28 febrero 2008

Río revuelto

Álvaro Miranda, campeón de Aoiz de 400 estilos y consejero de Economía, será el padrino de la próxima promoción de la Policía Foral, de esos 85 nuevos chavales y chavalas que a no mucho tardar lanzarán sus boinas al aire y al recogerlas observarán que les ha llegado con un calendario plastificado de libranzas. El motivo de este apadrinamiento no es otro que la labor que a partir de ahora tendrán que realizar estos nuevos funcionarios públicos: rescatar a los que se ahoguen en el Arga durante los Sanfermines. Por ello, qué mejor que Miranda como padrino, para adoctrinarles en el arte de recoger borrachos con txotxona, niños de 4 años o, sencillamente, gentes con muchas dioptrías. De la misma manera, Juan Ramón Corpas y su recién renovado Consejo de Cultura – zzzzzzzzzzzzzz- serán los encargados de impartir clases de viola, chelo y ukele a 10 de estos muchachos, al objeto de que interpreten bonitas y relajantes piezas –por supuesto de nuestra tierra- a los toros con el fin de que ninguno se encrespe con el ruido de las barracas y el día del encierro no se paren en la plaza consistorial intentando entrar en el Ayuntamiento al grito de dónde está la alcaldesa que se va a enterar. El resto del año, aparte de librar, los nuevos miembros y miembras recorrerán los ríos del norte de nuestra comunidad y lanzarán dardos tranquilizantes a los pescadores con mono que estén incumpliendo la normativa impuesta por Sanzberro, contarán las truchas, harán turismo –que siempre está bien, no va a ser todo la cuesta del Labrit- y, en resumidas cuentas, se harán personas de provecho, de lo cual uno no puede sino felicitarse. Mientras, la sanidad se seguirá descomponiendo a ojos vista y nuestro consejero padrino ni se inmutará, porque, a río revuelto, ganancia de privatizaciones.