Piedad
Esto se solucionaría si Bárcenas
le diese a Urdangarin de sus 22 millones los 8 y pico que necesita el otro.
Haces eso, nos dejan de dar la murga con el tema –yo ya era experto en la
tragedia del Madrid Arena, que si pasa en Palencia dura en la prensa un día, y
va y ahora ni se habla de ello- y con los 14 que le sobran que haga lo que
quiera: darle un poco más al yerno para que no se empobrezca injustamente,
comprarle libros de Mary Higgins Clark a Ana Mato para que lea mientras visten
a sus hijas, prestarle algo a Rajoy porque con 80.000 brutos al año no se puede
vivir... Es que no le veo sentido a que sean casos diferentes, con la barrila
que eso genera. Lo suyo es unificar toda esta mierda suelta en una, que salga
un portavoz para todos, dé el parte –sin preguntas- todas las mañanas después
del mapa del tiempo –o incluso en medio- y ya está. En un minuto lo solucionas
y todo eso que ganamos el resto. Esto lo vieron muy bien ya hace años Víctor
Manuel, Ana Belén, Serrat y Mike Rivers. Puestos a hacer el mal y hundirnos por
separado con sus giras, lo hacen juntos y ese trago que te quitas. Se llama
piedad. Hace poco me enteré que lo van a hacer Leiva, Ariel Rot y Loquillo. Las
famosísimas giras conjuntas. Si es que es de cajón. A mi me pasa con todo el
pop británico de los 90, por no hablar del español, al menos del que triunfó.
Toda esa gente suelta por separado, con sus promociones, conciertos,
entrevistas, chismes, te acaban devorando el cerebro. Eso y la prensa, por
supuesto. Hay que encarcelarlos, obviamente. Los hermanos Gallagher con
Urdangarín y el director de La Razón y Alejandro Sanz y Bárcenas y Bosé
y unos cuantos pocos miles más. Se les alimenta con toda la humanidad posible,
se lee el parte de bajas cuando haya decesos y a vivir. Defensa personal.
3 Comments:
¡Qué estoy buscando una buena piedra, oye!. No para tirarsela a nadie, no. Qué no soy tan bruto. No. Es para afilar. Qué desde Robespierre debe estar un poco oxidada y mellada.
Salud
ties toa la razón.
Siempre hay alguien que ha extractado lo que habitaba en mi cerebelo profundo. Gracias Jorge!
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