29 noviembre 2006

Calendario

Hace unas noches se me llevó el viento. Y eso que ya me había dicho mi rival que como no tengo masa crítica ni clase alguna de masa me metiera unas piedras en los bolsillos –de fumar no ¡eh!- no fuera a ser que una ráfaga me levantara las patitas por el aire, que es lo que pasó, que me levantó las patitas. Me las levantó en la calle Salsipuedes –me gusta mucho esa calle, voy cuando estoy depre y así me animo cuando consigo salir- y me dejó justo dentro del vallado de las obras de Sarasate, no sin antes darme un voltio Curia abajo y de ahí por encima de los tejados de Jarauta y cruce a la izquierda por Eslava. Oye, aterrizar al lado de una percutora a las tres de la mañana es cuando menos raro, pero, ya que la vida me había llevado hasta allá, me dije: “Jorge, aprovecha, indaga”. E indagué, qué coño. Me metí en la caseta de los currelas, porque el vuelo me había abierto el apetito. No había más que unas virutillas de queso y dos trozos de pan duro, así que me comí el queso y me metí el pan en los bolsillos, que me bastaba ya de vuelos. Y mirando mirando descubrí que los currelas habían hecho una porra, a dos euros la apuesta. Ganaba el que acertaba el tiempo que iba a durar el nuevo pavimento antes de que empezarán las obras del no confirmado pero si planeado parking de Sarasate. La gran mayoría le daba como mucho un año e incluso había uno que había puesto: Al día siguiente de las elecciones. El encargado había marcado la opción no antes del 2009, pero me parece que era más porque se pagaba 30 a 1. Yo al final puse menos de un año, les dejé los dos euros y me llevé un calendario de ésos que antes solía haber en las gasolineras y que total a ellos qué servicio les iba a hacer ya, que se lo conocían de memoria. Y porque además trabajo no les va a faltar.