16 marzo 2011

Animales

Como Japón está a un paso de irse a tomar viento –la única desgracia que les quedaría a los pobres es que se les presente a las elecciones Zapatero-, Libia está en llamas, va a subir otra vez la luz, la hipoteca ya me ha subido, ayer llovía a destajo y en general todo estaba como para no sacar la cabeza de las mantas, ayer me dije que tenía que hacer algo distinto: Jorge, coge una mierda de perro con la mano. Y eso hice. Cogí una mierda de perro con la mano –y con una bolsa- y la tiré a la basura. Es mi primera mierda de perro. Tampoco es para tanto. Resulta que mis suegros se han ido una semana y nos han endilgado a la perra, que es monísima y se llama Ekhi y mueve la cola cuando te ve, pero ladra y esas cosas que no terminan de encajar con mi sistema nervioso parasimpático, que funciona de manera autónoma. El caso es que ahí la tenemos, en la cocina, como una reina, pero, como es lógico, tiene que airearse y ahí me las ví yo pata a pata con ella en tres ocasiones Taconera arriba Taconera abajo, venga de cruzarme con otros dueños y dueñas de perros con sus bolsitas de plástico en la mano, el paraguas en la otra y el cigarro encendido y el humo venga de entrarnos a los ojos. Es solo una semana, pasará rápido. Ya digo que es monísima, pero no tengo yo alma de Félix Rodríguez de la Fuente. Como mucho tendría un gato. Un gato también es autónomo, va a su bola, aparece cuando le da la gana, arrampla con lo que sea y se va. Vamos, como Galipienzo, que vete a saber por qué tejaos andará pero que una por una a los de Egüés les ha dejado un boquete de 7 millones de euros que van a tener que pagar a escote. Ekhi en todo esto no piensa, afortunadamente para ella, pero es obvio que resulta injusto que sea ella la que está encerrada en la cocina habiendo tanto pájaro suelto.

3 Comments:

Anonymous Soyamaiur said...

La cosa es que hace años, cuando el juicio, el de la foto sabía todo lo que iba a ocurrir. Entonces ya presumía de que además de no pisar la cárcel iba a sacar dinero de la jugada. Para no echar gota.

Y también habrán de saber todos ustedes que lejos de avergonzarse de sus actos el de Cascante pasea su figura con desparpajo en lo que fueron sus dominios. La última vez que le vi, también quiero que se sepa, estaba rodeado de gentes que le sonreían y apretaban la mano en la inauguración de un hotel de cinco estrellas a las orillas del Arga. Esto no me lo han contado, esto lo vi yo.

Bah, no merece la pena ni enfadarse.

11:16 a. m.  
Anonymous Txandrios said...

Bueno, pero decir el asco que nos dan; yo creo que sí. Y el día que nos desborde la paciencia a afilar la guillotina. Por menos aquí al lado los colgaban.
Salud

3:34 p. m.  
Blogger P said...

Ay, como le gusta lo de la guillotina a moi también.
El otro día vi un phaeton y en el asiento de atrás una mano enfundada en un puño blanco inmaculado con gemelos sostenía un cigarrazo del que no pude percibir el hedor. Pensé en los dos que iban delante, que seguro que no le dan a la humera, y que era su puesto de trabajo, y tal y tal. Necesitamos un Quevedo que les diga lo de coja. Aunque a estos ilustres me da que les importa un pepino. Unas risa. Hoy ha dicho la de vivienda que lo de Salesianos no va a ser pelotazo, que eso solo en la empresa privada. Hay que inventar un palabro para la cosa pública.

10:10 p. m.  

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