Al rescate
Llega Súper Samuel al rescate y, por supuesto, no olviden vitaminarse y supermineralizarse, porque Súper Samuel y sus amiguitos, con eso del rescate, nos van a querer introducir vía rectal, uno por uno y de canto, o como más duela, todos y cada uno de los euros que unas empresas privadas invirtieron comprando unos terrenos que valían bastante menos de lo que pagaron por ellos pero bastante menos de lo que creían que iban a valer y por tanto ganar y que ahora que la inversión está muerta de risa suponen un problema. ¿Es nuestro problema? El socialismo navarro si fuera tal diría que no y actuaría como se debe, amparo si se quedan en la calle y muchos ánimos pero nada más, ya que si no iban a repartir con nosotros los beneficios de sus juegos de Legoland no sé a qué viene ahora asumir sus pérdidas o comprarles sus descabelladas inversiones con el dinero de todos en aras a sacarles de la asfixia en la que ellos solitos se han metido. Pero como socialismo y navarro hace tiempo que son términos incompatibles y que incluso se repelen, es más que probable que el llamamiento-globo sonda de Samuel Caro para recomprarles a los promotores los terrenos de Gendulain vaya surtiendo efecto. Esto es el socialismo, amigos, privatizar los beneficios, socializar las pérdidas y además tener que dar las gracias porque si no hubieras estado de acuerdo a lo mejor te entra complejo de insolidario y de mala persona. No sólo te sodomizan sino que además te ponen ante una inexistente tesitura moral. Si tanto quiere ayudar el PSN, que compren ellos los terrenos y se pongan allá la sede. Unos despachos de 4.000 metros cuadraos salen, en mitad del campo. Si en menos de dos años Súper Samuel ya ha recorrido este trazado ideológico, qué será dentro de 20 años. No se vayan todavía, aún habrá más.
Llega Súper Samuel al rescate y, por supuesto, no olviden vitaminarse y supermineralizarse, porque Súper Samuel y sus amiguitos, con eso del rescate, nos van a querer introducir vía rectal, uno por uno y de canto, o como más duela, todos y cada uno de los euros que unas empresas privadas invirtieron comprando unos terrenos que valían bastante menos de lo que pagaron por ellos pero bastante menos de lo que creían que iban a valer y por tanto ganar y que ahora que la inversión está muerta de risa suponen un problema. ¿Es nuestro problema? El socialismo navarro si fuera tal diría que no y actuaría como se debe, amparo si se quedan en la calle y muchos ánimos pero nada más, ya que si no iban a repartir con nosotros los beneficios de sus juegos de Legoland no sé a qué viene ahora asumir sus pérdidas o comprarles sus descabelladas inversiones con el dinero de todos en aras a sacarles de la asfixia en la que ellos solitos se han metido. Pero como socialismo y navarro hace tiempo que son términos incompatibles y que incluso se repelen, es más que probable que el llamamiento-globo sonda de Samuel Caro para recomprarles a los promotores los terrenos de Gendulain vaya surtiendo efecto. Esto es el socialismo, amigos, privatizar los beneficios, socializar las pérdidas y además tener que dar las gracias porque si no hubieras estado de acuerdo a lo mejor te entra complejo de insolidario y de mala persona. No sólo te sodomizan sino que además te ponen ante una inexistente tesitura moral. Si tanto quiere ayudar el PSN, que compren ellos los terrenos y se pongan allá la sede. Unos despachos de 4.000 metros cuadraos salen, en mitad del campo. Si en menos de dos años Súper Samuel ya ha recorrido este trazado ideológico, qué será dentro de 20 años. No se vayan todavía, aún habrá más.
2 Comments:
Qué quieres, Jorge, la propuesta del PSN tiene su sentido. Se trata de indemnizar a los afectados por la crisis económica. ¿Quiénes son los más afectados a nivel mundial? Pues los bancos y las constructoras. Los asalariados ya estaban jodidos con la bonanza económica, pero quienes ahora se ven defraudados en sus legítimas expectativas son los que iban a seguir enriqueciéndose. Los que iban a dar el pelotazo en Guenduláin, pobrecitos, se han quedado con un palmo de narices. Así que se merecen una compensación por parte del Gobierno de Navarra (o sea, por parte de los contribuyentes). Larga vida al capital.
Creerse socialista por militar en un partido con ese nombre no tiene relación. Los socialistas de verdad están acojonados con esta cuadrilla de profesionales de la política, que les cambias de partido y no se nota nada porque al fin y al cabo casi siempre dicen lo mismo. El pelotazo de Genduláin es sonrojante, para no decir ni mu. Nagore rojo.
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