07 diciembre 2012

E


Sería el jueves pasado que leí una noticia firmada por algún redactor o redactora de la Agencia EFE –que es pública y está en ERE- en la que, con sus dos cojones pegados a la silla o sus uno o varios ovarios, aseguraba que “unos manolos  cuestan entre 800 y 6.000 euros, precio justificado si se tiene en cuenta que los zapatos con firma Blahnik están realizados con tejidos exquisitos e incluso piedras semipreciosas”. Esto lo aseguraba –lo del precio justificado también- el o la periodista, para vestir la noticia de que al tal Blahnik le habían dado el Premio Nacional de la Moda, dotado con 30.000 euros, que le alcanzan para comprarse unos cinco pares de sus propias creaciones, cantidad perfectamente justificada, como no podía ser de otra manera. Esto que yo he entrecomillado no lo decía el tal señor, que por mi como si vende sus zapatos a millón, sino alguien salido de una facultad de comunicación –aunque a saber-, que bendecía el precio y así todos contentos con el premio, que otorga el Ministerio de Educación y Cultura, el que lleva el tal Wert. Es perfecto en el país de los casi 5 millones de parados que con lo que cuesta la gama baja de los zapatos del pijo pasan un mes o dos. Yo de hecho creo que con 800 euros hago como unos dos años o tres de ropa. Pero, oye, tira, tira, tú a lo tuyo y suerte con el ERE. Hace poco hubo un desfile para los jóvenes talentos de la moda navarra –aunque había uno que por el pseudónimo igual era austrohúngaro- y en primera fila, así de derecha a izquierda, estaban Alli, Alba, Barcina, Goicoechea y luego una señora rubísima y emperifolladísima que sería una VIP o incluso más. Aunque no los vi muy atentos. Igual alguna estaba pensando si con 19 días trabajados en la UPNA da para unos manolos. Por distraerse de los 52.000 parados.