14 marzo 2008

Guante blanco

Creamos a Arbeloa, el comisario más famoso por estos pagos. Creamos que cobró tan solo 4.606 euros por el trabajo que le fue encomendado, precio de ganga, de últimos días de Alonso, Alonso, Alonso. En primer lugar, mal, mal por tirar por los suelos los precios de mercado en lo concerniente a comisarios. Centrémonos en los otros 55.394 restantes, asignados a la oficina del comisario de la exposición Navarra, un futuro entre todos, y, destinados, según palabra propia, al pago del salario de un administrativo contratado al efecto. No está mal, 55.000 euros. La sorpresa, ¡oh!, llega cuando nos enteramos de que dicha oficina del comisario Arbeloa, encargada de organizar una exposición erigida con un gasto de 600 millones de pesetas y que fue visitada por la pírrica cifra de 33.000 personas en más de dos meses de funcionamiento –era gratis y además había visitas para los colegios, no les cuento más-, dicha oficina, digo, comenzó su trabajo año y medio antes de la inauguración de la exposición. Esto es, una exposición en la que, Arbeloa dixit, estuvieron involucrados “decenas de profesionales de lo mejorcito de Navarra y del resto de España”, en la que se invirtieron 600 –que se dice pronto- millones de pesetas y casi dos años de trabajo fue vista por 33.000 personas. Lo de menos, señor Arbeloa, es quién fue el comisario, cuánto cobró y cuánto cobró el administrativo. Con esos datos lo mínimo que podría uno hacer es irse a casa y dedicarse a la papiroflexia o a la taxidermia –que consiste en conducir un taxi en pelotas- y no tener el rostro pálido, además, de hacer referencia a que es “retrógrado valorar con criterios monetarios una manifestación cultural”. Lo único cultural que le veo yo a semejante cosa es su relación con una película de Kubrick: Atraco perfecto.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Arbeloa es un golfo apandador de reconocido prestigio que ha vivido por la patilla durante muchos, muchos, muchos años. Tuvo buena escuela el cura ¿¿¿¿¿¿¿¿¿socialista????????????

12:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tras ver la comperecencia de Mr. Arbeloa, compruebo que el comisario sigue siendo un plomazo, tanto en prosa como en verso. Quitando algunas "perlas" que pretendían ser exculpatorias y no dejaban de ser ridículas, se ha demostrado que, como los malos políticos, compareció para no responder de nada. Eso sí, estaba muy ofendido por las "difamaciones" que se habían vertido. ¿Pobrecico! Yo, la verdad, prefiero al sr. comisario leyendo sus propios ripios. Recuerdo cómo hace unos 20 años acudió a mi instituto (ya entonces no rechazaba ninguna invitación) para deleitarnos con sus versos. El momento cumbre llegó con un poema en el que obsesivamente se refería a "las nieves de Wyoming". Afortunadamente a esa hora ya casi todos se habían dormido. Los pocos que permanecíamos despiertos (más bien desvelados), nos sentíamos como el protagonista de "La naranja mecánica": obligados a escuchar algo casi repulsivo. Sólo nos faltaba que nos atasen a la silla y nos pusieran pinzas en los párpados para mantener los ojos abiertos. Ahora, como entonces, supongo que el sr. comisario se mirará al espejo al levantarse y en absoluto sentirá vergüenza

9:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Vergüenza Arbeloa? Vamos, hombre. Podéis mirar su blog y ver cómo se siente el pobre hombre acosado, maltratado y vilipendiado:
http://www.vmarbeloa.es/?p=625

11:33 a. m.  

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