Géiser

El lago –bueno, un lago es algo natural, esto habrá que llamarlo estanque o charca o poza o aska- que va a construir el Ayuntamiento de Disneyolanda ande antes estaba una fábrica donde se hacían chorizos y que atendía al nombre de El Pamplonica contará con un géiser. Va a quedar monismo, va a quedar de pinícula yankee de Antena 3 de sábado a las cuatro de la tarde con familia de padre, madre, hijo, hija, perrito, abuelos encantadores, amigos maduros y atractivos, jardines, buzones, botellas de leche en la puerta, chalets con porche y mecedoras y vecina soltera asesina que se llama Kathleen y que de paso que les hace tartas de manzana maquina cómo llevarse al huerto al marido y cortarle los frenos al coche de ella. A Yolandamari y cía estas cosas les privan, les encanta esa clase de ciudad que se inventa lo que no tiene y ni puta falta que le hace tener. Una de las cosas que van a tener que llevar a cabo para que todo les encaje como si se tratara de un videojuego es desviar el curso de El Sadar, que por mucho que sea un río minúsculo no deja de ser un río que lleva ahí desde antes de que se inventaran las urnas y no veo a qué tiene que venir nadie a moverlo aunque sea medio metro para que le quede todo más mejor. A pesar de todo, lo van a hacer, ya que, en su idea del mundo, es la naturaleza la que se adapta al hombre y no el hombre a la naturaleza, con lo cual lo mismo tiran la Avenida de Zaragoza y ponen una pista de esquí –por supuesto con bien de cañones de nieve artificial- o una tirolina colgando del monumento a los Fueros o cualesquier cosa que les pueda resultar estética en un momento dado. Los que nos dirigen son así, con la excusa de “mejorar” el panorama desvirtúan los lugares en los que dentro de nada no estarán ni ellos ni nosotros.