El anuncio
Probablemente habrán escuchado un anuncio de televisión en el que un señor que arrastra las erres habla de un reloj, mientras en la pantalla lo que aparece es un coche. Probablemente, si no conocen la voz del señor que habla, habrán pensado ustedes que es un actor de doblaje que le pone acento argentino a un bello texto, porque últimamente el acento argentino vende que es una barbaridad. Probablemente, si no conocen la voz del señor que habla, habrán pensado ustedes que el texto lo escribió cualquier agencia de publicidad en una mañanita o menos, cuando lo realmente cierto es que lo escribió el señor que lo lee. El señor que lee lo que él escribió y lo hace con acento argentino es ni más ni menos que, a juicio de este que hoy aquí escribe, el escritor más inalcanzable, inimitable y adorable que han dado los siglos: Julio Cortázar. Una de mis más preciadas posesiones es una cinta de vídeo de más de dos horas de 1977 en la que Cortázar, absolutamente poco amigo de las entrevistas, finalmente conversa de sí mismo y de su obra con Joaquín Soler Serrano y deja testimonio, en una charla llena de una humildad y una grandeza que me siguen asombrando, de que si su obra fue enorme él lo fue aún más, siendo capaz incluso de hablar casi mejor de lo que escribía, lo que es algo increíble, sin petulancias ni esas frases buscadas para impresionar que tanto gustan a los que van por la vida de escritores. Con lo cual aún no he salido del impacto de que 23 años después de su muerte se haya permitido utilizar el inmenso talento de Cortázar para vender un maldito coche y, para más inri, que los autores no hayan tenido siquiera la delicadeza de poner un mísero rótulo en el que se lea que ese señor que habla y arrastra las erres es Julio Cortázar, un regalo para la humanidad.
Probablemente habrán escuchado un anuncio de televisión en el que un señor que arrastra las erres habla de un reloj, mientras en la pantalla lo que aparece es un coche. Probablemente, si no conocen la voz del señor que habla, habrán pensado ustedes que es un actor de doblaje que le pone acento argentino a un bello texto, porque últimamente el acento argentino vende que es una barbaridad. Probablemente, si no conocen la voz del señor que habla, habrán pensado ustedes que el texto lo escribió cualquier agencia de publicidad en una mañanita o menos, cuando lo realmente cierto es que lo escribió el señor que lo lee. El señor que lee lo que él escribió y lo hace con acento argentino es ni más ni menos que, a juicio de este que hoy aquí escribe, el escritor más inalcanzable, inimitable y adorable que han dado los siglos: Julio Cortázar. Una de mis más preciadas posesiones es una cinta de vídeo de más de dos horas de 1977 en la que Cortázar, absolutamente poco amigo de las entrevistas, finalmente conversa de sí mismo y de su obra con Joaquín Soler Serrano y deja testimonio, en una charla llena de una humildad y una grandeza que me siguen asombrando, de que si su obra fue enorme él lo fue aún más, siendo capaz incluso de hablar casi mejor de lo que escribía, lo que es algo increíble, sin petulancias ni esas frases buscadas para impresionar que tanto gustan a los que van por la vida de escritores. Con lo cual aún no he salido del impacto de que 23 años después de su muerte se haya permitido utilizar el inmenso talento de Cortázar para vender un maldito coche y, para más inri, que los autores no hayan tenido siquiera la delicadeza de poner un mísero rótulo en el que se lea que ese señor que habla y arrastra las erres es Julio Cortázar, un regalo para la humanidad.
4 Comments:
Para la publicidad no puede haber nada sagrado, la provocación está en su naturaleza y está forzada a ir cada vez más lejos para seguir llamando la atención.
Sr. Nagore, muchas han sido las ocasiones en las que su "A la contra" me ha emocionado, me ha hecho vibrar y ha sido motivo de comentario en casa. Acierta, varía, es incisivo y veraz.
Por eso acudo a Vd. Hay un asunto, que parece que algunas personas están interesadas en ocultar y otras en descubrir; me encuentro entre las últimas,
Se trata del Sr. Corpas, consejero de cultura y el asunto de la casa rural en Urraúl. El Diario de Noticias ya se ha hecho eco de este asunto,pero tengo la sensación de que no se ha llegado hasta el fondo del asunto. Y es dinero público, y mucho el que se ha "invertido" en ese negocio. Le agradecería que se interesara en ello y que si algun día le falla la musa, pues con ese tema nos regale un "A la contra" en condiciones.
Un saludo de un lector enamorado.
Al último anónimo:
En primer lugar, gracias por los halagos. Y, en segundo, me parece que ya sé -corríjame si me equivoco- hacia dónde quiere usted ir a parar con todo este asunto de "la trama burgalesa", pero los supuestos temas de El Tomate no son mi especialidad y, en todo caso, Diario de Noticias cuenta con periodistas de mucho mayor nivel, capacitación y medios que este humilde alacontrero para ir más al fondo de "ESE" asunto, concreto.
Un abrazo y gracias de nuevo.
Querido alacontrero y sandunguero Sr. Nagore: que ni yo mismo sé hacía dónde quiero ir a parar con el asunto "ESE". Lo que sí sé es que hay gente como yo a la que nos gusta saber dónde va a parar el dinero de nuestros impuestos, y el buen uso que hacen los políticos de turno de él.
Como Vd.bien dice, hay compañeros suyos que podrían hacer periodismo de investigación, que no tomatada rosa.
Le corrijo con humildad y sigo seducido por su escritura,que mis lisonjas no eran interesadas.
Otro saludo del lector que continua enamorado.
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