El lápiz
Me encontraba recibiendo a cargo de mi masajista una hermosa tunda, que aún no me puedo girar a ver pasar la vida a ver pasar las chicas que cantaba Albert Pla, y de repente oigo una canción que me suena, ésa que ya les conté y que dice: “Pasen, pasen, que mi casa es vuestra casa, si es que hay casas de alguien”. Le digo a la masajista: “Anda, Adriana, no sabía que te gustara Sisa”. “No es un cd Jorge, es la emisora del ayuntamiento. Muerde este lápiz, que va a doler”. Jodó, de lo que se entera uno, un diluvio de años viviendo aquí y primera noticia de que el ayuntamiento tiene una emisora y mucho menos de que el ayuntamiento se está volviendo de la CNT, emitiendo a Sisa. Entonces pensé: esto debe ser un mensaje subliminal, ponen lo de que no hay casas de alguien pa lavarse las manos. Porque tener delante del naso durante 8 años la espectral silueta de la casa que se levanta encima de lo que fuera la mercería Oronoz y no haber hecho nada es no sé ya si sólo sospechoso o directamente una dejación de obligaciones. En la plaza que debería ser cuando menos un lugar digno, a menos de 30 metros de uno de los balcones más famosos del mundo junto con los de Sofía Loren y Pamela Anderson, tenemos una casa y, sobre todo, un comercio cerrado a cal y canto que más parecen sacados de Mostar o de Sebrenika, como mi calle. Me acordaba de cuando hice obra en casa y la técnico municipal medía hasta la distancia entre el water y el lavabo, que no sabía yo si había venido una de rehabilitación o de CSI. O de cuando puse una tienda y como la puerta abierta hacia fuera sobresalía centímetro y medio de la vertical de la fachada casi no me dan la licencia. Me acordaba de cómo habla la alcaldesa de revitalizar el comercio del Casco Viejo. Y mordí muy fuerte el lápiz.
Me encontraba recibiendo a cargo de mi masajista una hermosa tunda, que aún no me puedo girar a ver pasar la vida a ver pasar las chicas que cantaba Albert Pla, y de repente oigo una canción que me suena, ésa que ya les conté y que dice: “Pasen, pasen, que mi casa es vuestra casa, si es que hay casas de alguien”. Le digo a la masajista: “Anda, Adriana, no sabía que te gustara Sisa”. “No es un cd Jorge, es la emisora del ayuntamiento. Muerde este lápiz, que va a doler”. Jodó, de lo que se entera uno, un diluvio de años viviendo aquí y primera noticia de que el ayuntamiento tiene una emisora y mucho menos de que el ayuntamiento se está volviendo de la CNT, emitiendo a Sisa. Entonces pensé: esto debe ser un mensaje subliminal, ponen lo de que no hay casas de alguien pa lavarse las manos. Porque tener delante del naso durante 8 años la espectral silueta de la casa que se levanta encima de lo que fuera la mercería Oronoz y no haber hecho nada es no sé ya si sólo sospechoso o directamente una dejación de obligaciones. En la plaza que debería ser cuando menos un lugar digno, a menos de 30 metros de uno de los balcones más famosos del mundo junto con los de Sofía Loren y Pamela Anderson, tenemos una casa y, sobre todo, un comercio cerrado a cal y canto que más parecen sacados de Mostar o de Sebrenika, como mi calle. Me acordaba de cuando hice obra en casa y la técnico municipal medía hasta la distancia entre el water y el lavabo, que no sabía yo si había venido una de rehabilitación o de CSI. O de cuando puse una tienda y como la puerta abierta hacia fuera sobresalía centímetro y medio de la vertical de la fachada casi no me dan la licencia. Me acordaba de cómo habla la alcaldesa de revitalizar el comercio del Casco Viejo. Y mordí muy fuerte el lápiz.
1 Comments:
La alcaldesa, Jorge, la alcaldesa.... pero si es la eficacia en persona. Lo mismo para un roto que para un descosido, ya que de mercerías hablas. Rojos, que sois unos rojos!
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