28 marzo 2013

La pelota


Me suena que ya se lo conté. La última frase que pronunció en el cine Luis Ciges, en La gran aventura de Mortadelo y Filemón, en la que hacía de jefe de obra de una pelota gigante que estaban construyendo no sé para qué, fue: La pelota está totalmente terminada, casi a medias, prácticamente. Esto a Ciges le quedaba mágico como era él, pero cuando todo un portavoz de un gobierno, varias horas antes de que Salud comunique que la cepa de Listeria hallada en un paciente no es la misma que la encontrada en una lasaña, dice públicamente que serán los médicos que tratan al paciente los que determinen la procedencia de la bacteria, pero lo importante y sustancial es desmentir por completo cualquier relación da miedo. Porque si aún no habían determinado la procedencia cuando él habló, ¿cómo se puede desmentir nada? Es imposible, así que sus palabras son perfectamente trasladables a la investigación está totalmente terminada, casi a medias, prácticamente. Si un portavoz del Gobierno –que se dirige a los ciudadanos, no a la prensa, ni al resto de partidos- no tiene un dato es mejor que pase palabra y avise de que hablará cuando haya que hablar quien tenga que hablar y ya está. Vamos, el clásico no tengo ni puta idea en plan más fino. El gobierno debería de estar encantado de que de un tiempo a esta parte tanto medios como ciudadanos sean mucho más exigentes con todo. Eso es síntoma de una sociedad despierta y con ganas. Y para responder a eso, al margen de gente honesta, sensata y buenos gestores, hacen falta personas que sepan hablar. En este gobierno demasiados leen sus intervenciones, como malos actores y actrices. No se pide que tengan la genial improvisación de Ciges, pero sí un mínimo de habilidad. Y mucha precaución. La misma que tenían para ocultar sus sueldos.