Clamor popular
Desconozco en qué clase de tabernas se toma los gintonis Cristina Sanz, la cuñadísima concejal que ora fue de UPN ora del PP y ora de lo que surja en un futuro, que visto lo visto en las filas del PPN lo mismo nace otra sigla y para allá que se va, a la rueda de Cervera. Una que no admita en su seno -con perdón- a impíos como Nieves Ciprés y sus seguidores –No soy el Mesías; sí, sí, lo eres, porque lo has negado-, amenazados esta semana con la expulsión si siguen demostrando públicamente en los variados púlpitos su rechazo al, nunca mejor dicho, régimen interno del partido que tan esperanzados resucitaron una vez que en UPN no les dejaban pillar cacho ya fuera éste económico o espiritual, que de todo hay en la viña del señor y en la de la calle Jarauta. No sé qué clase de gintonis, digo, porque tienen que llevar bien de octanaje para que nuestra buena moza diga que la posible colocación –bueno, estás tonto Nagore o qué, qué tontería, la segura colocación- de una estatua de Karol Wojtila –no le puedo pedir a todo el mundo que llame El Maestro a Bob Dylan- responde al “clamor popular”. Es lo que tiene el gintonis, que te creces, donde hay dos ves seis y donde hay un hombre más con sus aciertos y sus fallos ves a un héroe eterno. Se entiende este exabrupto en tanto en cuanto sirve para contentar a sus huestes, mayormente más papistas que el papa, pero visto desde fuera, tanto desde fuera del ayuntamiento como de la curia romana y eclesial, no deja de ser una mentira impía, por cometerse a sabiendas de que clamor no hay ninguno, a no ser que por popular empecemos a considerar las reuniones de más de dos o de tres, lo que es bastante habitual entre los políticos de nulo bagaje y menor capacidad entre los que así está considerada Cristina Sanz por clamor popular y olé.
Desconozco en qué clase de tabernas se toma los gintonis Cristina Sanz, la cuñadísima concejal que ora fue de UPN ora del PP y ora de lo que surja en un futuro, que visto lo visto en las filas del PPN lo mismo nace otra sigla y para allá que se va, a la rueda de Cervera. Una que no admita en su seno -con perdón- a impíos como Nieves Ciprés y sus seguidores –No soy el Mesías; sí, sí, lo eres, porque lo has negado-, amenazados esta semana con la expulsión si siguen demostrando públicamente en los variados púlpitos su rechazo al, nunca mejor dicho, régimen interno del partido que tan esperanzados resucitaron una vez que en UPN no les dejaban pillar cacho ya fuera éste económico o espiritual, que de todo hay en la viña del señor y en la de la calle Jarauta. No sé qué clase de gintonis, digo, porque tienen que llevar bien de octanaje para que nuestra buena moza diga que la posible colocación –bueno, estás tonto Nagore o qué, qué tontería, la segura colocación- de una estatua de Karol Wojtila –no le puedo pedir a todo el mundo que llame El Maestro a Bob Dylan- responde al “clamor popular”. Es lo que tiene el gintonis, que te creces, donde hay dos ves seis y donde hay un hombre más con sus aciertos y sus fallos ves a un héroe eterno. Se entiende este exabrupto en tanto en cuanto sirve para contentar a sus huestes, mayormente más papistas que el papa, pero visto desde fuera, tanto desde fuera del ayuntamiento como de la curia romana y eclesial, no deja de ser una mentira impía, por cometerse a sabiendas de que clamor no hay ninguno, a no ser que por popular empecemos a considerar las reuniones de más de dos o de tres, lo que es bastante habitual entre los políticos de nulo bagaje y menor capacidad entre los que así está considerada Cristina Sanz por clamor popular y olé.
3 Comments:
Yo la he visto deambular con un cochecito digno de aquella película, La semilla del... no se qué, por ese centro comercial del centro de la city. Más que gintonis creo que se amorra a las tortitas con nata. Muy señora.
Ole y ole, mi amorrrrr
Desde luego, no tenéis ni idea. También respondiendo al clamor popular se trajo en sanfermines a Manolo Escobar y se comprará Guenduláin a los constructores...
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