Y punto

Zapatero ha anunciado que desde ya los bancos van a prestar pasta, así que no hagan caso a esos carteles en los que pone Los empleados no tienen acceso al dinero, ya que sólo era un aviso para tranquilizar a los ladrones, los que están en la planta superior y no llevan pasamontañas sino gorras de tweed, de manera que es importante que los ladrones que sí que suelen tener que hacer frente a la justicia se organicen bien los atracos, respeten la cola y cojan el preceptivo numerito a la entrada, no vaya a ser que lleguen antes que los demás y para cuando queramos nuestro crédito el empleado nos diga que se lo han quedado los ladrones, porque entonces le diremos que eso ya lo sabíamos y que no es ninguna novedad y se montara una revuelta y saldremos a buscar al ladrón del pasamontañas y le robaremos y a los pocos minutos –por nuestra condición de animales de costumbres- volveremos al banco a ingresar lo obtenido porque es más cómodo que tenerlo debajo del colchón –aunque bastante más caro, si nos atenemos a las comisiones de esas tarjetas con las que ellos se llevan alrededor del 1,5% de las ventas del comercio- y para que el ladrón del tweed siga tranquilo sobándose las pelotas mientras discurre con unos cuantos mingafrías del departamento de marketing y comunicación algún sistema que les permita posicionarse –que es como hablan los del tweed y los mingafrías- como líderes o como impulsores de la obra social o como algo, pero como líderes, que para eso tienen todos un master en Harvard o en La Sorbona o en los lavabos, mientras nosotros nos vamos a nuestras casas con esa bendita certidumbre y felicidad que nos otorga nuestro papel de buenos ciudadanos y el saber que hoy no se celebra nada especial sino tan sólo el arranque de un nuevo año de inocentadas.