Les voy a contar algo: este verano estuvimos en Nueva York -New York según Carod-. Sí, los pobres también viajamos, tras mucho ahorrar. Somos tan pobres que le echamos morro y nos alojamos en casa de una amiga periodista -mil besos, Idoya- y le pagamos con una mísera cena. Lo pasamos muy bien y todavía nos duele la marca de la rosca de la boina, porque Paco Martínez Soria a nuestro lado era cosmopolita. Lo que me inquieta es que yo creía que podía aspirar a ser un intelectual o algo así, para lo que quiera que eso sirva, pero ahora me doy cuenta que soy un garrulo más, que tampoco está mal. Porque cada vez que me preguntan qué tal lo pasé en Nueva York respondo lo mismo, de corazón: muy bien, ¿a que no sabes a quién vimos? Esto es, que dentro de 30 años lo único que recordaré será esto: doblamos una esquina junto al edificio de la Time Warner y vemos un tumulto. Estarán regalando txistorras, pensamos. No, es un estreno. Hay fotógrafos, cámaras de televisión. Nos quedamos allá, que estamos baldados de andar. Se para un coche, baja una rubia. Posa, sonríe. ¡Coño, es Jodie Foster! Guapísima. La tenemos a medio metro. Luego viene Robert Downey Jr. Luego Neil Jordan. De repente se intensifican los flashes y aparece él. Se me caen las propias bragas al suelo. Es Kirk Douglas. Estoy paralizado por el terror mientras esta leyenda camina hacia nosotros con sus 91 años, pequeñito y poca cosa, él, que fue Espartaco y tantos otros. Entonces mi rival emerge de la maraña que observa al mito y le da la mano, sólo ella, la única que se atreve entre todo el gentío. Y el abuelo no la suelta y se le queda mirando y sigue apretando y entonces yo recuerdo de qué pasta están hechos los Douglas y pienso: ¡suéltala, viejo cabrón, que seré garrulo pero no gilipollas! Qué jodío, el Kirk.
2 Comments:
mira que doblar la esquina y encontrarte a jodie foster (me encanta esta actriz) en todo su esplendor...eso si es estar de buenas.
Muy bueno.
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