03 mayo 2007

Aquella final
Lo contó maravillosamente bien la compañera Mª José Armendáriz el día después de la final de Copa ante el Betis. Venía a decir que sí, que tal vez jugásemos más adelante otra final, pero que ya nunca más íbamos a poder ganar aquella final, por mucho que se nos vendiera –no sin razón- que sólo haberla vivido había merecido la pena. Pero que no íbamos ya a ganar aquella final. Una verdad como un puño apretado. Hoy nos viene a pasar algo parecido, que, estando como estamos ya casi mal acostumbrados a llegar a zonas de la mente que desconocíamos que existían para un seguidor rojillo, seguro que más de uno menta el ya habrá otras veces en el hipotético caso de que caigamos esta noche, que no vamos a caer. Porque la sola mención de esa frase debería de ir acompañada de una pena de cárcel sin posibilidad de visitas, cuando en casos así lo único realmente válido es el silencio, el silencio y un poco más de silencio, porque cualquier palabra de ánimo provoca precisamente el efecto contrario. Tal vez, quizá, a lo sumo, pueda ser una coletilla que se puede deslizar con extremo cuidado en una conversación pasado un tiempo prudencial, no sé, un año o año y medio, pero nada más, porque si de algo estamos seguros es de que estos milagros no pueden durar mucho, porque entonces dejarían de ser milagros y no seríamos Osasuna, seríamos otro equipo. Una vez hechas estas consideraciones, habrá que convenir que estamos ante uno de esos días que, para bien o para mal, siempre recordaremos aquellos que consideramos que sí, que seguro que fútbol y futbolistas no merecen tanta atención y desvelo, pero qué se le va a hacer, el ser humano es así. Una de esas noches que levantan el ánimo para un año o te dejan un surco que sigue doliendo miles de noches después, que no será el caso. Amos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

tic tac, tic tac, ya dos días sin alacontra...será culpa de ziganda también.¿a ustedes qué les parece?

11:15 a. m.  

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