¿Ya?
Henos aquí los de Pravia. Hay pereza, no crean, que no soy de ésos que le pasan la mano por el lomo a los lectores y les dicen que qué ganas tenían de volver a verlos y lo largo que se les ha hecho y todo eso. ¡Leches!, bien corto que es el verano –y más desde que agosto lo han pasao al otoño- y bien contento que estaba sin poner un solo dedo encima de una sola tecla, así, mirando las lontananzas. Que luego estaré a gusto, vamos, seguro, hasta feliz, pero de ahí a tener mono, quita, quita. Bien, dicho esto, un placer de nuevo. Como es de rigor, advertiré que estaremos por aquí de miércoles a domingo, inclusivemente, y que, salvo excepciones, esto lo mismo será mi opinión que nada más lejos de la realidad propia mía, si la tuviere. Además de todo ello y de que trataremos de ser corteses y descorteses con quien nos parezca merecerlo, volvemos a mencionar el apartado de debajo de estas humildes letras donde se indica una dirección de internet. Sí, es un blog. Ahí iremos –parezco Indurain- colgando estos artículos y cualquier comentario que ustedes tengan a bien dejar, ora en el blog ora en el mail que hay donde mi perfil, que es mi mail y punto pelota. Ya saben, sugerencias, comentarios, quejas y así. Sí, ya sé que esto lo expliqué el año pasado, pero es que hay lectores que seguro que no habían nacido el año pasado y tienen tanto derecho como ustedes a formarse como personas, humanas por supuesto. El blog sigue siendo tan feo estéticamente como el año pasado y así seguirá, que a los hijos se les quiere como son. Aprovecho para pedir disculpas por adelantado y así no las tengo que pedir después, que es un tostón. Aprovecho también para decirle a La Eugenia que todo lo que escriba y haya escrito va por ti, con mi eterna admiración. Ponte buena. Amos pallá.
Henos aquí los de Pravia. Hay pereza, no crean, que no soy de ésos que le pasan la mano por el lomo a los lectores y les dicen que qué ganas tenían de volver a verlos y lo largo que se les ha hecho y todo eso. ¡Leches!, bien corto que es el verano –y más desde que agosto lo han pasao al otoño- y bien contento que estaba sin poner un solo dedo encima de una sola tecla, así, mirando las lontananzas. Que luego estaré a gusto, vamos, seguro, hasta feliz, pero de ahí a tener mono, quita, quita. Bien, dicho esto, un placer de nuevo. Como es de rigor, advertiré que estaremos por aquí de miércoles a domingo, inclusivemente, y que, salvo excepciones, esto lo mismo será mi opinión que nada más lejos de la realidad propia mía, si la tuviere. Además de todo ello y de que trataremos de ser corteses y descorteses con quien nos parezca merecerlo, volvemos a mencionar el apartado de debajo de estas humildes letras donde se indica una dirección de internet. Sí, es un blog. Ahí iremos –parezco Indurain- colgando estos artículos y cualquier comentario que ustedes tengan a bien dejar, ora en el blog ora en el mail que hay donde mi perfil, que es mi mail y punto pelota. Ya saben, sugerencias, comentarios, quejas y así. Sí, ya sé que esto lo expliqué el año pasado, pero es que hay lectores que seguro que no habían nacido el año pasado y tienen tanto derecho como ustedes a formarse como personas, humanas por supuesto. El blog sigue siendo tan feo estéticamente como el año pasado y así seguirá, que a los hijos se les quiere como son. Aprovecho para pedir disculpas por adelantado y así no las tengo que pedir después, que es un tostón. Aprovecho también para decirle a La Eugenia que todo lo que escriba y haya escrito va por ti, con mi eterna admiración. Ponte buena. Amos pallá.
5 Comments:
Yuuuuupiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!
yuhu!!
Mira, en lo del otoño suave que pasamos en agosto te doy la razón, pero... decir que no tenías mono de poner patas arriba a todo bicho viviente... amossss, hasta ahí podíamos llegar! Que sepas que no me da ninguna pena que se terminen tus vacaciones, es mas, me alegro -así es la vida, chico- que ya tenía yo ganas de empezar a leer el periódico por atrás de nuevo, que ni comparar tu A la Contra con el Mundo Solidario, que está bien, pero no es para reirse ni para sonreir y se me estaban empezando a enquilosar las comisuras de los labios ya. Lo dicho. Valor y al toro.
Arranca maestro
Bien nagore bien. Tú sigues. Van Morrison engorda y canta. Pamplona es una zanja... Ya sabes.
Salud, amiguito.
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