Desestructurada
Dijo Aznar –José María- el viernes que le preocupa y mucho la “desestructuración de España”. No puedo estar más de acuerdo con él. El ejemplo más claro de esta situación lo tenemos con esos jodidos cocineros catalanes que han osado desestructurar lo que es la esencia de lo español, más incluso que que nos eliminen en octavos o cuartos de final: la tortilla de patata, sea o no con cebolla. Se empieza desestructurando la patata, se sigue por el huevo y se acaba con España por el procedimiento de vendernos nitrógeno de sabores para comer a 600 euros el plato. Las cosas son así y así me las creo yo, así me digan lo que me digan quienes me lo digan. También dijo que “el multiculturalismo divide y debilita a las sociedades”. Yo eso lo vengo diciendo años y no me pagan como a él. Otro ejemplo, en las comidas que prepara José Andrés, que es otro independentista encubierto: a la que puede, te mete ingredientes de fuera y te explica que eso es bueno, que hay que conocer cosas nuevas. Pues no, pues no, la tortilla con huevo, patata y cebolla y sal al gusto. O sea, española, como las bujías que pone Usillos. ¿Se integran los que vienen aquí? Siguen comiendo sus cosas, sus cebiches y sus doners y ni rastro de bien de alubias con chorizo. Pues eso, que yo tampoco. No sé qué más dijo Aznar, porque entonces llegó la enfermera –que es serbia pero maja- y me apagó la televisión y entonces nos dimos cuenta de que hacía ya unas cuantas horas que se me había pasado la hora de tomarme la pastilla verde, que es muy importante que me la tome –me dice- porque es la que me permite que no tenga alucinaciones y usted qué hace ahí delante de la cama mirándome con esa barretina que mira que me levanto y le meto una leche española estructurada y unicultural que te cagas mamón.
Dijo Aznar –José María- el viernes que le preocupa y mucho la “desestructuración de España”. No puedo estar más de acuerdo con él. El ejemplo más claro de esta situación lo tenemos con esos jodidos cocineros catalanes que han osado desestructurar lo que es la esencia de lo español, más incluso que que nos eliminen en octavos o cuartos de final: la tortilla de patata, sea o no con cebolla. Se empieza desestructurando la patata, se sigue por el huevo y se acaba con España por el procedimiento de vendernos nitrógeno de sabores para comer a 600 euros el plato. Las cosas son así y así me las creo yo, así me digan lo que me digan quienes me lo digan. También dijo que “el multiculturalismo divide y debilita a las sociedades”. Yo eso lo vengo diciendo años y no me pagan como a él. Otro ejemplo, en las comidas que prepara José Andrés, que es otro independentista encubierto: a la que puede, te mete ingredientes de fuera y te explica que eso es bueno, que hay que conocer cosas nuevas. Pues no, pues no, la tortilla con huevo, patata y cebolla y sal al gusto. O sea, española, como las bujías que pone Usillos. ¿Se integran los que vienen aquí? Siguen comiendo sus cosas, sus cebiches y sus doners y ni rastro de bien de alubias con chorizo. Pues eso, que yo tampoco. No sé qué más dijo Aznar, porque entonces llegó la enfermera –que es serbia pero maja- y me apagó la televisión y entonces nos dimos cuenta de que hacía ya unas cuantas horas que se me había pasado la hora de tomarme la pastilla verde, que es muy importante que me la tome –me dice- porque es la que me permite que no tenga alucinaciones y usted qué hace ahí delante de la cama mirándome con esa barretina que mira que me levanto y le meto una leche española estructurada y unicultural que te cagas mamón.
1 Comments:
Desde que cerró el Urricelqui nada a vuelto a ser lo que era. Ahí noté el inicio de la decadencia.
Publicar un comentario
<< Home