A sus pies
El público, puesto en pie, le tributó una estruendosa y larga ovación ayer a Santi Santamaría. No me extraña nada, porque yo también le hubiera aplaudido hasta que no me circulara la sangre. Este hombre, cocinero, con tres estrellas de la Guía Michelin , puso patas arriba Madrid Fusión, el salón de la gastronomía que ayer se clausuró. Dijo, entre otras cosas: "Somos una pandilla de farsantes que trabajamos para distraer a snobs ricos que compiten entre ellos para coleccionar restaurantes y estamos vendidos a la puta pela". Eso, de primer plato, con Adrià en el punto de mira. De segundo puso: "La cocina es un arte y, como tal, escapa a toda concepción científica (¿pensando en Arzak?). Considero absurdo que los cocineros ocupen primeras páginas, donde deberían estar los que salvan vidas gracias a sus investigaciones". Y, ya de postre, arremetió contra aquellos colegas que pierden la honestidad por entregarse, sin más, a las modas vanguardistas. Todo esto en la mismísima cara de los aludidos y de un auditorio que no sabía de dónde había salido tanta honestidad en un mundo en el que la tontería ha alcanzado en la última decada cotas inigualables. Tan inigualables que ahora mismo coge uno cualquiera de los suplementos dominicales que se editan en España y para hacer esas recetas hay que tener un máster, amén de 40 o 50 ingredientes para una salsa y una cocina del tamaño de las de las cárceles. Por no hablar del efecto rebote que esta moda infame tiene en muchos restaurantes de lo más normal y corriente que atizan unos guantazos por nada que te quedas alucinando: "¿40 euros por esto?". Eso sí, suena chill-out y hay en la pared una copia de un grabado de Kandinsky. Que no digo que tenga que ser todo morros y morcilla, pero un poco de decencia nunca está de más.
2 Comments:
Pues yo creo que este cocinero es otro más en busca de la celebridad y en la misma lucha de aquellos a quienes critica. Mucha extravagancia y precios desorbitados al alcance solo de los muy adinerados. Esto es al final CAN FABES. Se han dicho cosas delirantes, (o escandalosas), en el último certamen de MADRID FUSION. Pero en fin, en este mundo "de todo ha de haber", que diría el castizo.
Yo creo que hace tiempo que la cocina ha dejado de servir exclusivamente para deleitar el sentido del gusto o incluso para alimentar, para convertirse en un arte, eso sí, exquisito. No todo es estupidez en el mundo de los grandes cocineros, sino que también hay mentes creadoras que han elegido esa disciplina para expresarse de modo innovador y artístico. Estoy de acuerdo en que la atención de los medios es excesiva (¿alguna vez es excesiva la atención al arte por los medios?) pero creo que se confunden las cosas.
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