Unos copos
El señor Francisco Iribarren –La mano que meció la cuna-, que, por cierto, forma parte de una de las tres empresas a las que el cambio de política eólica del Gobierno de Navarra va a permitir instalar nuevos parques cuando el mapa eólico estaba cerrado para siempre –algunos van notando ahora las prisas de Iribarren por vender EHN; otros las notamos hace años-, el señor Iribarren, digo, se sacó de la manga antes de pirarse una nueva empresa pública, Sprin, con que la esprintando esprintando cualquier tarde nos salimos del mapa y nos jalamos con patatas las plusvalías que en su momento generó la venta de EHN, antes incluso de que nos diera –les diera- por jugar a trileros y lo metieran en bolsa, ese honesto lugar en el que no dejarías ni tres minutos solos a tus nietos. La tal Sprin, que ahora preside Álvaro Glup Glup Glup Miranda, se hizo con las riendas –al margen de con las pérdidas e inversiones de Samaniego en el Circuito de Los Arcos. Una ONG, vamos, los de Sprin- de Roncalia, la sociedad que junto con el Valle del Roncal debía y debe impulsar el ski nórdico en Roncal. Como estaremos de acuerdo, impulsar el ski nórdico, obliga –entre otras cosas - a que las carreteras estén limpias o dispuestas cuando nieva, porque para tenerlas limpias en agosto se basta el sol, que es muy currela. Miles de millones de pesetas después, con la inestimable ayuda de Laura Alba, cuando nieva como nieva en miles de estaciones de Europa, a la estación de Roncal no se pudo llegar el sábado, con máquinas quitanieves de Feber. Seguramente, los roncaleses tienen lo que votan, como todos, pero los demás también tenemos a Sprin, para que vaya dilapidando poco a poco pero sin pausa los dinerillos que como despistados copos de nieve van cayendo a los pies de constructores y contratas.
El señor Francisco Iribarren –La mano que meció la cuna-, que, por cierto, forma parte de una de las tres empresas a las que el cambio de política eólica del Gobierno de Navarra va a permitir instalar nuevos parques cuando el mapa eólico estaba cerrado para siempre –algunos van notando ahora las prisas de Iribarren por vender EHN; otros las notamos hace años-, el señor Iribarren, digo, se sacó de la manga antes de pirarse una nueva empresa pública, Sprin, con que la esprintando esprintando cualquier tarde nos salimos del mapa y nos jalamos con patatas las plusvalías que en su momento generó la venta de EHN, antes incluso de que nos diera –les diera- por jugar a trileros y lo metieran en bolsa, ese honesto lugar en el que no dejarías ni tres minutos solos a tus nietos. La tal Sprin, que ahora preside Álvaro Glup Glup Glup Miranda, se hizo con las riendas –al margen de con las pérdidas e inversiones de Samaniego en el Circuito de Los Arcos. Una ONG, vamos, los de Sprin- de Roncalia, la sociedad que junto con el Valle del Roncal debía y debe impulsar el ski nórdico en Roncal. Como estaremos de acuerdo, impulsar el ski nórdico, obliga –entre otras cosas - a que las carreteras estén limpias o dispuestas cuando nieva, porque para tenerlas limpias en agosto se basta el sol, que es muy currela. Miles de millones de pesetas después, con la inestimable ayuda de Laura Alba, cuando nieva como nieva en miles de estaciones de Europa, a la estación de Roncal no se pudo llegar el sábado, con máquinas quitanieves de Feber. Seguramente, los roncaleses tienen lo que votan, como todos, pero los demás también tenemos a Sprin, para que vaya dilapidando poco a poco pero sin pausa los dinerillos que como despistados copos de nieve van cayendo a los pies de constructores y contratas.
5 Comments:
VIVIR EN MUTILVA
Del apacible pueblico que era Mutilva (la alta y la baja) hace apenas unos años, hoy no queda apenas nada.
La vorágine del ladrillo, esa que ahora se ve claramente como errónea y perniciosa, ha acabado con la muy aceptable calidad de vida que este núcleo residencial tenía hasta hace seis o siete años.
Amparadas por las administraciones públicas, diversas urbanizaciones han surgido una tras otra, aumentando la población bruscamente cada vez.
Hasta que se ha desbocado el tema. Nuestras autoridades (de Pamplona y del valle de Aranguren) se han pegado una buena castaña con sus previsiones. Lo malo es que, como siempre, ni hay responsables, ni la castaña la van a pagar otros, más que los ciudadanos.
Querido lector, estimada lectora, ¿ha intentado usted últimamente bajar en coche a las Mutilvas desde Pamplona? Será mejor que no lo intente si no tiene una buena razón para hacerlo. Simplemente le van a volver loco/a, y, si llega, cuando se vaya de Mutilva deberá ir directamente a un lavadero de coches, a quitar unos cuantos kilos de barro.
Lo malo para muchas de los miles de personas que vivimos en cualquiera de las Mutilvas, es que nosotros sí que tenemos que subir a Pamplona para trabajar, hacer gestiones u otras actividades. Incluso varias veces al día. Huelga decirles cómo nos acordamos de los progenitores y ancestros burgaleses y extremeños de nuestros políticos cuando intentamos hacer ese recorrido.
Los poderes fácticos del hormigón decidieron, hace un par de años, que, tras años de paciente espera, había llegado la hora de convertir en oro puro los terrenos de Pamplona al sur de Santa Marta, del Tenis y del (ex-)seminario.
Y nuestros políticos, conocedores privilegiados de todos los detalles, aceptaron hacernos la vida imposible a los habitantes de las Mutilvas durante solamente dos o tres años. El Ayuntamiento del Valle también se subió al carro, con otra macropromoción, la más grande jamás planificada en el Valle de Aranguren, el proyecto Entremutilvas, con nada más y nada menos que 1.649 viviendas, que empalma con la movida que baja de Pamplona.
La realidad, hoy: ambos proyectos se han revelado como faraónicos, desproporcionados e insostenibles. En las Mutilvas existen hoy más de 200 viviendas desocupadas o sin vender, por no hablar de Pamplona.
Nos han dicho que los trabajos de urbanización de la parte de Pamplona iban a costar 83 millones de Euros (13.800 millones de pesetas de las de antes). Ya veremos –o no veremos- cuánto cuestan al final. Desconocemos cuánto va a costar la parte del Valle de Aranguren. Lo que sí sabemos, con absoluta certeza, es quién lo va a pagar: los contribuyentes y los futuros propietarios.
De la situación anterior, con unas vías de comunicación claramente insuficientes (p.ej. sin aceras) entre el segundo ensanche y las Mutilvas, hemos pasado a tener próximamente (pronto inaugurarán, cuando haya elecciones, aunque sea europeas) unas sobredimensionadas macroavenidas, por las cuales circularán los coches, en medio de un paisaje fantasma –pero eso sí, urbanizado- que permanecerá desértico durante los próximos diez años.
Las preguntas que se le ocurren a una persona sensata son: ¿Era realmente necesaria esta orgía asfáltico-hormigonera? La excusa eran las viviendas, pero, ¿no hubiera sido más razonable ir urbanizando y construyendo las zonas / viviendas que se iban realmente a ocupar? ¿Acaso la construcción tiene algún derecho especial para poder perjudicar la calidad de vida de los ciudadanos? ¿Si a un pequeño comercio de alimentación no se le permite ocupar la acera para mostrar sus productos (como por cierto sí se permite en todo el mundo civilizado), porqué se permite a una constructora cerrar, abrir, volver a cerrar y modificar a su antojo calles, direcciones y plazas, y encima tenerlas con un dedo de barro todo el año???
¿Se han dado cuenta definitivamente de que ya se acabó la era de las macroactuaciones? ¿Cuántos poceros quedan todavía entre nosotros a la espera de su pelotazo particular?
En un XLSemanal de hace unos años (no en uno de estos números que también han salido fotos) se podía ver fotos del antes y después de la megaorgía cemento-asfalto. Curiosamente junto con Benidorm y poblaciones de la costa mediterránea parecía que se había colado una que también había sufrido el descontrol de la construcción por parte de los políticos y demás involucrados. Sorpresa, era la Vieja Iruña. Nuestra Pamplona había crecido de manera desmesurada y sin control (se cifran más de 25000 viviendas vacías en Pamplona y su cuenca). Juro que lo buscaré por internet al menos. ¡Pero todavía no se quitan de la cabeza Guendulain!. Inversiones faraónicas en unos sitios y subdesarrollo en otros, ¿coincidirá con la aglomeración de habitantes y por tanto con caladeros de votos?. Y eso sin ser mal pensados.
Salud.
capuchas y palos, al tiempo
EHN regalada. Bastante más barata que el precio del Mw eólico instalado. Michael Sanz pensando que había dado un pelotazo... Acciona la fagocita y poco a poco la va sacando de Navarra. Dentro de poco ya no pagará ni los impuestos en nuestra tierra.
El equipo humano igual tendrá que desplazarse.
Y mientras tanto, los navarros tenemos un 1% de Iberdrola, gran enemigo del desarrollo de EHN. ¿No nos hubiera valido más quedarnos con una parte de Acciona o Acciona Energía? Un gran proyecto navarro difuminándose ante la inoperancia del Gobierno. Y sin que la oposición diga nada. Tenemos unos políticos desastrosos.
Tenemos unos políticos desastrosos... que han salido de entre nosotros. De entre la banda de especuladores y pequeños ricos que ha medrado en Nafarroa, como en muchos otros sitios, al calorico del ladrillazo. Los choris de siempre (UPN-PP y sus seguidores)han hecho sitio a los novorricos de PSN-UGT-CCOO, y estos se han vendido sin complejos a las mafias españolistas, antes que intentar reconducir el negocio con las élites vasconavarras, que reparten menos dividendos.
Lo que queda de izquierda, duda entre entrar al unte o denunciarlo (no sabe cómo, sus primos están en el ajo), pero mientras tanto se amorran a las poltronas con políticos de 2ª, 3ª y algunos de regional.
Y cada día las palas y las caterpillar se llevan por delante nuestros campos y montes, para que se lo repartan los amos, bien trituradicos.
Nafarroa, como la CAV, siempre palante
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