Pasará
Esquilmadas dos generaciones que llegaron a creerse que eran clase media porque ya no bajaban al subsuelo a horadar la tierra con una piqueta como sus padres o abuelos o porque tenían un título universitario colgado de una chincheta mientras la relación sueldo-coste de la vida y el propio carácter temporal de millones de empleos demostraban que eran clase baja o cuando menos volátil, esquilmadas buena parte, digo, de estas dos generaciones más preparadas que nunca –también para consumir, también para mirar a poniente- ahora entrampadas por posesiones muy por encima de sus posibilidades reales con el beneplácito propio y de gobiernos, entidades bancarias, notarios y el deleite de promotores, constructores y especuladores (que cada cual ponga los porcentajes que quiera), en el año de gracia de 2009, mes de febrero y día 18 en una hora matutina, el Gobierno de Navarra, la Asociación de Promotores y Constructores de Navarra y el equipo tétrico habitual se han dado al comunismo, alrededor de 130 años después de escrito El Capital, de Carlos Marx, elaborando un borrador de ley que pone límites al precio de la vivienda libre en Navarra. Dónde vamos a llegar, lo siguiente será que desaparezcan las comisiones bancarias, que se limiten los precios de bienes de primera necesidad, qué pensarán de todo esto en la City, es el fin del sistema y de nuestra escala de valores. Afortunadamente, un miembro de la comisión que se ha encargado de elaborar la ley y que ha preferido mantenerse en el anonimato ha revelado el verdadero alcance de la misma: no hay que preocuparse lo más mínimo. Les necesitamos para no hundirnos. Les pedimos perdón, si hace falta. Ya volverá todo a su cauce, ya se relajarán, ya bajarán la guardia. Calma, hermanos, calma, este trago pasará.
Esquilmadas dos generaciones que llegaron a creerse que eran clase media porque ya no bajaban al subsuelo a horadar la tierra con una piqueta como sus padres o abuelos o porque tenían un título universitario colgado de una chincheta mientras la relación sueldo-coste de la vida y el propio carácter temporal de millones de empleos demostraban que eran clase baja o cuando menos volátil, esquilmadas buena parte, digo, de estas dos generaciones más preparadas que nunca –también para consumir, también para mirar a poniente- ahora entrampadas por posesiones muy por encima de sus posibilidades reales con el beneplácito propio y de gobiernos, entidades bancarias, notarios y el deleite de promotores, constructores y especuladores (que cada cual ponga los porcentajes que quiera), en el año de gracia de 2009, mes de febrero y día 18 en una hora matutina, el Gobierno de Navarra, la Asociación de Promotores y Constructores de Navarra y el equipo tétrico habitual se han dado al comunismo, alrededor de 130 años después de escrito El Capital, de Carlos Marx, elaborando un borrador de ley que pone límites al precio de la vivienda libre en Navarra. Dónde vamos a llegar, lo siguiente será que desaparezcan las comisiones bancarias, que se limiten los precios de bienes de primera necesidad, qué pensarán de todo esto en la City, es el fin del sistema y de nuestra escala de valores. Afortunadamente, un miembro de la comisión que se ha encargado de elaborar la ley y que ha preferido mantenerse en el anonimato ha revelado el verdadero alcance de la misma: no hay que preocuparse lo más mínimo. Les necesitamos para no hundirnos. Les pedimos perdón, si hace falta. Ya volverá todo a su cauce, ya se relajarán, ya bajarán la guardia. Calma, hermanos, calma, este trago pasará.
1 Comments:
Hace menos de cuatro años un tal John Carrafiell, "inversor inmobiliario de 2005", fue entrevistado en La Vanguardia. Tuvo las narices de decir que "España todavía es barata". Y afirmó que "como los españoles son propietarios consumen más que los alemanes, que viven de alquiler y ahorran por miedo al futuro”.
Esta ha sido la pegadiza melodía general, repetida para que el mayor número de personas la acabásemos tarareando. Hasta que la vaca diese la última gota de leche.
Un sarcasmo.
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