El río
En las calles me preguntan y me
paran, se interesan, y les gruño y que miren en Google, que ya está bien, que
es tu vida, que es tu sueño, que es tu viaje, que es todo tuyo y que lo
hubieses hecho aunque fuera solo, aunque no estés solo, lo que extraña, les
extraña, que les gruña, como si no estuviera orgulloso, como si no lo estuviera
y qué sabrán, ¿verdad?, qué sabrán, aunque, claro, nadie tiene por qué saber,
nadie tiene por qué saber qué llevamos cada uno dentro, el azúcar y la sal, el
vinagre y el aceite, qué pensará esa que ahora sube el bordillo, qué clase de
heridas tendrá y cuáles aún no conoce, o aquel otro que ríe pero a saber si de
verdad, a saber si ríe como ríes tú cuando amaneces y ves ese sol que se desviste
cada mañana para saludarte, y ese río que es igual, casi igual, que nuestro río,
y todo el día es para ti y para tus pasos y para dejar atrás lo malo sin
olvidarlo y conocer todo lo bueno y nuevo, qué sabrán y qué les puedo contar
sin miedo a que sientan que no estoy orgulloso, qué les puedo contar, más allá
de que bien, de que muy bien, prácticamente nada les puedo decir, apenas un
informe como de agencia de noticias y basta, porque lo otro es nuestro, lo otro
son los nudos buenos que nos atan por encima de las idas y venidas y los
proyectos concretos, mucho más lejos de donde alcanzan las palabras y los
gestos, nudos que vienen desde muy atrás, desde cuando éramos niños y no hacía
falta hablar, como no hace falta hacerlo ahora, cuando ya no lo somos pero
somos lo mismo que éramos cuando mirábamos aquel río y soñábamos con días mejores
en los que amaneciera siempre como aquel, con el sol detrás de la casa y
truchas y un camino infinito por delante que llenar de alegría y amigos, un
camino como el tuyo, hermano, cuídate, cuídate mucho y vuelve.
2 Comments:
Yo, no es por joder, pero me has robado un día.
Pero... cómo se pude decir tanto sin desvelar nada?
Saramago Frauca o Nagore Saramago?
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