Y saber…

02 marzo 2012

No da


Me alegro por los trabajadores –ojo, trabajadores- de Canal 6, me da pena que cierre Canal 4 y también estoy muy a favor de la conservación de la foca monje, de la eliminación en las cafeterías de la emisión de la música de la cadena MTV y de millones de cosas más. Dicho eso: ¿por qué tengo que pagar yo a una empresa privada que por sí misma no es capaz de sostener su negocio, pagar hasta extremos de 1,66 millones de euros por 45 trabajadores, los cuales aunque solo sea por el mero hecho de ser periodistas y estar muy mal pagados y currar mucho (no todos y todas) me caen bien? Es que me sale cada currela a 37.000 euros anuales. ¿Por qué como contribuyente me tienen que parecer bien que por hacer equis programas e informar sobre Navarra yo y mis impuestos engorden los ingresos de un asunto privado? Esto no tiene nada que ver con quién es el señor Méndez Pozo, ni que sea burgalés, ni que cuando pasas por la carretera y por su casa el muro que la rodea es de casi un kilómetro de largo. No van por ahí los tiros, aunque podrían ir, y podríamos hablar de qué clase de periodismo se hace o se deja de hacer o se puede hacer cuando dependes casi en su totalidad de un gobierno que con el dinero de todos te mantiene con vida y quizá no te indique cómo informar –hoy tengo el día creo en los Reyes Magos- pero seguro que sí –sin palabras, como las buenas parejas- cómo no informar. Ya, ya sé que a Navarra Hoy lo rescató hace siglos el PSN. Y me parece mal. Y me parecería mal si sucediera ahora, porque no hablamos de publicidad, hablamos de ayuda directa. ¿Que el sector audiovisual no da? Tampoco otros. Insisto: me alegro por unos cuantos, sé –o lo sabe mi rival- que hacer televisión es caro y cabrón, pero esto es un descojono puto, de los tiempos del No-Do y la falsedad documental…

01 marzo 2012

Sol


Ahí detrás de las Monjas Blancas, entre vallas, vericuetos de calles muertas, a lo lejos grúas y gritos de obreros que construyen futuros, delante del último terraplén que se llevó la penúltima obra y a donde iba Akerreta a esconder su caballete y a sí mismo del ruido de la ciudad y de las personas para pintar en paz el pasado, ahí justo hay un banco de madera que mira a la Higa. El sol sale a eso de las ocho y, si te sientas ahí a esa hora, nada importa, porque sale suave y medio blanco y, conforme se mueve hacia la derecha y gana en potencia y sobra el jersey y ya es amarillo, no se oye nada, o lo que se oye no se entiende. Para las 9 ya está encima del tejado del convento y para las 10 y media dos monjas de mediana edad salen a la calle a dar un paseo a una monja anciana y le dicen ¿ha visto, Dolores, cómo ríen los niños? y Dolores, que camina con la calma de la que ya ha estado donde había que estar, ríe al oír las risas y los chillos de los niños que acaban de salir al patio de Ursulinas a detener el tiempo, a la hora justa en la que seguro que Akerreta cerraba su caballete y volvía a casa pegado a las paredes con pasos cortos y rápidos. A esa hora, en el banco, ya has tenido margen de sobra para leer los periódicos, en los que la presidenta del Gobierno en enormes titulares avisa de que igual Volkswagen o algo así, que viene a ser como avisar de que mañana igual sale el sol que lo mismo llueve que si sale saldrá por la Higa y tirará a la derecha hasta que se meta en la noche teñido de rojo o de ese naranja delirante que se le pone por donde Aoiz. De eso avisa; y es tal el vacío de lo que dice, que los niños siguen riendo, Dolores sonríe al ver la huerta crecer y el del banco tiene que volver a casa, pegado a las paredes, con pasos grandes, rápidos y soleados.