Ilusión
El mundo es una mierda, el clima esta desquiciado, tengo un trankazo espectacular –y, además, catarro- y, por encima de todo, hace años que Interviú lleva un plástico y, por tanto, hace años que no puedo ojearlo por la jeta, que es lo que se hace en las tiendas de revistas, ojearlas. E Interviú es una de las revistas más ojeables que conozco, por delante del Pronto, que es otra peazo de revista y que encima trae una separata con unas recetas de cocina excelentes. Pero lo de Interviú es terrible, un signo de que los tiempos cambian, y a peor, por supuesto. La presencia del plástico impide su disfrute sin necesidad de pasar por caja y tienes que fiar todas tus cartas a la portada, que ya saben que muchas veces son como los trailers de las películas, que sales del cine y dices: “me quedo con el trailer”. Con las portadas de Interviú pasa igual, que engañan, y lo que prometían se queda en nada una vez que la has pagado y has podido romper el dichoso plástico. Supongo que la causa por la cual llevan plástico es obligarte a comprarlas, pero al menos a mi me provoca el efecto contrario, que me niego a pagar así salga en la portada Cindy Crawford (qué mayor estoy, no conozco ni una sola top model actual) y así voy por la calle atento por si veo a alguien con el Interviú en la mano y le puedo pedir un vistazo. En la librería que tuve lo que hacía era quitarle el plástico a un ejemplar de cada una de las revistas que vinieran así. Luego vendía las plastificadas, pero al menos el consumidor sabía a qué atenerse, o si se iba a poder atener a algo. Las porno incluso las abría de par en par en la estantería. Creo que me perjudico a las ventas, pero tenía 2 o 3 clientes francamente fieles. Uno incluso llegaba por las mañanas antes que yo. Llevaba la ilusión en los ojos.
El mundo es una mierda, el clima esta desquiciado, tengo un trankazo espectacular –y, además, catarro- y, por encima de todo, hace años que Interviú lleva un plástico y, por tanto, hace años que no puedo ojearlo por la jeta, que es lo que se hace en las tiendas de revistas, ojearlas. E Interviú es una de las revistas más ojeables que conozco, por delante del Pronto, que es otra peazo de revista y que encima trae una separata con unas recetas de cocina excelentes. Pero lo de Interviú es terrible, un signo de que los tiempos cambian, y a peor, por supuesto. La presencia del plástico impide su disfrute sin necesidad de pasar por caja y tienes que fiar todas tus cartas a la portada, que ya saben que muchas veces son como los trailers de las películas, que sales del cine y dices: “me quedo con el trailer”. Con las portadas de Interviú pasa igual, que engañan, y lo que prometían se queda en nada una vez que la has pagado y has podido romper el dichoso plástico. Supongo que la causa por la cual llevan plástico es obligarte a comprarlas, pero al menos a mi me provoca el efecto contrario, que me niego a pagar así salga en la portada Cindy Crawford (qué mayor estoy, no conozco ni una sola top model actual) y así voy por la calle atento por si veo a alguien con el Interviú en la mano y le puedo pedir un vistazo. En la librería que tuve lo que hacía era quitarle el plástico a un ejemplar de cada una de las revistas que vinieran así. Luego vendía las plastificadas, pero al menos el consumidor sabía a qué atenerse, o si se iba a poder atener a algo. Las porno incluso las abría de par en par en la estantería. Creo que me perjudico a las ventas, pero tenía 2 o 3 clientes francamente fieles. Uno incluso llegaba por las mañanas antes que yo. Llevaba la ilusión en los ojos.
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