Postguerra
En las películas italianas de
postguerra a veces salía un niño con los mofletes para dentro de tanto
comérselos y solía ir en pantalón corto o, si era niña, con una falda de color
liso y tres o cuatro rayas estilo las tenistas antes de que fueran más famosas
por sus modelitos que por cómo juegan. En algunas de esas películas, se paraban
delante de un escaparate lleno de pasteles o bombones o veían algún sencillo
juguete inalcanzable y daba por el culo porque salías disparao a la
calle a buscar a ese niño o niña tan monos y ese escaparate pero no había o si
había eran otros que no sabías si tenían necesidad y no eran de los que te
habías encariñado ni te habían partido el alma y además para cuando te dabas
cuenta de que no los ibas a encontrar ya se te había pasado el impulso y te
comías un pastel de trago. El otro día vi uno así, en pleno centro de Pamplona,
en la plaza del Castillo. Tenía unos ojos gigantes, unas pestañas como el
trampolín de Garmisch-Partenkirchen y unos 3 o 4 años, patas cortas, manos
regordetas y mofletes rojos. No tenía pinta de pasar hambre. Miraba a los
camellos alucinado, apoyado en las vallas, con su madre, señalando. Lo que
estaba al otro lado de las vallas era inalcanzable para él y para su madre: es
muy caro, cariño, no podemos. 6 euros por dar una vuelta en un camello y
una foto, creo que valía la ilusión de ese niño en pleno centro de la ciudad,
en pleno reclamo general para que los niños crean en eso. Maya quería
subvencionar con 49.000 euros a los que organizan la Cabalgata. No sé en qué
quedó, pero ya que no le obligan a Lizaur a dejar de hacer el fiemo, al menos
que no les dejen hacer negocio con la ilusión de niños que se van para casa
mordiéndose los mofletes y con las lágrimas saltando por el trampolín de sus pestañas.
4 Comments:
Aupa Jorge !!
Bellisimo
Lizaur ha vuelto a hacerlo. El fiemo. El camello ha perdido la oportunidad de lanzarlo al río en el puente de la Magdalena y, arrepentido, se ha tumbado y se ha negado a seguir cargando con él. O eso o el Lizaur, que no es precisamente un peso pluma y se mueve como un histrión, lo ha reventao.
Orundelico
No me parece justo, Jorge. No lo es para el niño, pero tampoco para los organizadores de la cabalgata, que se tienen que romper los sesos para poder financiar eso que esta noche han visto gratis miles y miles de personas. Los socios tampoco somos muchísimos, a algunos tampoco nos sobra para viajes en camello y los patrocinadores cada año están más pobres. Si tienes otras ideas para la financiación, seguro que te escucharán gustosos.
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