23 enero 2008

Ajo y agua

Tengo unos amigos que tienen unos conocidos. Los conocidos se compraron un piso de unos 65 metros perfectamente cuadrados por 40 millones de pesetas. Bien. Caro de ganas, pero bien. Vale. Como son dos y al parecer a ella le gusta hacer gimnasia rítmica con tres pelotas y tres mazas en la cocina -¿o eran cintas y aros?-y a él le van las series de 400 metros vallas en el pasillo, pensaron que 65 para dos era poco –aquí casi todo el mundo se la mide constantemente, la casa- y se metieron en uno de 85. Bien. Se metieron con el dinero que no tenían –hay gente, seguro que conocen a más de uno, que es capaz de comer todos los días lo mismo pero poder decir que su casa tiene 90 metros; y para qué hablar del coche- y, aprovechando que aquí gilipollas el último, pedían 55 por el antiguo, el de 65 metros cuadrados. Plusvalía del 37% en menos de tres años. No lo venden y están apurados. Que se jodan, en concreto y en general. Porque mucho hablamos de lo mal que está el mundo, la bolsa y de lo que nos roban los bancos y las inmobiliarias –que es cierto, que nos roban- pero a la hora de no robarnos los unos a los otros no hay escrúpulo alguno. A la hora de querer sacar un beneficio que no se sacaría uno ni vendiendo toneladas de droga no hay problema, que ya habrá algún memo que venga detrás y me compre la choza a precio de Central Park. O sea que bien, que esto de la crisis de la vivienda y tal tiene un peligro en cascada importante y unos culpables públicos y privados destacados, pero si les digo la verdad me va a importar una mierda que unos cuantos ciudadanos en teoría respetables se estén pillando los dedos por querer vivir en los mundos de Yuppi y muy por encima de sus posibilidades reales. Y, sobre todo, por robar con la excusa de ¡como todos roban...! Apechugar..

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues mira, yo tampoco me voy a apenar por la gente de este tipo, especuladores que han demasiado tiempo han engordado la bola de nieve inmobiliaria. Sí me apenaré por los que se ven atrapados por los euríbores feroces sin comerlo ni beberlo. Pero por los especuladorcitos de a pie, no.

Sin embargo, en esta jungla de comprayventa había algunos, pocos, mirlos blancos. Con mucho más mérito todavía por el ambiente reinante de "abusa, que todos lo hacen". Todos los días doy mentalmente gracias a la "mirla blanca" que me vendió su piso por lo que le había costado más lo que gastó para mejorarlo. Gracias a ella, puedo respirar tranquilamente, pagué mi piso en un tiempo muy razonable y ahora es la niña de mis ojos. El piso y la mirla.

1:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tenía ganas de mandarte saludos y mi enhorabuena por tus artículos siempre tan llenos de acierto, ingenio, ironía y buen humor. Es lo primero que leo cada día en el trabajo (y no soy funcionaria eh?)
Y ha sido tras este último artículo tuyo referido al asunto inmobiliario que me decido a hacerlo. Este tema ha afectado mucho a mi vida en los últimos años puesto que después de mucho buscar un piso con + luz que el mío (que no con más metros) hemos decidido quedarnos como estábamos visto el panorama tan desolador TODO EL MUNDO SUBIDO A LA PARRA.

Sigue haciéndonos sonreir cada día.
Saludos

2:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué razón tienes, como todos los días,se lo tienen merecido; entre estos aficionados inmobiliarios-que todos conocemos,como bien dices-y los amos de pisos vacíos está la cosa complicada,y encima tenemos los alquileres por las nubes; al menos siguen más baratos que las hipotecas y podemos permitirnos vivr, comer todos los días,tomar cañas e incluso irnos de vacaciones,que total,vamos a estar dos días más pululando por aquí y nuestros hijos nos van a agradecer bien poco heredar un préstamo.

7:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Saludos, Nagore. Un amigo mío suele referirse a ese tipo de gente como SQP, es decir, Sálvese Quien Pueda. Dícese de la gente que busca medrar a toda costa sin importar el daño que causan. Es evidente -así de claro lo has dejado- que no hace falta ser banquero, promotor inmobiliario o empresario corrupto. Basta con mirarse el ombligo con un poco de egoísmo y decir, con encojimiento de hombros: "Total, si no lo haces tú, otro que venga por detrás lo hará". Así es como va fraguándose una cadena de despropósito sin fin que convierte en esclavos de una vivienda a los jóvenes y los no tan jóvenes.

El único consuelo que me queda es que esa pareja de jóvenes reflexione sobre lo que ha hecho. Ojalá les ocurriera a muchos. A veces tengo la impresió nde que el ser humano sólo aprende lecciones de ética a base de dolor.

1:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ole, ole y ole. Acabo de descubrirte en el foro de burbuja.info.Alguien ha tenido a bien "llevarte" allí.
Qué ganas teníamos de poder decirlo , mientras sonreimos con un hilillo de baba de satisfacción cayéndonos por las comisuras ¿verdad?

Saludos

10:00 p. m.  

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