Estoy bien
Estaba hasta las pelotas de ir a ese hospital. Además, mi padre se piensa que soy tonta o algo así y el otro día estaba yo en la puerta y los fotógrafos sacándome fotos cuando vi a uno que conozco y fui a saludarle y pillé rampa abajo. El caso es que iba yo rampa abajo tan contenta porque iba a saludar a Dani, que trabaja en AP –Associated Press, no Alianza Popular- y llega por detrás mi viejillo y me para, como si yo me fuera a dar un guaskazo. Hombre, que ya tengo año y medio, joder. No me sirve ser la segunda en la línea de sucesión ni para ir a saludar a un colega. Bueno, lo siento Dani, nos vemos en Mallorca. Luego me llevaron otra vez, aunque para esta segunda me elegí yo la ropa, que me puse a ver las fotos de la primera visita y parecía un repollo. Fui más informal, más como soy. De rojo y con pantalones, tipo Gloria Fuertes, y no como el primer día, que con esa falda azul parecía Laura Ingalls. Al día siguiente me tragué todas las tonterías que decía de mi la prensa, como eso de que saludé divertida. ¡Qué coño divertida, lo que me estaba era meando de risa, con 100 tíos perdiendo todo su tiempo y talento sacándome fotos a mi, como si no hubiera cosas mejores que hacer! Jesús, qué país me va a tocar dirigir, no sé cómo vamos a encauzar esto. Por cierto, mi hermana la pequeña ya está en casa. No es ni fea ni guapa y tiene un gesto así algo neutro, como la tía Elena o Lee Marvin. De momento no da mucho la brasa, pero ya veremos. Menos mal que mi casa tiene 3.000 metros cuadrados y si la enana ésa llora no hay quien se entere, aunque por sea acaso el viernes me compré unos tapones. Esto la gente no lo vio, porque fui de incógnito. Por lo demás, estoy bien, con ganas de cumplir los 18 y a ver si pillo cacho con los de Mónaco, que están que se rompen.
Estaba hasta las pelotas de ir a ese hospital. Además, mi padre se piensa que soy tonta o algo así y el otro día estaba yo en la puerta y los fotógrafos sacándome fotos cuando vi a uno que conozco y fui a saludarle y pillé rampa abajo. El caso es que iba yo rampa abajo tan contenta porque iba a saludar a Dani, que trabaja en AP –Associated Press, no Alianza Popular- y llega por detrás mi viejillo y me para, como si yo me fuera a dar un guaskazo. Hombre, que ya tengo año y medio, joder. No me sirve ser la segunda en la línea de sucesión ni para ir a saludar a un colega. Bueno, lo siento Dani, nos vemos en Mallorca. Luego me llevaron otra vez, aunque para esta segunda me elegí yo la ropa, que me puse a ver las fotos de la primera visita y parecía un repollo. Fui más informal, más como soy. De rojo y con pantalones, tipo Gloria Fuertes, y no como el primer día, que con esa falda azul parecía Laura Ingalls. Al día siguiente me tragué todas las tonterías que decía de mi la prensa, como eso de que saludé divertida. ¡Qué coño divertida, lo que me estaba era meando de risa, con 100 tíos perdiendo todo su tiempo y talento sacándome fotos a mi, como si no hubiera cosas mejores que hacer! Jesús, qué país me va a tocar dirigir, no sé cómo vamos a encauzar esto. Por cierto, mi hermana la pequeña ya está en casa. No es ni fea ni guapa y tiene un gesto así algo neutro, como la tía Elena o Lee Marvin. De momento no da mucho la brasa, pero ya veremos. Menos mal que mi casa tiene 3.000 metros cuadrados y si la enana ésa llora no hay quien se entere, aunque por sea acaso el viernes me compré unos tapones. Esto la gente no lo vio, porque fui de incógnito. Por lo demás, estoy bien, con ganas de cumplir los 18 y a ver si pillo cacho con los de Mónaco, que están que se rompen.
1 Comments:
;) D.
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