De arder

Como sabrán los que anden por aquí de habitual, a servidor NaBai se la pela, en igual medida que el resto. Vamos, que si cogen la Mugiroarra y se largan un par de meses a Salou a jugar al dominó y beber Biosolan voy a dormir igual. Pero, dicho esto, comprendo que para muchos esto no sea así y que NaBai sea la única opción – o la más potente- con la que cuentan para que les quepa la posibilidad de que no manden siempre los que llevan media vida haciéndolo, al margen del porcentaje de vasquismo o navarrismo vasco o como le quieran llamar ustedes que cada uno guarde en su interior. Se quiera o no se quiera, miles de personas están hasta los empastes de UPSN y, creyéndose mucho o poco el tema éste de NaBai y sintiéndose mucho o poco de alguno de los cuatro partidos que lo componen o del global, NaBai es el clavo al que se agarran. Y, de un tiempo a esta parte -¿o tal vez siempre?-, el clavo está ardiendo constantemente. Ya sea unas veces porque hay mucha gente interesada en dar esa impresión, ya sea otras porque los protagonistas avivan ese fuego, ya sea lo que sea, no hay semana que el votante del NaBai no inmerso en los círculos cercanos a los partidos no quiera darse de arder. Leyendo hace un tiempo la biografía no autorizada de Keith Richards esto se explicaba muy bien, cuando a Mick Jagger le dio un ataque de importancia en los 80 y se lanzó en solitario, entre otros con David Bowie. Richards fue clarito: mira, chaval, tú eres muy bueno, yo soy muy bueno, Charlie es muy bueno, Woody es muy bueno, pero juntos somos mucho más que la suma de nosotros mismos, así que tú sabrás, pero no esperes ni por asomo acercarte siquiera a lo que hemos hecho y a lo que podemos hacer. Claro que comparar a NaBai con los Stones es de cárcel, pero me he acordao de eso.