12 septiembre 2008

Particularmente

Ya la tenemos liada, puñeteros científicos. Y es que a mi el acelerador de partículas me aterra. Y no porque se vaya a formar un agujero negro que nos va a chupar a todos, sino por Ferrán, se me ponen las criadillas en guardia sólo de pensar qué no va a hacer Ferrán cuando esto de los aceleradores se democratice. Se va a ir la industria de la Thermomix a tomar por culo. Bueno, también les pasó a los vídeos Beta y no se acabó el mundo, al menos para los que compraron VHS. A lo que iba, a Ferrán. Ferrán ya sé lo que va a hacer. Va a organizar los Sanfermines en su acelerador, que con la pasta que tiene seguro que es uno de los primeros que se compra uno. Él es así, innovador y majete. Pondrá a los toros en un extremo del tubo y a los corredores en el otro, los acelerará de la ostia y a ver qué pasa cuando se choquen, allá por el minuto y quince segundos de carrera, más o menos por donde vendría siendo el escaparate de Zarranz. A lo resultante lo llamará Puré de toro-mozo gasificado. A 35 euros el dedal de puré, 50 si lo acompañas de un chupito de Kalimotxo a la partícula. Adiós al estofado de toro que servían en el Boni antes de que cambiara de dueños, que aquello sí que era un estofado. Yo, por ejemplo, aún recuerdo la primera vez que lo probé. Aquel toro yo no sé si fue bueno o no en plaza, que no entiendo, pero ausentes ya sus signos vitales no nos cupo duda que o bien se paró a almorzar en el Evaristo o bien no era de esta dehesa, de lo bueno que estaba. Con Ferrán y el acelerador, en cambio, eso ya no va a ser posible, porque a base de innovar al final no sabremos si nos estamos comiendo al toro o a los divinos, que hay muchos. Yo, particularmente, prefiero vivir desacelerao.