El tapado
Tengo la certeza de que existen los libros-dedicatoria. No son sino ésas cosas que se venden casi a peso en las librerías y en las que el autor, como tenía una dedicatoria vital que hacerle a alguien –a su madre, a su novia, al médico que le estirpó las amigdalas- y ya que sabe que no va a ganar el maratón olímpico o el Nobel, pues va y escribe un libro alrededor de su emotivo y maravilloso para Eduvigis. Y se queda más ancho que Bud Spencer y ¡hala, a gastar papel, que sobra! Lo que desconocía hasta la fecha era que existiera el autor tapado. Conocía a los mal llamados negros, a las musas, a los correctores, a los que inspiran, pero tapados aún no había visto ninguno. Hasta que cayó en mis manos el programa de fiestas de San Fermín y me encontré con que uno de los tres autores de textos era nuestro anónimo Concejal de Cultura. Toda vez que el programa incluye un texto de la alcaldesa –con su retrato de Salaberri a la izquierda, ¡toma ego!-, otro de Miguel de la Cuadra Salcedo, el programa día a día, una página con cuatro informaciones sueltas sobre el encierro, otra con los recorridos de la comparsa de Gigantes y Cabezudos y una última con mínimos retazos sobre las ganaderías a lidiar, ando preguntándome qué coño ha escrito nuestro anónimo concejal de Cultura en el dichoso programa y, si ha escrito algo, qué puñetera falta hace que ponga su nombre si se ha limitado a teclear cuatro consejos para los corredores del encierro o cuatro detalles sobre las ganaderías que se las pasas a un estudiante de primero de periodismo y te los deja niquelaos en 10 minutos mientras se come el bollycao y se manda esemeeses con la moza. Por que, ¿de esto sabíamos algo o no, señor concejal anónimo, no vaya a ser otra sorpresa, en este caso del impresor? ¡Dios, qué paciencia!
Tengo la certeza de que existen los libros-dedicatoria. No son sino ésas cosas que se venden casi a peso en las librerías y en las que el autor, como tenía una dedicatoria vital que hacerle a alguien –a su madre, a su novia, al médico que le estirpó las amigdalas- y ya que sabe que no va a ganar el maratón olímpico o el Nobel, pues va y escribe un libro alrededor de su emotivo y maravilloso para Eduvigis. Y se queda más ancho que Bud Spencer y ¡hala, a gastar papel, que sobra! Lo que desconocía hasta la fecha era que existiera el autor tapado. Conocía a los mal llamados negros, a las musas, a los correctores, a los que inspiran, pero tapados aún no había visto ninguno. Hasta que cayó en mis manos el programa de fiestas de San Fermín y me encontré con que uno de los tres autores de textos era nuestro anónimo Concejal de Cultura. Toda vez que el programa incluye un texto de la alcaldesa –con su retrato de Salaberri a la izquierda, ¡toma ego!-, otro de Miguel de la Cuadra Salcedo, el programa día a día, una página con cuatro informaciones sueltas sobre el encierro, otra con los recorridos de la comparsa de Gigantes y Cabezudos y una última con mínimos retazos sobre las ganaderías a lidiar, ando preguntándome qué coño ha escrito nuestro anónimo concejal de Cultura en el dichoso programa y, si ha escrito algo, qué puñetera falta hace que ponga su nombre si se ha limitado a teclear cuatro consejos para los corredores del encierro o cuatro detalles sobre las ganaderías que se las pasas a un estudiante de primero de periodismo y te los deja niquelaos en 10 minutos mientras se come el bollycao y se manda esemeeses con la moza. Por que, ¿de esto sabíamos algo o no, señor concejal anónimo, no vaya a ser otra sorpresa, en este caso del impresor? ¡Dios, qué paciencia!
1 Comments:
A ti lo que te da miedo es que el concejal se apropie cualquier día tu esquinita en el Noticias. No sufras, tus fieles te defenderemos, que para eso eres nuestro líder espiritual.
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