20 noviembre 2005


Respiración

No conocí a Franco. Él a mí tampoco. No sé cuál de los dos se pierde más. Sí, coincidimos en el tiempo, pero un rato corto, así que su influencia directa es bastante escasa y ver al personal celebrar los 30 años de su muerte como si hubiera marcao gol Webó me deja indiferente. Otra cosa es que cuando leo, veo y me cuentan las formas de vida que se impuso a la generación de mis padres y me asombro de que, a pesar de todo aquello, mi padre y mi madre sean personas medio normales, vamos, sin taras especialmente significativas. No sé si de la ingente cantidad de libros que se han escrito sobre el invicto, que da de comer aún después de muerto a una numerosa cantidad de gente, y no sólo de su familia, hay uno solo que analice eso, lo que pudo ser y no fue de una generación. Y no hablo de escritores, poetas o médicos, ni de los que lo sufrieron con su vida, el exilio o el olvido, si no de los que, como mis padres y supongo que millones más, tuvieron que afrontar un presente tedioso y gris y un futuro aburrido e incierto. Sólo de pensarlo se me ponen los pelos como escarpias. Eso sí, me aburre que cada dos por tres se le desentierre bajo pretextos políticos de unos que acusan a los otros de ser “franquistas”. Ya , franquistas de Franco Battiato. El otro día, por ejemplo, ví un pograma presentado por la Milá sobre el asunto. Ver al elemento aquel hablar acerca de las virtudes del difunto y contemplar cómo chavales de 14 años iban allá a recibir doctrina era cuando menos surrealista, si no alejado por completo de la realidad. Espero, por supuesto, que también inofensivo, toda vez que no deja de ser gente que cubre los lógicos porcentajes de chalaos que debe de haber en toda sociedad. Pues eso, que siga el buen hombre manteniendo la respiración.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No es de asombrar que nuestros padres no esten tarados, pues vivieron siempre esperando y luchqando por un futuro mejor, nosotros los postmodernos somos los que estaremos más tarados, sin nada en lo que creer , ni nada por lo que luchar, cunado nuestro mayor problemas es saber dónde está el mando a distancia.......

6:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Las cosas no son tan sencillas. Desde luego, si quieres alcanzar la verdad, no creo que Mercedes Mila te ayude nada. De Franco se ha dicho de todo, bueno y malo, desde una y otra parte. Concretamente en Navarra, durante la GUERRA,una amplia mayoría de navarros seguía los acotecimientos con gran interés y se alegraban con los avances de las tropas de los llamados nacionales. Esto es verdad, aunque tus padres no podrán atestiguarlo porque tampoco ellos habían nacido. Fíjate si ha llovido. A pesar de todo, este asunto sigue levantando pasiones. A mi modo de ver, tienen más culpa en este continuo remover los rescoldos, los que comulgan con las ideas de los perdedores. (Los que perdieron la GUERRA, tampoco existen, han muerto prácticamente todos). Yo no entiendo cómo jóvenes de treinta años, hoy en día siguen apasionándose por este tema de manera visceral. Sí entendería un apasinamiento intelectual, por este y por otros grandes asuntos de la Historia, La Inquisición, La Colonización de América, la influencia del cristianismo en la sociedad española... Yo no me veo enemistado con un convecino por una discordancia en relación con La Guerra de la Independencia. ¿Por qué no nos olvidamos ya todos del franquismo?.

Al margen de esto, me encanta leer tu columna.

8:28 p. m.  

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