06 diciembre 2007

Comprensión

Álvaro Miranda, consejero de Economía, está pasando por los peores días de su vida. No duerme, no come, se pisa los cordones de los zapatos, en el coche oficial se sienta en el asiento delantero. Es lógico, pobre. Es que tener que negociar los presupuestos del 2008 con el férreo y rocoso politburó del PSN tiene que ser muy duro. Ya lo dijo él ayer mismo: “Nos queda un arduo trabajo por delante”. Imagino que alguien estaba por debajo de la mesa agarrándole los bultos para que mantuviera el rictus serio. Por cierto, con lo de “por delante” supongo que se refería a UPN, porque a la gran mayoría de votantes del PSN el arduo trabajo ya se lo hicieron por detrás. El portavoz del PSN añadió: “Hay aspectos de los Presupuestos que no encajan con nuestra ideología de izquierda y socioaldemócrata”. Luego se comió el sugus que le tocaba. Tienen que ser una reuniones tremendas, maratonianas que se dice. Mus, mus, mus, cuatro envido a las dos. El Tratado de Camp David fue un picnic al lado de esto: por un lado, la terrible derechona y, por el otro, la autodenominada izquierda, social y demócrata. Como el Ali-Foreman del 74, la pelea del siglo. En el exterior de la sala de reuniones, aguardan equipos completos de médicos y enfermeras con desfibriladores, termos de café, tabletas de valium, masajistas. Y luego la gente no se lo valora, la gente se cree que es una mascarada. Así nos va, que hasta nuestros chavales por no tener no tienen ni comprensión lectora. Les pusieron como ejercicio que analizaran el significado de En Navarra tú decides y pencaron. Les examinaba Chivite. En matemáticas, en cambio, aprobaron. Pregunta: “Si coges 74.157 votos del PSN y se los das a Pepe Blanco, ¿qué nos queda?”. Respuesta: “Cero”. Yo confío en la juventud. Además, para lo que hay que leer...