22 diciembre 2005


Gambas

Fue hace más de seis años, pero, como fue buen peazo suceso apañol, lo tengo bien fresco. Para este peazo suceso apañol hizo falta, en aquel caso, un infortunio, un chivato y una autoridad. Casi como en las pelis de Berlanga. Faltó el cura. Infortunio: mi rival aparca su destartalado Ford Fiesta en el antiguo parking de intendencia, donde hoy la gente se da al consumismo. Pilla ticket de la ORA hasta una hora X y lo coloca en el salpicadero. Cierra la puerta. No lo ve, pero el ticket, por la corriente, se ha dado la vuelta. Poblema Houston, problema, ni-no, ni-no. Chivato: éste canta, llega la grúa, aunque el coche, al ser un parking, está perfectamente aparcado y no molesta. Se lo llevan. Llega mi rival a la hora X menos 15 minutos. No ve su bólido y le entra la intxankilidad lógica. Pregunta al chivato. Dice que nada sabe. Mira en el suelo. Pone que está en el depósito municipal y que son 16.000. Se da la vuelta para atacar al chivato. Ya no está. Me llama. Voy a un banco y pido 16.000 en monedas de 25. Bajamos andando al depósito. Autoridad: Una gran valla flanquea la puerta. Un cristal de 10.000 dioptrías nos separa de la cajera. Un cartel señala que no se puede pagar con moneda inferior a 500. Un municipal se niega a comprobar, cuando mi rival así se lo indica al abrir el coche, que el ticket era correcto y que sólo se ha dado la vuelta. No metemos bulla. Pagamos la multa. Fin. Ayer leí que desde ahora estos casos no se darán y que con 10 euros se podrá levantar la multa y no te dará un infarto si no ves tu coche cuando lo has aparcado bien. Esperamos que la medida sea retroactiva y nos devuelvan la pasta. No es por el dinero. Queremos mandarles unas buenas cajas de gambas de Huelva al chivato, al municipal y al concejal. Somos así.