Impurezas

No entiendo cómo a Samuel Expensive, mano derecha de su mano izquierda, le preocupa lo que diga Sanz sobre la CAN, que es un sitio donde se puede jugar al Super Mario Bros y si tienes un rato de sobra te firmas una hipoteca. No lo entiendo porque hace 10 días le preguntaron a Roberto Jiménez, su secretario general y por tanto jefe, si “¿hay preocupación en las entidades bancarias por lo que pueda ocurrir con los créditos que dieron a esas promotoras (las de Guendulain)” y el Señor Cangrejo (esto no es para ofender ¡eh!, sólo pa intentar hacer de reír, que dice Faemino) contestó: lo desconozco. Esto está en las hemerotecas, apunto. De hecho, esa entrevista me da a mi para estar escribiendo hasta el 2023, pero la voy a dosificar, porque si no me sube la tensión, me pongo nervioso, bebo mucha agua, meo mucho, pierdo lípidos y me estoy quedando sin culo. Aquella entrevista a Jiménez es lo que yo llamo declaraciones-petaca. Si tienes frío, buen trago. El consejero cangrejo decía desconocer la preocupación o no preocupación que existe en, entre otras, la entidad de la que es consejero. Se entiende, por tanto, que Miguel Sanz quiera despolitizar la caja –tarde y mal, eso sí-, visto el interés que algunos depositan –valga la redundancia- en ella. Con consejeros así, ya me dirás. A no ser que Jiménez nos estuviera mintiendo, aspecto que ni se me pasa por la cabeza. Así que, Expensive, primero mira en casa, a ver qué pasa. Lo que no es que se despolitice si no que se politiza es el CENER. Donde había un gran profesional se pone a un político que vete a saber si es un gran profesional (en ese puesto). Y la mano que mece la cuna, en la sombra. Iribarren, coño, asómate, que no se te ve. Voy a ponerme a Leonard Cohen, que elimina impurezas, no se pierde peso y se gana alma.