Mal ejemplo
Imaginen que el Ministro de Medio Ambiente declarara: “En casa no reciclamos. Vamos, no tengo otra cosa que hacer que separar el cartón del vidrio y éste de lo orgánico y de los envases. No tengo tiempo que perder.”. Y que, acto seguido, a la pregunta “¿reciclamos los españoles?”, contestara: “No todo lo que le gustaría a la Administración”. Se armaría una buena. Laura Alba, Consejera de Transportes, el lunes en este periódico. Pregunta: “Si tiene que desplazarse por Pamplona, ¿qué tipo de transporte elige?”. Respuesta: “A mí por Pamplona lo que de verdad me gusta es andar, pero lo hago poco. Vivo en la Comarca y siempre vengo en coche”. Pregunta: “¿Usamos los navarros el transporte público?”. Respuesta: “No todo lo que le gustaría a la Administración”. Fíjense en el detalle de la primera respuesta, en ese “siempre”. Esto es, hasta cuando no le llevan en coche oficial, la máxima responsable de impulsar el transporte público en Navarra “siempre” va a Pamplona en coche y que le den a la red pública, para después lamentar que los navarros podríamos usar más esa misma red que ella no usa. Lo dejo a interpretación de ustedes vosotros, lectores-as personas humanas. Eso sí, lo que no se le puede negar es que no sea honesta. Ella misma, no obstante, lo afirma, cuando le preguntan quién es: “Una mujer joven y muy honesta”. Cágate lorito. No sólo es honesta, es “muy” honesta. No lo dudamos, vistas sus respuestas sobre el transporte público. Como se suele decir, no necesita abuela, ella misma se lo guisa y se lo jala. Yo pensaba que esa clase de adjetivos calificativos elogiosos había que dejar que los pusieran los demás, pero la consejera parece desconocer esa regla. Obviamente, el resto de la entrevista no la leí, que uno ya tiene una edad. Y se me escapaba el autobús.
Imaginen que el Ministro de Medio Ambiente declarara: “En casa no reciclamos. Vamos, no tengo otra cosa que hacer que separar el cartón del vidrio y éste de lo orgánico y de los envases. No tengo tiempo que perder.”. Y que, acto seguido, a la pregunta “¿reciclamos los españoles?”, contestara: “No todo lo que le gustaría a la Administración”. Se armaría una buena. Laura Alba, Consejera de Transportes, el lunes en este periódico. Pregunta: “Si tiene que desplazarse por Pamplona, ¿qué tipo de transporte elige?”. Respuesta: “A mí por Pamplona lo que de verdad me gusta es andar, pero lo hago poco. Vivo en la Comarca y siempre vengo en coche”. Pregunta: “¿Usamos los navarros el transporte público?”. Respuesta: “No todo lo que le gustaría a la Administración”. Fíjense en el detalle de la primera respuesta, en ese “siempre”. Esto es, hasta cuando no le llevan en coche oficial, la máxima responsable de impulsar el transporte público en Navarra “siempre” va a Pamplona en coche y que le den a la red pública, para después lamentar que los navarros podríamos usar más esa misma red que ella no usa. Lo dejo a interpretación de ustedes vosotros, lectores-as personas humanas. Eso sí, lo que no se le puede negar es que no sea honesta. Ella misma, no obstante, lo afirma, cuando le preguntan quién es: “Una mujer joven y muy honesta”. Cágate lorito. No sólo es honesta, es “muy” honesta. No lo dudamos, vistas sus respuestas sobre el transporte público. Como se suele decir, no necesita abuela, ella misma se lo guisa y se lo jala. Yo pensaba que esa clase de adjetivos calificativos elogiosos había que dejar que los pusieran los demás, pero la consejera parece desconocer esa regla. Obviamente, el resto de la entrevista no la leí, que uno ya tiene una edad. Y se me escapaba el autobús.
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