13 marzo 2008

Progres de salón

Supongo que este gobierno tan progresista recién reelegido no enviaría a los representantes deportivos de su país a disputar los Juegos Olímpicos en Guantánamo. Saldría Lissavetzky a dar a una rueda de prensa y argumentaría que no es ético participar de un evento que no dejaría de ser puro marketing para lavar la cara de un lugar que conculca día sí y día también toda la lista de derechos humanos, comenzando por la imposibilidad de reunión política o crítica pública y terminando por la masiva ejecución de todo aquel que disienta de la dictadura imperante. Luego saldría Zerolo –ése ser que se jacta de ser homosexual, como si ser homosexual fuese ser Super Ratón- y argumentaría que nuestros deportistas no pueden competir en un lugar en el que la homosexualidad se sigue considerando una enfermedad, con todas las trabas burocrátricas, legislativas y sociales que eso supone. Luego vendría Zapatero, nos haría el gesto de la zeta del zorro, y explicaría que no podemos acudir a un país que incumple de la a la z todos los puntos del tratado de la Haya, el roble y el abedul, incluido el de la invasión del Tibet. Eso pasaría si los Juegos del 2008 se disputaran en Guantánamo, bajo dominio estadounidense, pero como son en China vamos a poder competir sin ningún problema de conciencia. Es un alivio, una liberación. Como en China hay mucha tela que cortar y mucho empresario que colocar no habrá problema alguno, así caigan los chinos de 12 en 12, así vivan el 47% de ellos con menos de 1,5 euros al día. A mi la progresía me parece estupenda, que por mi como si hacemos matrimonios de 12, 3.000 euros de rebaja en el IRPF y casa nueva para todos, pero no sólo en Algeciras, porque, como decía Víctor Manuel antes de pasarse al voto útil, “aquí cabemos todos o no cabe ni Dios”.