El librero señor
¿Qué hay, chaval? Así
siempre, sin excepción, fuera mañana o tarde, las miles de veces que habré
entrado en Auzolan en los últimos 25 años. ¿Qué hay, chaval? Si hubiese
dejado un céntimo en un platillo cada vez que entraba, a aislarme del mundo,
del ruido, a mirar sin rumbo entre los estantes, a admirar el ingenio de los
títulos, el color de las portadas, a curiosear las dedicatorias, a, sin más,
saludarle a él mientras marcaba libros o recomendaba o ponía una música que no
se encontraba en los bares, Josu Mujika sería millonario. Lo es. Es el librero
preferido de miles de personas. Imbatible. Siempre con la sonrisa puesta,
tranquilo y ágil, atento, discreto y optimista. Es Josu. Cuando monté la
librería, a pesar de que la iba a poner a menos de 200 metros y de que, aunque
fuera poco, una librería siempre quita algo a las otras –no se lee más por más
puntos de venta, no es como los bares, que se llaman unos a otros-, Josu me
explicó todo, me ayudó con todo, me contactó con todos. ¿Cómo dejas un
contrato fijo en un periódico y montas esto? ¡Estás tarao! Mientras me
decía eso llamaba a una distribuidora para comentarles que al día siguiente iba
a bajar un chaval a ver cómo funcionaba el asunto. No sé, esas cosas son de una
altura moral inalcanzable. Hay muy poca gente así. Muy poca. He salido de allá
con cajas de libros cuyos beneficios iban a Sos Himalaya. Se los pedía solo
para las charlas, por si alguien los quería, no por los pocos euros que se
gana. Él se negaba y donaba a Sos Himalaya su parte de ganancia como librero.
Lo siento, Josu, sé que esto igual te molesta, pero no lo puedo olvidar. Y si
me olvido de eso, ¿de qué coño me acuerdo entonces? Gracias por las letras, los
sueños, el calor y la luna en la ventana. Disfruta mucho. ¡Y ten cuidado con
las ramas, chaval!
3 Comments:
A ver si eso lo igualan los fans del e-book.
Salud
Josu: ¡Muchas gracias!
Gracias Jorge por contarlo!
Abrazos
Joder vaya tío que tengo!
Aupa hi!
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