31 enero 2013

Candela


El Gobierno ha convocado el VII Premio a la calidad de los servicios públicos en las administraciones. Con esta distinción pretende reconocer y distinguir a los organismos, unidades y entidades públicas que hayan destacado por la mejora de sus servicios. Esto es de ayer y cayó delante de mis jojos en el tuitel porque lo rebotó José Iribas, que a la mañana había estado en Arguedas –donde Senda Viva, ese asunto pendiente que tiene Sodena, uno de muchos- en la ampliación de una escuela, con Barcina y Catalán Alberto, nada que ver con Catalán Antonio, el máximo accionista de la empresa en la que Barcina tiene metidos unos dinerillos, el sobrante, que ya dijo que no era una inversión segura porque ha perdido valor, pero por si acaso lo metió en alquilar las oficinas a Caja Navarra y no en Senda Viva o en Los Arcos, que sí que necesitan liquidez y así menos que tenemos que poner todos, menos sobrados. El caso es que habría buen ambiente: Iribas, Catalán, Barcina, los criaturas allá con sus batas y pegando con pegamento sus nombres y otras cosas en unas cartulinas y ¡seño, seño, por qué se miran tan raro entre ellos! Iribas mira muy atento a Barcina, que mira muy atenta al director, mientras Catalán mira para otra parte y una niña muy mona con bata blanca de topos rojos y de unos 4 años pega lo que han recortado con la profesora, aunque aún no ha pegado su nombre, que se ve impreso en su bata y delante: Candela. Muy apropiado, Candela, maja, se están dando bastante de tu nombre últimamente, tanto que pierden tanto tiempo en eso que no ganarán el galardón que justo presentan cuando los servicios públicos sufren más recortes, como los que pegas tú con tu pegamento de barra. ¿Qué tal el cole, cariño? Muy bien, mami, ¡han venido unos marcianos! ¿Y cómo? ¡Cada uno en su nave!