13 diciembre 2009

La costumbre

En Los Paraísos Perdidos, reciente libro-documento de Juan Pedro Bator sobre la salvaje y descontrolada –bueno, no, ahora que pienso, controlada por algunos- degradación de la costa española, se ilustra y desgrana perfectamente la diferencia entre el antes y el ahora de miles de kilómetros que fueron lo que ya difícilmente podrán volver a ser. Hay imágenes –como la de La Manga del Mar Menor, sin ir más lejos- que son para echarse a llorar, porque si bien estamos todos de acuerdo en que el progreso y la universalización del turismo son positivos, no es menos cierto que en nombre de esa realidad social se han cometido barbaridades irreversibles. Estos días, medio mundo mira a Copenhague, muchos con la esperanza de que los que realmente tienen mano para reducir la emisión de gases de efecto invernadero sean capaces de afrontar que, al margen de si se está calentando el planeta o no y los miles de efectos de toda clase que eso supone, hay que echar el freno y hay que echarlo ya. Pero no sólo porque se vaya a inundar La Manga del Mar Menor, que vete a saber, si no porque, sencillamente, hay que cuidar lo poco que se tiene y, cuando menos, intentar que lo que ya ha desaparecido se vaya regenerando. Es un deseo loable y justificado. Sin embargo, habrá que pensar de una vez por todas que nuestro progreso, que está muy bien, se lleva sustentando siglos en políticas económicas, territoriales y políticas que han hecho y hacen mucho más daño al planeta que el -parece más que contrastado- cambio climático. Un lugar en el que cerca de la sexta parte de su población sufre desnutrición es un sitio tocado de muerte, aunque no se inunde todavía. No son reclamaciones excluyentes la una de la otra, pero ojalá Al Gore se hubiese fijado también en la pobreza. Claro, es menos novedad.

2 Comments:

Blogger David said...

Nagore,hace más de un siglo,Nietzsche sentenció:La evolución,sin mas,no significa necesariamente un avance.

9:31 p. m.  
Anonymous Eva said...

Y encima ahora queremos que los países emergentes (aún no se de donde ha salido este término, supongo que por no llamarles países puteados), reduzcan sus emisiones, emisiones que, por otro lado, necesitan para "emerger", igual que hemos hecho los demás.

12:15 p. m.  

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