25 mayo 2012

Correr


Se estaba comiendo una pera, de esas que cuando las mascas tienen dentro unos granos y juegas un rato con ellos y los dientes y la lengua. Tenía una melena blanca preciosa, suave, un color estupendo, manchas marrones en las manos, un bultito en la rodilla derecha que he heredado y una sonrisa maravillosa y permanente, a pesar de que llevaba unos días enfadado conmigo porque eran los Juegos de Barcelona y le hacía menos caso que cuando nos quedábamos solos en casa en Pamplona y me daba 5.000 pesetas para comprar cuatro yogures. Como le habían dado cuatro derrames cerebrales le costaba distinguir las cifras. Entonces se le cayó la pera de la mano, un ojo se le volvió de plastilina, me quiso hablar pero no supo y nos clavó la mirada a mí y la abuela Joaquina, que le cuidaba como ha cuidado a todos siempre, sin límites. No iba a correr la abuela a avisar de que su consuegro había tenido un derrame. Tenía que correr yo, Irati arriba kilómetro y medio, entre los campos preciosos de agosto, aún con el rocío de las nueve y media de la mañana y el sol ya saliendo por Garaioa. Corrí como nunca en mi vida. Subí las escaleras de casa de Eugenia y ni le saludé como hacía todos los días, ya fuera para charlar, ver el Tour o llamar como aquel verano para cantar a los teclistas del periódico unas columnas sobre Barcelona’92 escritas a mano. Llamé y no recuerdo mucho más. Pero sí que vino José Ignacio, el médico, como un relámpago de no sé dónde, y una ambulancia desde Pamplona con mi tía Rita y mi primo Gonzalo. Lo sacaron por aquel camino por el que no pasan los coches y mi abuelo Manuel vivió un mes más. Mi abuelo era un simple veraneante feliz y mayor, pero me parece que queda claro qué opino de la reforma sanitaria de Salud para el Pìrineo Navarro. Que no os toque a vosotros.

2 Comments:

Anonymous Txandrios said...

Todo el mundo a la capital, el resto p'a los animales. Gotham, Jiménez el Joker y andamos sin Batman. O lo solucionamos o nos comen.
Salud

1:45 p. m.  
Anonymous Soyamaiur said...

Hay que devolverle el valor. Que no se entienda como un gasto o un antojo o un capricho. Que se valore. Incluso que se cuantifique en euros cuanto vale una casa que no sean ruinas en un prado que no sea ruinas.

Que se lo encarguen al mismo que es capaz de poner números azules y futuros al AVE o mas fácil, el que dice que la salida de la Vuelta produce dinero.

Si la salida de la vuelta produce dinero, con mas razón lo producirán los pueblos no abandonados. No lo digo en broma. Ni es ironía. Se puede calcular el precio. para saber de que hablo, podrian salir por una vez de pitilas o Corella, ir a los Alpes y ver los pueblos diseminados por sus collados.

Feliz fin de semana. Cada día cuesta mas olvidar lo gris de esta ciudad, de sus prohombres y de sus poderes. Incluso en un día azul como hoy.

2:48 p. m.  

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