Maravillado

¿Tiene que invertir su tiempo laboral o parte de él el Director General de Turismo en un concurso organizado por una empresa privada para elegir las 10 maravillas de Navarra o sería preferible que lo destinara a poner más esmero en que las nuevas señalizaciones turísticas no tuvieran los “pocos errores” que Corpas reconoció que tenían, entre otras muchas cuestiones que afectan a su departamento? ¿Es conveniente que todo un alto cargo del gobierno forme parte de deliberaciones y reuniones dentro de un invento que la empresa privada tiene su perfecto derecho a montar pero que en ningún caso tendría que incluir al, en teoría, promotor de todas las zonas de Navarra? ¿Le parece lógico al señor director que en el citado concurso se hayan metido en el mismo saco pueblos enteros, edificios, zonas, monumentos y enclaves naturales? ¿Eso es un concurso o una ensaladilla rusa? ¿Qué beneficios para el conjunto del turismo en Navarra se obtienen de la celebración de este asunto que más parece una reedición del famoso Conoce niño tu ombligo, un algo que se va a quedar aquí y sólo aquí exclusivamente para el deleite de los teóricos ganadores? Sin ánimo ninguno de comparar cosas bellas, ¿tiene algún sentido que, por ejemplo, Roncesvalles o Irati o Baztán no hayan resultado elegidos? ¿Qué dinero o tiempo ha costado esto al Gobierno de Navarra? Y, lo que es más importante, ¿para qué? ¿Tiene alguna relación la condición del Director General de ex trabajador de esa empresa privada o de verdad le parecía necesaria su presencia física y espiritual en la iniciativa? Demasiadas preguntas que quedarán sin respuesta. Lo que de verdad es una maravilla navarra 100% es que a alguno no se le caiga la cara de vergüenza por convertir centenares de hermosuras en un triste y pueril ranking.