05 marzo 2011

Vacío

Ayer entré en la Biblioteca de San Francisco para aprovisionarme de un par de libritos para el fin de semana, que nos piramos pal pueblo tras dos meses seguidos agarraos a la acera y algo hay que leer, porque afortunadamente –para mi- en el pueblo no hay ni cobertura ni Internet ni nada de eso y seguro que hace una rasca que estará como para andar por el monte. Paz y silencio. Total, que fue entrar, mirar los estantes en los que han colocado los libros para préstamo y acordarme inmediatamente de un quirófano de Jalalabad que vi en un documental sobre Afganistán. Solo faltaba la arena. ¡Qué estanterías!, la antilujuria en persona. Tú donas esas estanterías a la oenégé más pobre que trabaje en el país más pobre del mundo y te las devuelven por insalubres. Qué vacío, creo que tengo yo más libros en casa que los que han dejado en la futura Biblioteca del Casco Antiguo para que los que llevamos varios meses exiliándonos a la Milagrosa, Burlada, San Jorge o San Pedro tengamos algo que echarnos a los ojos. De pegarte horas cavilando qué coger a tener que elegir uno casi casi por obligación hay muchos pasos intermedios, que una cosa es que entendamos que el traslado de muchos fondos a la General era obligado y bien diferente que hayan dejado menos material que el que es capaz de leerse Sergio Ramos en una semana. Dicen –dicen- que luego volverán a cerrar esta especie de nave industrial abandonada de Ulan Bator en la que han convertido la biblioteca más transitada de la ciudad para remodelarla y mejorarla. Empeorarla es complicado. Aunque aún se podría bombardear... Todo es ponerse. No sé, la verdad, además de a la nueva le tendrían que haber invitado a Puértolas a ésta. Seguro que entra, ve aquello y le dice a Corpas y cía: ¿qué vais a hacer con esto, una rifa?

6 Comments:

Anonymous Bibliotecaria hasta los mismísimos said...

Y no te olvides de que tampoco hay bibliotecarios. El Gobierno de Navarra se la ha quitado de encima, y el Ayuntamiento ha contratado a una empresa privada.
Lo que no sé es si habrán recibido órdenes de llenar los vacíos estantes sólo con las obras de insignes literatos como el propio consejero JR (sí, ese mismo que dijo hace 20 días que ésta iba a ser la "Biblioteca Central" de Pamplona), o el no menos ilustre Arbeloa y sus "Obras Repletas" pagadas a escote por todos nosotros. Porque para libros y bibliotecarios no habrá, pero para editarles libros a los amigotes, lo que sea.

9:48 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cojonudo,
Deberias dedicarte a escribir...

11:23 a. m.  
Anonymous Dani said...

Jorge, yo esto me lo temía. Pero tu descripción me provoca terror. Desde mi punto de vista akirguisado, las dos referencias Jalalabad y Ulan-Bator son para echarse a temblar.

Todo el encanto de la Biblioteca del Casco Viejo -en realidad el encanto de una biblioteca de las de verdad-, la excitación de saber que te puedes tirar horas y horas allí rebuscando y leyendo; se ha esfumado. Creo que en Pamplona hay una cierta política soviética de construcción: tiremos lo viejo, construyamos edificios descomunales, mastodónticos -y a menudo poco prácticos- para celebrar nuestra gloria como gobernantes. Supongo que así es más fácil rellenar la libreta de cosas que hace el Ayuntamiento: "ha hecho esto, ha hecho lo otro, ha hecho aquello..."

Quizás soy yo el que no entiendo bien la revitalización del Casco Viejo: fundamentantada en saquear bibliotecas, vaciar edificios o tapiar palacios, esconder las basuras y poner losetas encima de todo. Supongo que es un plan maestro a 50 años vista para hacer del centro de la ciudad un enorme solar. Cuando esté suficientemente vacio lo podrán tirar y hacer un parque de atracciones intramuros.

En serio, la plaza de San Francisco era el pulmón joven de Iruña: las escuelas con los niños y la biblioteca con los universitarios. Esta semana también desmantelaron según he leído la oficina de turismo de la plaza. No sé a mi este asunto me preocupa, en otras ciudades tratan de atraer gente joven a sus casco históricos, hacer que fluya vida, en el nuestro a veces me da la sensación que quieren que se marchite. Recuerdo de mi infancia la plaza de San Francisco con punkis, prostitutas y muchos "drogatas" que se pinchaban y dejaban los cartones de vino y las jeringas tiradas por ahí. Luego arreglaron la plaza e hicieron el parking y ahora daba gusto ver a los críos jugando y el tránsito de la biblioteca, es uno de los lugares que más disfruto del Casco Viejo sin necesidad de comer ni beber.

Me da mucha pena que nadie piense en las consecuencias. Pero por lo visto es un mejor negocio para muchos levantar un fastuoso nuevo edificio que arreglar un precioso palacio del XIX.
Estoy seguro que la nueva bibloteca es preciosa pero está en un barrio del que no conozco ni las calles.

Un abrazo grande.

1:40 p. m.  
Anonymous Güiki said...

Llamar biblioteca a lo que había en San Francisco es un poco demasiado. Esa sala infecta, de luz franquista y color moco de las paredes era depresiva, sobre todo las mañanas de invierno. La nueva es cojonuda. Por allí estoy todos los días. Ya me he hecho incondicional. Me alegro de que la hayan hecho tal y como la han hecho.

4:55 p. m.  
Blogger P said...

Mi amor: ¿Qué haces tú pidiendo en préstamo? Te doy mis ojos, digo libros. He acabado, es tan breve, Indignaros, ¿lo quieres, te lo mando al pueblo, te lo dejo en el bar?.

6:21 p. m.  
Blogger jorgenagore said...

dani: espero que vaya bien por allá, ya te leo. Dale duro, eres un puto fenómeno vital.
P: se agradece, pero estoy pelin saturao de realidad, ja ja. abrazos.

11:03 p. m.  

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