Bajoteja
La chimenea. Ya está puesta. Soy
el que ven agarrándola, con mi casco blanco. Me llamo Otilio. Mi padre hizo
esto antes que yo y mi abuelo antes que él. Mi bisabuelo era cura. O eso se
dice. Me han tenido que sujetar con unos arneses y unas cuerdas, porque con la
anterior me salté todas las normas de seguridad y le cayó un multón a mi
empresa, que forma parte del holding este del Vaticano. Vamos, que soy de la
casa. Apenas salgo. Del bar. Salí del bar, la puse y vaya pollo. Mi padre puso
la de Juan Pablo II. Yo era un crío, pero me contó que andaba apañando unos
grifos en los cuartos de algún cardenal y le llamaron a todo correr y así como
estaba medio en pelotas y calao –hay que ver qué tuberías, si no se ve
no se cree, como todo- se subió a huevo y la puso y vuelta a los grifos. Yo me
hice chimeneista por eso. Por la emoción. Para ir atao me hubiese
hecho diputado tory británico. No creo en Dios. Lo intenté, mucho, pero me
pasaba como con el hígado encebollao: se me hacía bolo. Pero aquí eso no
te lo miran. O mientes un poco y cuela. Buena gente. Extraños, eso sí. Y al no
tener esa cosa del misticismo les he dicho un carro de veces que con la de
gente que va a ver esto tú pones ahí en la chimenea unas pegatas de publi
de Red Bull o de Buitoni y sacaríamos una pasta, que tenemos el convenio
congelado desde 2005. No hay manera. La caña sería ya lo otro. Yo sé hacer
publicidad con letras de humo. No les miento. Como no entiendo el concepto de
pecado, no miento. Las hago quemando ejemplares de La Gazzeta. Sale
rosita, de acuerdo, pero da muy bien en pantalla. Lo veo: cientos de millones
de personas viendo la tele y de la chimenea un humo que sale y pone Cónclave
patrocinado por Onduline Bajoteja. No hay manera, no quieren. Así no vamos
a salir de pobres. Está el bar petao.
1 Comments:
Acabo de leer tu columna extra del periódico de hoy lunes 11 de marzo. No puedo estar más de acuerdo. Se puede perdonar todo menos el que se rían de uno a la cara, de que lo traten de imbecil. Cuando eso sucede la ira embarga al populacho y el pueblo iracundo es peligroso. Y si no que se lo digan a la nobleza francesa.
Salud
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