19 diciembre 2007

Sorpresa, sorpresa

Acabo de venir de pasar unos días por debajo de Cortes y me encuentro con que UPN y PSN se han puesto de acuerdo en los Presupuestos. Si me llegan a tocar los Euromillones me llevo menos sorpresa. Vaya bombazo, qué notición. Tendré que ir a las hemerotecas, porque supongo que los periódicos titularon a cinco columnas –los periódicos tienen cinco columnas, aunque ustedes no las vean. Es como Pedro Solbes, que tiene cerebro por debajo del pelo- o incluso a seis, con suplementos informativos en papel salmón o en papel de El Elefante. Que ya le digo yo a un amigo que vota a UPN que no es que tenga nada especialmente en contra de un pacto de semejante naturaleza –si quiero cambio es para poder meterme con otros-, habida cuenta de la representación social que supone, sino más bien contra los que dijeron una cosa, hicieron otra y ahora, además, tratan de vender un día sí y otro también que si se van a hacer cosas por estos lares es poco menos que única y exclusivamente gracias a ellos, que son como Robin Hood. Una pena, la verdad, pero bueno, allá ellos si duermen tranquilos. Lo evidente es que es un paso más en la cada vez más clara desconexión entre los políticos y los ciudadanos, que somos como trenes que se cruzan en la noche, afortunadamente para los ciudadanos. Como muestra nos ha bastado asistir aturdidos a las declaraciones del mismísimo Ministro de Economía, que no sólo se deja el sueldo en propinas –él, que puede- sino que, para bordarlo, ha asegurado que no hemos interiorizado el euro, nosotros, la gleba, el populacho, la chusma, que sólo sabemos pagar y callar, y que no comprendemos que 20 céntimos son 32 pesetas y un euro, 166. Encima que te roban, te insultan. Y luego te piden el voto. Tremendo cómo se las gastan los socialistos.