06 enero 2010

¿Paro, qué paro?

Circuito Ángela Merkel. Ése es el nombre que tras mucho deliberar abrazado a un rollo de El Elefante he pensado que le pongan a la alfombra de asfalto que el señor Samaniego ideó para alegría propia y que gracias a que Navarra va bien y a que vamos a ser “los primeros en salir de la crisis” y a para todo lo demás, Sprin ya es una alegría comunal de primera magnitud en la escala de Biggs, aquel especialista en tomar dinero ajeno para sus cositas. Una magnitud la alegría de Samaniego y Sprin que cae bien en Los Arcos y alrededores, de lo cual nos alegramos, pero que está saliendo del común por la puerta de atrás, eso sí, a espuertas, con esa alegría propia que se gasta en algunas sociedad públicas. No estaría de más que una tarde el director financiero de Sprin, Ramón Urdiain junior –UPN, Coloquing People- o su gerente, el buen amigo del hijo de nuestro presidente, nos ofrecieran con detalle qué, cómo, por qué, cuándo, quién y a cuento de qué nos vamos a dejar como poco 10.000 millones de pesetas justo ahí y justo para eso y justo ahora. Entre otros, a los 40.653 parados que el presidente de Sprin, Álvaro Miranda, nunca habría creído ver –“Nos recuperaremos en la segunda mitad de 2009”; “Hay personas que van a sufrir la crisis, pero, sin duda, van a ser una minoría”-. Les podría citar en las gradas del circuito a los 40.000 y explicarles el proyecto, los sueldos de los fichajes y también, a más abundamiento, que estos últimos fichajes les mostraran los números del Circuito de Monteblanco, donde hasta hace poco tuvieron a bien trabajar. Más que nada por ver a qué nos enfrentamos y a qué se enfrentan los trabajadores onubenses del circuito, que a lo que se ve o andan cerca del paro o poco les falta. Menos mal que tenemos a Merkel y su Renove y a Miranda y su bola.