Guión

Me encantaba Luz de Luna. Por supuesto, más ella, pero él lo hacía genial. Estaban locos el uno por el otro, pero andaban todo el día peleando. Trabajaban juntos. Eso de que el roce hace el cariño debe de ser verdad, porque a Cybil y Bruce les pasaba. Tampoco es que haga falta rozarse para rozarse, no quería decir eso, no me sean cerdos. Para cerdo ya estoy yo. Yo, de toda la vida, he pensado –desde un punto de vista estrictamente comercial, ojo- que tú una serie como Luz de Luna, por ejemplo, que hay una tensión sexual ahí que es que la ves, que la ves, me dejas a mi el guión de un capítulo y arraso el prime time ese. Por supuesto, la serie también, porque yo a mitad de de hora le doy un giro argumental que flipas. Argumental no, estético, quería decir. Los pongo a follar como lobos en la oficina. Con media hora yo creo que a ambos les vale. Dejan la fotocopiadora en llamas. Y al respetable. Y ahí se acaba la serie. Esto quizá sea duro de leer en un periódico, pero es lo que he pensado siempre. Que falta naturalidad. Ya, ya sé que a mucha gente lo sugerido le gusta más. Yo no les llevaré la contraria, también me gusta más, pero probar lo otro no ha probado nadie. Filmado y emitido, digo. Por eso aplaudo este mínimo gesto del PSN, pero, francamente, es muy poca cosa. Estamos en 2012, coño, no en 1943. Y fue muy poco erótico que Jiménez no fuera a la reunión. Eso no es filmable. Ni genera tensión. Haber ido y no os habláis. Eso sí. Luego os peleáis. Y luego ya lo que decidan los guionistas. Pero para mí que los guionistas de esto tampoco tienen la naturalidad suficiente para acabar esto ya y que aquí se acabe esta especie de documental tostón de piedra, papel y tijera. Ni el coraje, claro. Por cierto, ¿entregan hoy el Príncipe de Viana? ¡Que me pasen el libreto!