Consumo

Ha dicho Miranda que salgamos a la calle y consumamos. Parece más un llamamiento de Keith Richards que del consejero de Economía, pero bueno. A lo que iba, a Miranda. En primer lugar, artista, haremos, con todo el respeto, lo que nos salga de los huevos y su homónimo femenino. Esa clase de exhortaciones están de más y faltan a la inteligencia, libertad y capacidad de gestionar sus dineros a personas hechas y derechas –o torcidas- que ya estaban aquí en esto de la vida antes de que usted se pusiera unos pantalones cortos. Limítese, como consejero, a buscar soluciones, reducir problemas y diseñar –y sobre todo ejecutar- nuevos y mejores escenarios, que los demás ya sabemos qué pantalón comprar y qué echarle a las alubias, y cuándo y cómo y por qué y dónde. En segundo, mírese bien lo de decir que hagamos “una vida normal”. Ya hacemos una vida normal, majo, ya la hacemos. Tal vez lo que no era normal es lo que se hacía antes, analicelo. Quizá lo anormal es lo anterior, comprar mucho de lo que no se necesita con el que dinero que no se tiene para mantener una estructura económica irreal que manejan unos pocos y que cuando se desploma nos arrastra. Tiene usted un director de Política y Promoción Económica que es un fenómeno y que está muy sensibilizado con la parte humanística y solidaria de la economía, escúchele de vez en cuando y tal vez así no diga tantas tonterías. Y, por último, absténgase de escupir barbaridades como que “la inmensa mayoría de los 300.000 trabajadores navarros no se verá afectada por la crisis”. Con todo el respeto, cállese la boca, que se la sellen como a los leones de Correos, porque la gente, toda o casi, ya está afectada por la crisis, llame empresa por empresa, despacho por despacho y lo sabrá. O salga a la calle y consuma. Consuma realidad.