19 junio 2013

Esperanza

El sábado 12 de abril de 1980, Terry Fox corrió un maratón (42 kilómetros y 195 metros). Los maratones se suelen celebrar en domingo, pero este fue en sábado. El domingo 13, corrió otro. Y el lunes 14. También el martes 15. Y el 16 y el 17 y el 18... Fox corrió durante 143 días un maratón, aunque tuvo que descansar alguno por pequeñas molestias, incluida una tendinitis. Todo esto lo hizo en Canadá. Salió de Terranova, junto al Océano Atlántico, y fue cruzando su país de derecha a izquierda, hasta que el 1 de septiembre, en Thunder Bay, en el Lago Superior, 5.373 kilómetros después, Fox se detuvo. Ya no corrió más, pese a que su objetivo era llegar al otro extremo, al Pacífico, unos 6.000 kilómetros más. Terry Fox tenía la pierna derecha amputada un poco por encima de la rodilla. Y 32 años. El 2 de septiembre, al día siguiente de detenerse, anunció que padecía cáncer de pulmón, un cáncer que había sido el causante de su amputación y el causante de que el sábado 12 de abril de 1980, en San Juan, Terranova, mojase su prótesis en el Océano Atlántico e iniciase su legendario camino para recaudar fondos para la investigación del cáncer. Denominó a su periplo El Maratón de la Esperanza. Fox murió 10 meses después de dar sus últimas zancadas en Thunder Bay y a día de hoy su carrera, la Carrera Terry Fox, se celebra en 60 países y lleva recaudados más de 335 millones de euros a favor de la investigación. No todos podemos ser Terry Fox, ni sumar solos tantas zancadas, pero, dando una cada uno de vez en cuando, se puede ayudar a las personas que la sufren y a su entorno a cruzar la enfermedad con más esperanza. Este próximo domingo hay carreras populares en Burlada y Noáin para colaborar con los afectados por la leucemia y la esclerosis múltiple. Correr es de valientes.